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A la responsabilidad contra el Aedes aegypti, abra la muralla

Especialistas de la Isla de la Juventud revelan que existen las condiciones para un brote epidémico. Aunque no se reportan casos de dengue, llaman al pueblo del territorio a incrementar el compromiso individual con la higiene

Autor:

Roberto Díaz Martorell

NUEVA GERONA, Isla de la Juventud.— Marino Mendoza se levanta todos los días listo para caminar varios kilómetros entre el sube y baja de las escaleras, largas cuadras y recovecos insospechados para garantizar la salud a los moradores de Pueblo Nuevo, uno de los Consejos Populares de la Isla de la Juventud con mayor población de Aedes aegypti, insecto endémico del trópico, en especial del Caribe y América Central.

No obstante, no todas las personas abren las puertas a los operarios: muchos se niegan a recibir el servicio de fumigación y se justifican con los niños, algún tipo de enfermedad alérgica, dicen que van a salir en ese momento o simplemente afirman que no confían en el producto.

«Sin embargo —se queja Marino—, cuando los jefes del programa y la presidencia de los Comités de Defensa de la Revolución los visitan para multarlos, entonces dicen que sí, que entremos a fumigar. Lo hacemos por la importancia que tiene para la salud, pero nos hacen trabajar doble y no es justo, porque todos nos beneficiamos».

Es por esa última razón que la niña Olga Lisa Bacallao Blanco ayuda en casa con el autofocal. Ella reconoce el valor de la higiene para la salud y coopera con el cambio de agua de su perrita y los floreros de mamá.

«Tapamos los tanques para que no les entren aguas malas, enterramos unas gomas en el patio y mi papá lo mantiene chapeado para que no nos pongan multas y no haya mosquitos; la basura la guardamos en cubos para botarlas luego, cuando pasa el carretón o el carro por la cuadra», dice segura.

Su mamá, ama de casa acostumbrada a los trajines del hogar, deja por un momento la lavadora para franquear la entrada a los fumigadores. «Realmente los que no permiten que fumiguen cometen un serio error y le hacen juego al mosquito. Esperar 30 minutos no es demasiado tiempo, si no el producto no surte efecto», alega con mirada de experta.

En ese ajetreo transcurren los días para los 274 trabajadores de Vectores en este municipio especial, quienes incrementan las acciones de vigilancia, inspección y tratamiento en las comunidades a fin de minimizar los focos que puedan desencadenar una epidemia.

Percy Castro Batista, funcionario del sector de la Salud en la Isla de la Juventud, reconoció que por problemas subjetivos se retrasó el tratamiento profiláctico al vector en las comunidades del macizo urbano de Nueva Gerona y que junto al incremento de las lluvias típicas del verano, se favoreció el aumento del Aedes en este territorio.

«Esa situación permitió al mosquito utilizar todos los depósitos en potencia, incluyendo aguas sucias y fosas como resultado de la competencia y la superpoblación que existe, al punto de que hoy están creadas las condiciones para un brote epidémico», explicó el directivo.

Acción y reacción

Percy Castro Batista informó que para evitarlo se ejecutan acciones encaminadas a reforzar la vigilancia en fronteras (puertos, aeropuertos y terminales marítimas) a fin de prevenir un brote epidémico por la cadena de transmisión, si se tiene en cuenta que la Isla de la Juventud es uno de los territorios de Cuba que mayor trasiego de personas tiene durante la etapa vacacional.

«En el caso de los consejos populares aquí, activados hoy en su totalidad, con mayor o menor sistematicidad en su funcionamiento, les hemos recomendado soterrar los atascos de agua, velar por el tapado de tanques bajos y altos y quemar los desechos sólidos como papel o nailon para no seguir aumentando la focalidad», acotó.

Al concluir el mes de junio se observó un decrecimiento de la focalidad tras un tratamiento adulticida intensivo intra y extradomiciliario, pero desgraciadamente, como cualquier tratamiento médico, tiene un tiempo, y precisa de una gran responsabilidad individual para tener éxito.

Razonemos: todos los insumos, abate, plaguicidas, insecticidas y combustible que se emplean en esta campaña antivectorial cuestan mucho dinero al Estado cubano que tiene la voluntad política de preservar la salud humana, entonces ¿es justo que existan personas irresponsables e incapaces de ser coherentes con ese sacrificio?

Según el especialista, los gastos del programa se pueden reducir un 80 por ciento de cumplirse todas las acciones físicas en los consejos populares, ya que la mayoría de los focos se detectan en los hogares y sus exteriores.

