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Esperando respuesta de la Empresa Eléctrica

El pasado 14 de octubre, desde la finca Las Mercedes, en Calle 100, entre Calle 20 y Ojo de Agua, municipio habanero de Cotorro, Edgardo Borrero Guerrero denunció que en la madrugada del 22 de septiembre de este año se robaron la acometida eléctrica que alimenta su casa, desde el poste donde está el transformador al poste sito en los límites de su cerca perimetral.

Pensaron que era un habitual apagón, hasta que a las diez de la mañana descubrieron la fechoría. Edgardo fue a la Policía a hacer la denuncia. Y reportó el robo al 18888. A la una de la tarde, se personó en las oficinas de la Organización Básica Eléctrica (OBE) del municipio. No había nadie de Atención a la Población, ni otra persona administrativa para atenderle, solo la trabajadora de la puerta, quien le explicó que debía esperar por el carro para que se presentara en el lugar del suceso.

Al otro día, 23 de septiembre a las 12:38 p.m., Edgardo retornó a las oficinas de la OBE, a averiguar por qué el carro no fue. La compañera de Atención a la Población le dijo que formulara de nuevo el reporte, porque por equivocación del Despacho, el realizado se hizo por una desconexión. Que pudo haber sido por un error humano. Él lo repitió, y ella le dio los números telefónicos para evitar que tuviera que ir hasta allí.

Edgardo volvió el 26 y lo atendió la de Recursos Humanos. Hizo de nuevo el reporte, y habló personalmente con el chofer del carro que estaba de turno. Fueron rápidamente, y le dijeron que ese trabajo de destejer el cable nuevo que él había resuelto por sí mismo y montarlo, era labor de otra brigada. Que harían el reporte para que se ejecutara el trabajo al siguiente día. Pero nadie fue el 27.

El 28 Edgardo recibió una llamada del teléfono 76463191. Supuso que era del puesto de mando de la provincia, pues decían que ya tenían los insumos, que esperara el carro, que ese día se presentarían en el lugar. Nadie fue.

El 29 volvió por la OBE y le atendió el de Operaciones, quien le informó que el 30 iría la brigada a realizar el trabajo. Nadie fue. El 1ro. de octubre Edgardo fue de nuevo a la OBE, y solo estaba la muchacha de Recursos Humanos, a quien le solicitó el nombre del director de la OBE para entregarle una queja. Y ella se negó, manifestándole que no estaba autorizada. Él ripostó que el director era una persona pública. Ella, delante de Edgardo, llamó al director, quien también se negó a dar su nombre.

El 2 de octubre por fin el carro con cuatro trabajadores y el jefe de brigada fue a su casa. Y para asombro del cliente, el jefe de brigada dijo que solo podía ponerle 30 metros de acometida de donde estaba el transformador hasta el reloj. Edgardo alertó que se robaron una cantidad mayor a esa. Y el jefe le explicó que por ley son 30 metros desde el transformador hasta el contador de la casa.

«Entonces, añadía, ¿por qué se había puesto ese cable tan largo violando lo establecido? ¿Nadie sabía que era una violación tanto cable? ¿Por qué cuando hice la denuncia a la policía, en la OBE nadie me dijo nada? Las veces que fui a la OBE sucedió de todo: varias personas con quejas de la mala atención y sin respuestas para sus problemas. Y allí supe que las acometidas se las roban personas inescrupulosas para venderlas».

Aún el día en que se publicó la denuncia, Edgardo permanecía en tinieblas, y no de apagones programados ni súbitos. Nadie había vuelto por allí.

Y como ya se está haciendo una costumbre que los propios ciudadanos escriban mucho antes que las instituciones aludidas, el pasado 31 de octubre Edgardo volvió por sus fueros, para contar que el 16 de ese mes a las 10:00 a.m. ya estaba puesto el cable de la acometida para la casa.

Y afirmó que «allí no fue nadie de la OBE a dialogar y disculparse; incluso los compañeros de la brigada desconocían la esencia de por qué estaban realizando ese trabajo». Y transmite su agradecimiento a esta sección por haber publicado su queja.

No obstante, aquí estamos esperando la respuesta oficial de la Empresa Eléctrica de La Habana sobre todos los accidentados pormenores de lo que tuvo que esperar Edgardo para que su caso se atendiera y resolviera.

Para que lleguen sus quejas o planteamientos a esta sección, usted deberá enviarlos al correo lectores@juventudrebelde.cu, sin olvidar su nombre y apellidos y la dirección particular donde reside.

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