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Iglesia cubana recela de toda injerencia foránea en los asuntos internos del país, dice Arzobispo de Santiago de Cuba

Nos sentimos comprometidos a lograr una República próspera, participativa para todos y por el bien de todos, como quería José Martí, dijo Monseñor Dionisio Guillermo García Ibáñez, también Presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de Cuba, al dar la bienvenida Benedicto XVI, antes de iniciar la misa que oficia en Santiago de Cuba

Autor:

Juventud Rebelde

Recelamos de toda injerencia foránea en nuestros asuntos internos y nos sentimos comprometidos con lograr una República próspera, participativa para todos y por el bien de todos, como quería José Martí, expresó el presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de Cuba, Monseñor Dionisio Guillermo García Ibáñez, al dar la bienvenida a Benedicto XVI, antes de iniciar la misa que oficia el Santo Padre en la Plaza Antonio Maceo de Santiago de Cuba.

El también Arzobispo de Santiago de Cuba manifestó que el consenso para alcanzar estos ideales nunca termina, y añadió que también estamos empeñados en que el bienestar y la justicia llegue a todos.

El religioso, al dar la bienvenida al Santo Padre, le expresó que en la histórica plaza, dedicada a un héroe hijo ilustre de esta ciudad —Antonio Maceo y Grajales—, estaban presentes miles de hermanos procedentes de todo el país y de fuera de Cuba, que vinieron a encontrarse con él, a mostrarle su afecto, a celebrar juntos la fe.

Esta arquidiócesis primada, en nombre de la Iglesia que está en Cuba y de todos los cubanos de buena fe, se siente feliz de que Usted haya querido venir hasta El Cobre como peregrino, a venerar a la Virgen en la celebración del Año Jubilar, por su presencia maternal en la historia de nuestro pueblo y de cada cubano en particular, subrayó.

«Santo Padre, somos un pueblo mestizo que se mezcló social y racialmente en esta Isla hermosa, acogedora, bendita por Dios y difícil de olvidar. Hoy, donde quiera que estemos, llevamos con orgullo el nombre de cubanos», manifestó.

El Arzobispo agregó en la preparación del Año Jubilar, los cubanos pidieron a la Virgen de la Caridad del Cobre disipar las barreras entre cubanos. «Todos tus hijos clamamos, Virgen mambisa, que seamos hermanos», destacó.

La Virgen del Cobre nos ha acompañado durante 400 años, porque en ella los cubanos descubrimos el amor de Dios para nosotros, o porque la descubrimos presente entre nosotros desde los mejores anhelos e ideales patrios, continuó.

Señaló que nuestro pueblo acude a su Patrona buscando la vida, paz y esperanza que solo Dios es capaz de dar. Ella es camino seguro para encontrarnos con Dios, que es el único camino de la verdad y la vida, acotó.

Pidió al Santo Padre que ayude a que el pueblo cubano no tenga miedo de encontrar a Jesús por María. Que no tenga miedo de hacer realidad el encuentro con Dios en un espíritu de misericordia, de diálogo, de reconciliación, con la certeza del ideal martiano de que solo el amor construye.

«Santidad, preparar su visita a nuestra ciudad ha sido un gran esfuerzo. Recibirlo, presentándole a pesar de nuestra pobreza una ciudad más linda y acogedora, requirió del esfuerzo de todos. Sea esta una parábola que muestra que, al unir voluntades en el bien, se puede lograr una buena obra», acotó.

«Quisiera terminar con las palabras finales que Monseñor Pedro Maurice Astíu, mi predecesor, dijo a Juan Pablo II cuando visitó Cuba: Santo Padre, los cubanos suplicamos a  Su Santidad que ofrezca junto al cordero inmaculado de Dios que quita el pecado del mundo, todas las luchas y azares del pueblo cubano. Bienvenido Benedicto XVI. Bendito el que viene en nombre del Señor», finalizó.

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