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Dan a conocer plan nacional de formación vocacional

Proyectos para ayudar a que los estudiantes tengan información sobre diversas especialidades, se analizaron durante un Seminario Nacional de Educación

Autor:

Margarita Barrios

Información sobre las diversas carreras y especialidades, no solo de lo que van a estudiar, sino del perfil ocupacional que tendrán luego de graduados, es un reclamo que los jóvenes hacen a la hora de elegir qué camino seguir en los estudios.

La reciente reedición de ¿Qué voy a estudiar?, un texto que recoge detalles de las carreras universitarias, se completará ahora con otro folleto que contiene las que se imparten en las escuelas de la Enseñanza Técnica Profesional y de Obreros Calificados.

Esos textos están a disposición de los estudiantes en las instituciones educacionales, se precisó en el Seminario Nacional para la preparación del venidero curso escolar, que se realiza en la capital.

Según explicó en el Seminario la viceministra Margarita McPherson, la formación vocacional es un sistema de influencias educativas que estimulan el interés del sujeto a determinada esfera de la vida económica o social, o carreras u oficios específicos.

«Esa vocación o interés no es innata ni heredable, sino resultado de las vivencias del sujeto a través de la educación y la vida cotidiana, y tiene un condicionamiento socio-histórico».

Hacer coincidir las necesidades del país —que concuerdan con el número de plazas que se ofertan— con los intereses o gustos personales no es siempre una tarea exitosa.

Por eso algunos abandonan los estudios y otros no ejercen la especialidad en la que se prepararon, o terminan un técnico de nivel medio en una rama y van a la educación superior en busca de otro camino.

En el caso de las carreras de perfil pedagógico la situación se torna más difícil debido a las necesidades que tiene el país de formar jóvenes que amen esa profesión.

En el Seminario se dio a conocer el plan nacional de formación vocacional, que involucra en primer lugar a la escuela, a las organizaciones estudiantiles, los palacios de pioneros y llega hasta la familia.

«Que la clase constituya la primera actividad de formación vocacional y orientación profesional, a partir del aprovechamiento de las potencialidades del contenido, la ejemplificación y la ejemplaridad del docente en su desempeño pedagógico», significó la doctora McPherson como baluarte para crear en los jóvenes amor por el magisterio.

«La selección de una carrera o especialidad y la permanencia en la misma —apuntó la Viceministra—, son decisiones personales determinadas por varios motivos y circunstancias de orden económico, social, familiar y personal.

«La escuela es la encargada de ejercer un rol protagónico en la formación vocacional, y en romper esta dicotomía entre el deseo del joven y las posibilidades reales de cada territorio a la hora de darles empleo a los graduados».

Sembrar historia

La importancia de la enseñanza de la Historia de Cuba como vía para sembrar valores en los jóvenes, y la formación vocacional, fueron también temas de análisis en el Seminario Nacional para la preparación del venidero curso escolar.

El ideario de Martí y Fidel, así como la utilización del libro de texto son claves para la enseñanza de la Historia de Cuba, según el profesor Horacio Díaz Pendáz.

En su exposición afirmó que el libro de texto constituye un sistema de medios en sí, pues además de lecturas, tiene láminas, fotos y mapas que permiten un mejor acercamiento a la materia.

«La enseñanza de la Historia no deberá estar reducida nunca al texto; el alumno debe estudiar y consultar diversas fuentes —apuntó—, pero esa concepción no excluye que el primer esfuerzo pedagógico esté encaminado a que el estudiante domine los contenidos de ese libro escolar.

«Los que nos escuchan en el aula tienen que sentir que estamos convencidos de lo que estamos diciendo, vibrar con nosotros. No se puede enseñar Historia con la frialdad que hacemos un experimento de laboratorio», puntualizó.

Añadió que el tesoro más grande del sistema de educación son sus maestros, porque las definiciones y conceptos son esenciales; pero no se educa con formalismos, lo más importante es la manera de decir las cosas.

Más adelante puntualizó que el pensamiento de Martí y de Fidel resume por qué el conocimiento histórico es una de las imprescindibles armas que tienen nuestros educadores en su empeño por forjar patriotismo en sus educandos.

Entonces recordó que Martí, en 1881, dijo: «De amar las glorias pasadas, se sacan fuerzas para adquirir las glorias nuevas». Y Fidel, el 29 de mayo de 1992, afirmó: «Estudiar la historia y estudiarla a fondo es quizá el instrumento más extraordinario de que dispongamos para transmitir valores, sentimientos patrióticos, sentimientos revolucionarios, sentimientos heroicos».

El Ministerio de Educación tiene implementado un plan de acciones para la enseñanza de esta asignatura. El próximo curso se insertará en el currículo de séptimo y octavo grados la Historia de Cuba —hoy solo se imparte Historia Universal— con lo cual se profundizará en los contenidos aprendidos en la primaria, que luego se complementan en noveno grado y se amplían nuevamente en décimo.

Reanudar el trabajo de las cátedras de Marxismo-Leninismo e Historia en los institutos superiores pedagógicos, y la reapertura de la carrera que formará especialistas en esa materia, será también un paso que comenzará el próximo curso, aunque sus resultados serán a más largo plazo.

Hoy terminará el Seminario, en el cual participan cuadros de diversas instancias del Ministerio de Educación, los cuales también abordaron, entre otros temas, la evaluación de los educandos y la actividad científica en las escuelas.

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