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Demoras y problemas de comunicación

El 2 de diciembre de 2020, desde San Miguel del Padrón, La Habana, Galia Díaz Cordero mostró insatisfacción con el servicio de Cubapack: Tenía un envío de Estados Unidos por vía marítima desde el 6 de junio de ese año, y siempre le respondían que estaba en los almacenes de Berroa. Llevaba cuatro meses llamando a los teléfonos de Berroa, y nadie respondía, inconcebible en una entidad que presta servicios.

«¿Cómo es posible que pueda contactar con la agencia de Estados Unidos por correo y por teléfono y siempre tengo respuesta; y con Cuba es imposible? Ya está en Cuba ese envío hace meses. ¿Cuál es el problema que no lo entregan? Estoy completamente desamparada al no tener una vía de comunicación con esa agencia, que supuestamente está para ayudar a que todo envío llegue a su destino», concluía.

Y el mismo día, desde Jaruco, Mayabeque, Rosa María Delgado contó que el 2 de junio de 2020 su hija le envió desde Estados Unidos un paquete de productos secos y enlatados mediante Cubapack, la que informó que había arribado al puerto del Mariel el 9 de junio, y estaba liberado de procedimientos desde el 30 de ese mes.

Tras dos meses de espera, contactó con Cubapack, y esta explicó que por la situación epidemiológica del país había sido imposible entregar la mercancía, pero que ya el envío estaba listo para su distribución.

«Esa respuesta, apuntó Rosa María, fue dada una y otra vez, pero nunca con algo certero para resolver la situación. Me peloteaban una y otra vez cuando realizaba una llamada… Soy una señora de 74 años, y me siento dolida porque no recibo lo que con tanto sacrificio mi hija ha enviado para mi alimentación», expresaba.

Al respecto, responde Rafael Guerrero Aragonés, gerente general de Cubapack. En cuanto a Galia, plantea que se le informó vía telefónica que por la situación epidemiológica del país desde marzo de 2020, había sido imposible entregar la mercancía, y el 15 de diciembre le fueron entregados sus cuatro paquetes.

En relación con Rosa María, afirma que en los primeros días del mes de diciembre le fueron entregados 14 paquetes de un total de 15. Y quedaba uno pendiente, del cual se confirmó su entrega para la semana siguiente a la fecha de la carta de respuesta, el 16 de diciembre.

Precisa que «en los dos casos el atraso en la entrega fue originado por los altos volúmenes de paquetería recibidos desde la pandemia de la COVID-19». Y se disculpa por los inconvenientes e insatisfacciones provocados a la población, al tiempo que destaca que Cubapack desarrolla acciones para erradicar esas situaciones.

Agradezco la respuesta, y solo queda añadir que si había atrasos por la pandemia y el alto volumen de paquetería, con más razón no se justificaba que nadie saliera a los teléfonos —algo que, por cierto, pulula en las entidades de mensajería y otros servicios—; como que no había excusa para «pelotear» tanto a las personas y dejarlas en la incertidumbre. Ello deja una pésima imagen en los clientes.

No responden teléfonos ni correos

Desde la ciudad de Matanzas, en la calle San Luis, No. 12313, escribe Nelson Rodríguez, para conocer cuál es la situación de un paquete de medicinas que le envió su hija desde el exterior en octubre de 2020.

Refiere que el envío tiene solo tres libras y su guía aérea es 136-72498796, del bulto CIP 9980. Y le es imposible comunicar con Aerovaradero, la receptora del envío.

«No responden los teléfonos y no responden los correos. No sienten el más mínimo respeto hacia las personas que confiaron en esa entidad. Tengo 76 años, soy hipertenso y asmático. Necesito los medicamentos. ¿Qué puedo hacer? ¿Adónde debo dirigirme?», pregunta Nelson.

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