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El tornado dejó huellas… y enseñanzas

Pocos reconocerían ahora las zonas de desastre, aunque hay «marcas» que delatan lo ocurrido, entre ellas los cientos de familias que ya no habitan sus casas y las paredes y techos que comienzan a levantarse

 

 

Autor:

Iviani Padín Geroy

EN los municipios capitalinos de Regla y Diez de Octubre casi no quedan escombros. Pocos reconocerían ahora las zonas de desastre tras el paso del tornado en la noche del 27 de enero. 

Aunque hay «marcas» que delatan lo ocurrido; la máquina de coser de la abuela que voló al ritmo de los primeros vientos, el retrato familiar que perdió los colores, el diploma que ganó el niño en la escuela y que nadie encuentra, los cientos de familias que ya no habitan sus casas, las paredes y los techos que comienzan a levantarse, el polvo que siempre sigue a los constructores. 

Sin embargo, si bien duelen los estragos del tornado, nadie llora, nadie tiene tiempo para sentimentalismos. El trabajo por hacer es inmenso y todos lo saben. Así lo aseguraron, el miércoles último, cuando este diario tuvo la oportunidad de dialogar con ellos y recorrer algunas de las oficinas de trámites donde son atendidos los damnificados.

Trámites… ¿Papeleo necesario?

Leonel Mayo Laviña, director de la Dependencia Interna en el Gobierno de Regla, informó a Juventud Rebelde que el total de viviendas afectadas en el municipio de Regla asciende a más de 800; de estas más de cien son derrumbes totales.

Para agilizar los trámites, sin violar los procedimientos establecidos y que los damnificados reciban los materiales de la construcción en el menor período de tiempo posible, se han habilitado dos oficinas de trámites, una para el Consejo Popular Loma Modelo  y otra para el Consejo Popular Guaicanamar.

La pronta atención a los damnificados ha sido posible gracias a la cooperación intersectorial entre especialistas del Banco Metropolitano, de los ministerios de Comercio Interior y de Trabajo y Seguridad Social, del Instituto de Planificación Física, así como de estudiantes de la Universidad Tecnológica de La Habana José Antonio Echeverría, explicó Erika Arocha Cartas, jefa de la Oficina de Trámites Loma Modelo, Regla.

«Los delegados de cada circunscripción también desempeñan un papel de-terminante: son los encargados, junto con los trabajadores sociales, de establecer las prioridades en cada zona; pa-ra ello se tiene en cuenta si en el núcleo existen niños, discapacitados o ancianos, entre otros factores», enfatizó.

Las tramitaciones que estamos llevando a cabo son complejas, precisó Arocha Cartas. «Participan varios especialistas de diferentes entidades y nos enfrentamos a una situación así por primera vez, por lo que estamos tratando de perfeccionar nuestro sistema de trabajo y evitar que se cometan errores humanos en las fichas técnicas».

En el municipio más afectado, Diez de Octubre, hasta el momento se registran 350 derrumbes totales y 446 parciales, 584 derrumbes totales de techo y 796 parciales, así como 1 798 afectaciones de tipología I (ventanas, puertas y otras estructuras), reportó Bárbara Agón Fernández, presidenta de la Asamblea Mu-nicipal del Poder Popular, quien también afirmó que la construcción de casi 200 viviendas será asumida por brigadas estatales en una primera etapa.

Pedro Sánchez Domeche, jefe de una de las oficinas de Diez de Octubre, informó que se han procesado en el territorio alrededor de diez derrumbes totales y se han aprobado ocho subsidios, mientras se evalúan seis más. Destacó la importancia de los trámites, necesarios para la detección de timadores y para la seguridad de los damnificados.

«Una de las contingencias que hemos enfrentado ha sido la tramitación de expedientes que no pueden incluirse  dentro del concepto de damnificado por el tornado. Han sido personas deshonestas que han aprovechado el contexto para solicitar los materiales que necesitaban para la construcción o remodelación de su vivienda. Hoy se encuentran identificados y serán procesados y sancionados según establece la ley», sentenció.

Más de 9000 personas han sido asistidas en las oficinas de trámites. Foto: Maykel Espinoza Rodriguez.

