La tecla del duende
Una pequeña corneja, que vivía entre las ramas de los árboles, empezó a sentirse intranquila después de que pasaran varios meses sin lluvia y con el bosque cada vez más seco. «Como siga así, voy a morirme de sed», se decía el pobre pájaro, que llevaba tiempo sin beber ni una gota de agua. Un día, mientras estaba volando a ras del suelo, vio entre las hojas de un pequeño matorral el asa de una jarra. Llena de curiosidad, estiró de ella para poder ver bien su contenido. Se asomó al borde del recipiente y... ¡sí! ¡Quedaba un poco de agua! Pero estaba al fondo y ni siquiera con su pico la corneja podía alcanzarla. «Oh, no... Yo que pensaba que, al fin, podría beber agua... ¿Qué puedo hacer para conseguirlo?», se preguntó. Después de pensar y pensar, la corneja tuvo una idea. Se puso a buscar piedrecitas pequeñas que fue depositando dentro de la jarra. Cada vez que metía una, el nivel del agua subía, así que repitió esta acción hasta que el líquido llegara al borde para poder beber sin más contratiempo. De esta manera, la corneja pudo salvar su vida.
«¡Qué importante es no darse nunca por vencido!», se dijo feliz. Y es que no tenemos que olvidar que con ingenio y perseverancia siempre podremos solucionar cualquier problema que nos surja. (Enviado por Onel).
A veces también toca despedirse…
De los planes que ya no fueron, de las promesas que se quedaron a mitad, y de esas versiones de nosotros que un día fueron tan felices… pero que hoy ya no nos dejan vivir el presente en paz.
Y sí, hay que soltar…
Pero no con rabia, sino con cariño.
Con ese amor valiente que honra lo vivido, llenos de fe que algún día volveremos a sentirnos así de plenos o mucho mejor...
¿Sabes algo?
Solo cuando abrimos las manos y el corazón, cuando dejamos ir de verdad, es cuando empiezan a llegar las cosas bonitas otra vez.
Nuevas risas, nuevas personas, nuevas formas de ser feliz.
Soltar no es perder. Es hacerle espacio al alma para volver a brillar. Solo hay un camino, y tú elijes.
Purifica, limpia, sana... ¡En espíritu y en verdad! (Enviado por Anelys Amarante).