Este diario pudo comprobar que justo en la intersección de las calles 20 y 47 del reparto Pueblo Nuevo, existe un vertedero que agrupa, entre otros desechos, un número considerable de neumáticos viejos, que de acuerdo con los expertos son «hoteles cinco estrellas» para el Aedes.

Ciro Díaz, presidente del CDR 6 de la zona 49, donde está enclavado dicho basurero, comentó a este reportero que una vez se autorizó; sin embargo, en reciente reunión acordaron eliminarlo.

«Ahí bota basura todo el mundo, desde los mismos vecinos hasta otros que vienen en carros, carretones de caballos, bicitaxis. Lo primero que tenemos que hacer es limpiar esa área, entonces otro gallo cantaría».

Entre las ideas que propone Ciro está cercar el lugar, sembrar flores e identificar con carteles de «No botar basura» para detener a los indolentes.

Por su parte, Pablo Martínez Pérez, subdirector de la Empresa de Servicios Comunales, asegura que el sistema está organizado para entrar hasta tres veces al mes en cada uno de los consejos populares…, pero que el vertedero sigue ahí.

«El equipo (cargador) está trabajando a tiempo completo desde que llegó al municipio —aclara Martínez Pérez—, y en estos momentos tiene dificultades con el filtro; aunque estamos gestionando la pieza todavía no tenemos respuesta. Lo que no podemos hacer es violentar la máquina porque el remedio podría ser peor que la enfermedad».

El directivo explicó que durante el operativo intensivo se sobreutilizó el cargador para sanear todo el vecindario de Pueblo Nuevo, y es el único que tienen para hacer frente a toda la demanda.

Abre la muralla

Si en manos de este periodista estuviera la posibilidad de realizar alguna enmienda al poema La muralla, de Nicolás Guillén, sería la siguiente: «Tum, tum; ¿quién es?, El fumigador contra el mosquito, abre la muralla».

No me considero un bardo, pero sí un constante batallador por la salud humana, por lo tanto apuesto por una cultura popular de higienizar el hogar y sus áreas exteriores, eso no solo ayuda a minimizar los riesgos sino también vuelve más agradable el entorno.

No se trata de hacer un «plan tareco», ni movilizar una flotilla de camiones, sino de localizar nuevos vertederos que complican aun más el medio ambiente, cumplir con las medidas de destrucción o de protección de la cantidad de depósitos en las casas, aprovechar más las acciones que desde los CDR se proyectan en la recuperación de materias primas y no propiciar la reproducción del vector.

En ese sentido, Percy Castro Batista señaló que los pobladores deben incrementar la percepción real del riesgo que corren y comprenden que las consecuencias estarán en correspondencia con la seriedad y la urgencia de su actuar.

«Por citar un ejemplo —refiere— muchos se quejan de las tupiciones y estancamiento de aguas albañales en los barrios, pero en ocasiones son ellos mismos los responsables, porque de las redes hemos sacado mondongo de cerdo, pedazos de colchonetas, zapatos y ropa vieja, entre otras cosas».

Tal comportamiento requiere respuestas más enérgicas contra las personas y entidades que incurren en esas indisciplinas sociales en detrimento de la salud y la sostenibilidad del territorio.

De igual modo, el doctor Iván Silvera, subdirector de Salud, subrayó que el éxito de la campaña se garantiza en las casas, «las acciones centralizadas ayudan a revertir una situación equis, pero el día a día lo protagonizan los residentes de esas zonas con riesgo».

«Hoy no tenemos registrado casos de dengue por suerte para el territorio, aunque como sistema vigilamos con seriedad la aparición de los síndromes febriles, pero de escaparse alguno —nada es infalible—, sobre todo de los que visitan la Isla estas vacaciones, nos pueden complicar porque el vector está ahí», agregó.

Si se puede evitar un contagio masivo por qué no cooperar. Para que se tenga una idea, el dengue es una enfermedad infecciosa de causa viral que transmite el mosquito Aedes aegypti; este desova en depósitos de agua dulce y limpia que quedan dentro de cubos, llantas, macetas de plantas, en las gavetas del refrigerador, floreros… se reproduce y pica, y puede ser letal.

Todo ese proceso se produce en casa, donde vivimos todos y nos exponemos todos de no ser responsables. ¿Cómo evitarlo? Mantenga su patio limpio y las vasijas bocabajo, siembre las plantas en tierra, tape los tanques para acopiar agua y, muy importante, permita que el personal de salud rocíe insecticida en su casa.

Si va a salir, está cocinando, limpiando o disfrutando de la programación de verano, piense dos veces antes de cerrar su puerta a los fumigadores; solo la higiene personal y colectiva pudieran disminuir los focos de mosquitos, y así estaríamos contribuyendo a evitar la propagación de una terrible epidemia. Abra la muralla.

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