Satisfacciones e insatisfacciones

«Me dirigí a la oficina de trámites y co-mo soy una mujer soltera, con una niña de 16 años y varias enfermedades, se aprobó para mi caso un subsidio y me asignaron una brigada de la Constructora Caribe, pagada por el Estado, contó María Julia Izquierdo Camejo, residente en la calle Delicia, en Diez de Octubre.

La vivienda de Silvio Piquero Morales —vecino del policlínico docente Lidia y Clodomira, en Regla— ya casi está terminada. «Nunca pensé que en tan pocos días fuese posible levantar lo que derribó el tornado, estoy muy agradecido con la atención que se nos ha dado y con el apoyo, tanto económico como moral», expresó.

Su casa forma parte del encargo que tiene la UEB 2 del contingente Julio Antonio Mella, la que entregará en los próximos días un total de cinco viviendas terminadas. Argelio Jerez, jefe de dicha brigada, con más de 30 hombres, trabaja desde el 1ro. de febrero en esta zona, no solo reconstruyendo paredes y techos, sino también pintando para que la barriada quede más hermosa que antes.

Sin embargo, aunque son numerosas las viviendas en las que ya se construye, las filas frente a las oficinas de trámites no parecen disminuir. Yoandra Aguilarte, con derrumbe parcial en su vivienda, que lleva tres días asistiendo a la oficina de trámites y aún no tiene la ficha técnica, contó. «El problema es la falta de organización; ya el técnico fue a la casa, pero luego me dijeron que las medidas estaban mal y que tenía que hacerlo de nuevo».

En la cola, a su lado, se encontraba Rosa Lacerne, de 70 años, quien narra que después que el técnico hiciera la valoración de su vivienda y de cinco días de tramitación le han informado que sus papeles no aparecen.

A Keivel Montero Ávila ya le entregaron los materiales para la reconstrucción de su vivienda. Sin embargo, luego que los pagara y transportara se le notificó que había recibido más materiales de los que necesitaba.

«Mis dos hijos, uno de 12 y otro de un año de edad, están con su abuela en Artemisa; mi mujer y yo estamos viviendo con nuestra vecina Marbelis. Me dijeron que no podía comenzar a construir hasta que no se terminara la investigación. Lo que me molesta es que mi familia se vea afectada por un error que no fue nuestra culpa», argumentó.

«Me han hecho el expediente seis veces»… «El técnico midió la vivienda con los pies y no con una cinta métrica»… «Los papeles dan más vueltas que el tornado»… Son criterios que se repiten, y que se obtienen también al conversar con Denis Upierre Cordero, administrador de la tienda de venta de materiales de construcción en la calle Diez de Octubre.

«Las principales insatisfacciones se deben a la realización de las fichas técnicas, las que a veces llegan a noso-tros con irregularidades y no podemos vender los materiales a los damnificados hasta que no se corrijan en la oficina de trámites correspondiente», explicó.

Añadió que el rastro cuenta con todos los materiales necesarios para la venta a la población damnificada: arena, polvo de piedra, gravilla, tejas, cemento de diferentes tipos y tanques de agua, entre otros. «El cuerpo de estibadores también ha sido reforzado con trabajadores de otros municipios y de entidades como la Refinería», añadió.

Aprender y crecer

El miércoles último, en la Mesa Redonda especial, el Presidente Miguel Díaz-Canel Bermúdez señaló que más de 9 000 personas han sido asistidas en las oficinas de trámites. Además significó cómo más de 5 700 afectaciones concluyeron su levantamiento y proceso de trámite en las oficinas abiertas para ese fin, más de 3 600 familias afectadas tienen los recursos en la mano para reponer las destrucciones y más de 900 casos han sido solucionados.

Desde las primeras horas posteriores al paso del tornado también se ha insistido en la importancia de priorizar la confección de la ficha técnica de cada vivienda, lo cual debe hacerse con premura, pero a su vez con toda la calidad requerida, de manera que se minimicen los errores que puedan llegar a las oficinas de trámites.

Nada puede justificar los errores y poco puede hacerse para resarcir los perjuicios causados como consecuencia, pero de esta experiencia, como de tantas otras, tendremos que aprender y crecer. Y en esa lista ocupan un lugar importante la necesidad de simplificar las tramitaciones y de profundizar en la capacitación de nuestra fuerza laboral, para responder a las necesidades de nuestra gente, en situaciones excepcionales y también en el día a día, en la normalidad.

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