Acuse de recibo
«Cuando despertamos, el vertedero seguía ahí», parafrasea así ingeniosamente Fredy Ocaña Casignia el cuento más breve de la literatura universal, escrito por el narrador hondureño nacionalizado guatemalteco Augusto Monterroso, relativo a un dinosaurio. Pero la historia a la cual alude el remitente cubano en la realidad capitalina es demasiado larga, preocupante y sin solución.
Ocaña, quien reside en calle 118, Edificio 1, apto. 2D, Micro Cujae, en el municipio habanero de Marianao, revela la preocupante situación tóxica y contaminante del famoso vertedero de basura de la capital del país, vecino de la Cujae y localizado en calle 100, 114 y la autopista a Pinar del Río.
«Quizá sea un ejercicio inútil, manifiesta, pensando que si en tiempos en que se pudo resolver el problema no se hizo, ahora con tantas dificultades juntas, pretexto para justificar todo cuanto no se resuelve, menos lo harán ahora».
Pero aún Fredy quisiera confrontar argumentos, ver si se puede emplear la creatividad a la que tantas veces se alude para soluciones reales, porque de la manera que siguen las cosas, van a seguir enfermando personas, y lo que es más grave, muriendo (de acuerdo con datos irrebatibles que posee).
El remitente denuncia «la quema incontrolada de la basura, en un vertedero improvisado desde sus inicios, y que prácticamente es el principal de La Habana, en el que se ha trabajado tan mal en el tratamiento debido de los desechos».
Afirma que se han dado algunas respuestas al reclamo, «algunas francamente mentiras, otras justificaciones, promesas; y ahí está contaminando impunemente. Molestando aún más con todos los problemas que tenemos en la actualidad. Irritando cuerpo y espíritu. Sumando pesimismo».
Refiere Fredy que tiene un hijo que cumple 20 años, y ha tenido que lidiar desde su nacimiento con esa desgracia: asmático, alérgico, como muchos habitantes de estos barrios, quien le argumenta de la inutilidad de esta su carta, porque, según su parecer no va a pasar nada. Va a seguir igual o peor: reflejo del sentir mayoritario de muchas personas al respecto, sobre todo de quienes residen cerca del vertedero.
Ojalá, dice con cierta mezcla de duda y esperanza, puedan publicar esta carta, y haya una respuesta de quienes realmente son los implicados. No esas respuestas que trajeron en otras ocasiones para que firmáramos.
«Emplazo al Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, expresa, a que nos responda y ojalá ofrezca una solución a corto plazo. Podría ser que nos incluyeran en la bastante publicitada Tarea Vida, de la que tanto se oyó y se escribió, para rescatar la naturaleza».
Señala que «la madre naturaleza viene, como todos los años, a nuestra salvación, con sus lluvias tempranas de mayo, aplacando un poco el fuego que consume la basura y emite tantas toneladas de humo dañino. Pero la lluvia se aplaca y luego todo sigue igual o peor. Y si hay sequía, estamos condenados», concluye Fredy.
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