Acuse de recibo
El pasado 19 de noviembre reflejé el pesar de Nancy Variz Roldán y Reina Dihigo Rosell, maestras de Jovellanos, Matanzas, con más de 45 años de servicio y las medallas Por la Educación Cubana y Rafael María de Mendive, jubiladas reincorporadas en 2009 que seguían educando en la escuela primaria Leonel Fraguela Castro de ese municipio.
El 24 de septiembre pasado, contaban, la directora de la escuela les informó sin previo aviso ni explicación convincente que debían abandonar sus aulas y les pagarían hasta ese día, pues ya esas plazas tenían maestros egresados. «Sabemos que cuando se tengan que incorporar recién graduados, tienen la prioridad, decían. Nuestra inconformidad es con el mal proceder hacia nosotras».
Y en entrevista posterior con la Directora de Educación y la responsable del Sindicato municipal, estas reconocieron que fue un mal proceder; pues para informar el asunto se convocaron dos reuniones a las que no se citó a las maestras. Y en la tercera no estaban la Directora municipal, la jefa de Enseñanza Primaria y la del Sindicato, para que esclarecieran; solo dos de Organización del Trabajo y los Salarios (OTS), la metodóloga madrina de la escuela, la directora y la jefa de ciclo de la Leonel Fraguela.
En la reunión, las de OTS aclararon que con anterioridad informaron a la Jefa de Enseñanza Primaria la incorporación de dos egresadas y el cierre del contrato. Y lo dicho nunca llegó por esa vía. Solo se informó fríamente en la reunión de directores de escuelas, para que la de Leonel Fraguela lo comunicara ese día, con escasos argumentos.
Nancy y Reina argüían que, aunque con la COVID-19 les solicitaron quedarse en sus casas por vulnerables, hicieron guardias en la escuela, repasaron y visitaron a alumnos, verificando si estaban al día en las teleclases, y capacitaron a las familias.
«¿Cómo se entiende que la jefa de la Enseñanza Primaria haya tenido, a nuestro juicio, un mal proceder, y todavía no haya dado la cara? Al no tener respuestas que nos convenzan, ambas nos sentimos botadas después de trabajar con tanto amor por la educación cubana», concluían.
Responde Edilberto Casanova Armenteros, Director Provincial de Educación en Matanzas, que una comisión presidida por él investigó el suceso y constató que se incumplieron los procedimientos establecidos por la Ministra de Educación y el Director Provincial referidos al accionar con los maestros jubilados reincorporados cuando sus plazas son ocupadas por los egresados.
Los funcionarios entrevistados, añade, reconocen que se equivocaron al no aplicar los procedimientos indicados por la instancia superior. Solo las de Recursos Humanos cumplieron con lo establecido: habían comunicado desde mayo la incorporación de las dos egresadas.
Casanova señala que es tarea prioritaria cumplir lo indicado correctamente, para no crear insatisfacción en quienes dieron un paso al frente cuando fue necesario. Por ello, se tomarán medidas con quienes propiciaron el suceso con esas historias vivientes de la educación en Jovellanos.
Se determinó como máximas responsables a la Directora Municipal y la Jefa del Nivel Educativo, por incumplimiento de la indicación del Director Provincial, quien orientó en varios escenarios que, por la sensibilidad que implica el proceso, tenían que conducirlo ambas, no los directores de las instituciones. Y se orientó, además del reconocimiento público de ambas maestras, que la Directora Municipal y la Jefa del Nivel Educativo debían personarse en las casas de aquellas para reconocer su error y disculparse.
El Director Provincial y otros funcionarios visitaron a ambas educadoras, para darles respuestas e informarles que serían aplicadas medidas a los implicados que propiciaron que se sintieran tristes e insatisfechas por el tratamiento recibido en su municipio, al tiempo que les reconoció por su trayectoria laboral, como muestra de respeto. Y ellas expresaron que pueden contar con ellas cuando hagan falta, por lo que se encuentran listadas en el banco de maestros dispuestos a ocupar plazas cuando se les llame.
«Trabajaremos para que en nuestro territorio no ocurran hechos de esta magnitud, ya que esos maestros merecen todo el respeto y admiración por el servicio prestado», concluye.
Se agradecen la respuesta y el desagravio por lo que tanto dañó a esas veteranas maestras. Y solo faltaría saber, por respeto a ellas y a nuestros lectores, qué medidas se adoptarán con quienes cometieron esa falta de tacto y de delicadeza tan dañinas, que dejan heridas.
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