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Foto: González Rivas MATANZAS.—Mélani Mantilla Gómez nació dos veces en apenas once meses de vida. Esta niña cardenense cayó accidentalmente desde el balcón de un apartamento ubicado en un cuarto piso, aproximadamente a 12 metros de altura y ¡está vivita y coleando!
Aunque todavía recibe asistencia médica en el hospital pediátrico provincial Eliseo Noel Caamaño, donde la remitieron el día 21 de enero, la niña evoluciona bien. Los trabajadores del hospital la han bautizado como la «niña de goma».
Yaiteh Gómez, su mamá, nos cuenta, todavía con el susto retratado en sus ojos, que enmudeció y no reaccionaba cuando la pequeña caía hacia el jardín.
Eloy y William, dos vecinos que realizaban trabajo voluntario, también se sorprendieron con aquel ruido sordo del golpe contra la tierra y en instantes ya corrían con ella hacia un auto para trasladarla al hospitalito cercano.
«Todo fue muy rápido», asegura Yaiteh, mientras recuerda que el personal de las tres instituciones de salud adonde llevaron a Mélani anduvieron veloces y con gran profesionalidad.
La recogieron y llevaron a un hospitalito en el Reparto Dos de Diciembre, y de allí al hospital de Cárdenas, de donde a su vez fue trasladada hacia Matanzas en una ambulancia de apoyo vital avanzado, con médico y enfermera especializados, y todos los recursos disponibles.
«Cuando llegó, empeoró; eso es normal en estos traumas, pero luego reaccionó bien», nos dice Reynold García Montes de Oca, especialista de primer grado en Medicina Intensiva y Emergencia, médico que recibió el caso en la Sala de Terapia Intensiva.
Sostiene que fue vital que hubiera un hospitalito cerca y que se contara con ambulancia sofisticada, pues el traslado dura alrededor de 35 minutos y eso dio tiempo.
Todo estaba preparado. Desde Cárdenas llamaron para avisar que se había caído una niña de un cuarto piso y que la remitían para Matanzas. «Cuando llegó respiraba con mucha dificultad y sus movimientos eran lentos», explica el especialista.
«Decidimos entubarla, se le colocó el respirador, se sedó y se lograron los parámetros necesarios para mantenerla adecuadamente», explica el especialista y comenta que se pusieron todos los esfuerzos en función de atender con prontitud a la niña. Se mandó a buscar a un neurocirujano, cirujano, radiólogo y ortopédico, intensivistas, personal de enfermería...
«En el caso de la niña empleamos en su entubación un equipo de última generación que recibió el hospital», enfatiza.
No se notaron lesiones que recabaran tratamiento quirúrgico y estuvo en el respirador más de 36 horas. «Se le hizo un ultrasonido y al siguiente día se llevó a la capital para una tomografía, la cual resumió que tenía una pequeña hemorragia, que tampoco necesitaba tratamiento quirúrgico.
«La niña neurológicamente evolucionó bien y se pudo desacoplar del ventilador», nos dice Montes de Oca.
«Fue una casualidad o un milagro que no tuviera ninguna lesión después de esa caída desde un cuarto piso. Los niños a esa edad son muy plásticos; ya hemos tenido dos casos parecidos y no han tenido problemas; ellos son muy frágiles. Si llega a ser en un adulto quizá hasta le causara la muerte».
Argumentó que en este caso debió influir el peso de la niña, sus tejidos blandos y los huesos que no están tan duros.
Ella crecerá y de adulta quizá no crea su propia historia. Nacer dos veces en once meses de vida puede que sea un récord. Ella vino al mundo el 10 de febrero de 2006, así que, ratifica su familia, a partir de ahora le celebrarán el cumpleaños por partida doble.
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La mamá y su niña. Foto: González Rivas
