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Empleo en Cuba: se acaba el vivir del cuento

Incentivados por el nuevo incremento salarial, desde que fue anunciada la Tarea Ordenamiento cerca de 15 000 personas acudieron a las direcciones de Trabajo para buscar empleo y más de 7 200 aceptaron la oferta. No a todos los mueve únicamente el dinero

Autores:

Haydée León Moya
Dorelys Canivell Canal
Lisandra Gómez Guerra
Ivett Rivera Macías

Es lunes, 28 de diciembre, apenas amanece, y frente a las oficinas de la dirección municipal de Trabajo, varios esperan. Casi todos son jóvenes, embelesados móviles en mano. Pregunto y la respuesta me llega a coro: buscamos trabajo. Unos argumentan que la cosa se va a poner dura para el vago. Otros consideran que hacía falta también para que las empresas no sean un lastre para la economía.

José Manuel Ocaña, de 21 años de edad, dice que él no aceptó la oferta dada en esa misma entidad cuando terminó el Servicio Militar Activo: «buscaba algo mejor remunerado y en la espera llevo un año sin hacer nada, pero ya me llegó la posibilidad: quiero ser obrero de la construcción, pero con el Estado, pues dicen que te dan posibilidad hasta para hacerte ingeniero mientras trabajas, y eso es lo que quiero».

Wilmer Osorio Ramírez (20 años), provoca risas con lo que constituye su argumento fundamental: «La vieja me dijo que si no me ponía para las cosas me iba a dejar los mandados de la libreta en la tienda; que se acabó lo regalado y ya estaba bueno de andar floreando, porque si la vida está dura, peor lo estará ahora para quienes no trabajen»

Ana María Diez Cañete (19 años) quiere dejar de ganarse la vida pintando uñas postizas: «Me gusta, es bonito, pero puede ser un extra, no mi único trabajo. La gente hablaba tan mal de las empresas, que son ineficientes, y no me decidía… Creo que con el ordenamiento están obligadas a cambiar. Eso es lo que me ha traído a buscar trabajo, aunque también que van a mejorar los salarios, lógicamente. Si van a pagar más, espero que exijan más y la gente no vaya a sus centros a gastar corriente y a perder el tiempo; si no, no avanza la economía».

En medio del intercambio se acerca otro muchacho con vestimenta de gastronómico: «Yo también vengo para ver si trabajo con el Estado. Aunque gano bien en el negocio particular donde estoy, el dueño cierra a cada rato para hacer nuevas inversiones y nos manda para la casa sin salario».

Razones

Entre las más esperadas desde que fue anunciada; polémica e inquietante cuando ya es un hecho, la nueva reforma salarial incluida en el proceso de ordenamiento monetario y cambiario en Cuba es, en boca de la población, un paso que acorta la distancia entre lo que percibirá el trabajador y el costo real de la vida en la sociedad cubana actual.

Pero no pocos piensan y expresan que es también un buen incentivo para incorporarse al trabajo: un empujón necesario para ir despejando el camino de la construcción socialista de una práctica tan deformante como vivir sin aportar. Y peor, muchas veces con un desenvolvimiento económico superior a quienes se dedican a labores socialmente útiles.

En apenas 20 días, en Guantánamo se presentaron 1 349 personas interesadas en laborar en el sector estatal. Oscar Mendoza Pérez, subdirector de Empleo de la Dirección Provincial de Trabajo (DPT), sostiene que en los 20 años que lleva en esa actividad jamás había vivido un impacto tan grande en tan poco tiempo de una medida para incentivar el trabajo, «mucho menos que casi la mitad aceptaran las plazas disponibles», enfatiza.

El 60 por ciento son jóvenes que no tenían vínculo laboral y ahora se emplearán, fundamentalmente, en la construcción de obras en polos turísticos, en la Empresa Constructora Integral de la provincia (Guanco) y en la producción agrícola. De los 554 que se incorporarán a tareas estratégicas del país, 485 irán al sistema empresarial y el resto a cursos de formación de oficiales del Ministerio del Interior.

«Este inusitado proceso favorece las estadísticas en cuanto a empleo juvenil este año, que ya rebasa la cifra de 5 000 muchachas y muchachos que se han sumado al sistema empresarial del territorio», afirma Mendoza, y ofrece un dato interesante: en Guantánamo, solo el 27,8 por ciento de los trabajadores por cuenta propia son menores de 30 años.

Transformar la mentalidad

En tiempos de transformaciones radicales es necesario cambiar la mentalidad; sobre todo en áreas deprimidas por el envejecimiento poblacional, expresa América Rodríguez Rodríguez, madre soltera del municipio de Niquero, en Granma, quien con 19 años comenzará como técnica de Recursos humanos en la rama agropecuaria.

Entre las opciones laborales existentes, ella encontró algo a su gusto: «La ganadería, la pesca, el sector tabacalero y la producción de alimentos son los que menos atraen, pero los nuevos salarios sin dudas favorecerán su revitalización y darán un mayor margen para que las personas puedan adquirir sus bienes. Esto genera un interés», estima la joven.

Si bien es cierto que muchos viven «del invento», ante el nuevo escenario será necesario tener ingresos superiores, comenta el bayamés Leandro Marrero Aldana (19 años), quien ingresará a la Universidad en febrero con muchas expectativas. Según cuenta, antes escuchaba mucho la frase «trabajar ¿para qué?», pero ahora será diferente: «El trabajo pudiera resolver parte de las expectativas que nos formulamos durante la vida… si los precios no suben demasiado».

Un criterio similar expresa Reynier Rodríguez Beltrán, dirigente de la UJC, organización que seguirá invitando a potenciar el trabajo: «Cada vez funcionará menos lo de “vivir del aire” y serán más los que buscarán empleo, también porque pertenecer al sector estatal o el privado se reflejará en la remuneración de la seguridad social percibida al momento de jubilarse. Esto, definitivamente, todos lo tendrán más en cuenta», afirma.

Para el pelotero de Río Cauto Lisvanys Vega Pompa, de 20 años, las personas en condiciones óptimas estarán obligadas a aportar a la economía hogareña, por iniciativa propia o por exigencia de los padres, quienes dejarán de hacer la vista gorda porque «las cosas no están para mantener vagos».

Al respecto la trabajadora social Zuzel Herrera Ortiz, del municipio de Yara, comenta que ya no procede otorgar ayuda económica a núcleos donde existe una persona en edad laboral sin trabajar por decisión propia, a quienes se está incentivando a anotarse en la bolsa de empleo.

«El remedio más efectivo para la vulnerabilidad es el trabajo. Ya se dieron cuenta de eso», afirma. «Cientos de jóvenes que han pasado por nuestras oficinas se mantienen reacios a aprovechar las 200 plazas disponibles para la agricultura, pero el ordenamiento ha conseguido variar un poco esa actitud».

Prioridades claras

En Pinar del Río, Alina Hernández Martín, subdirectora de la DPTSS, precisó a JR que tanto en el sector estatal como en el cooperativo y en el de trabajadores por cuenta propia, existen opciones nada despreciables para quienes, motivados por la reforma salarial y los nuevos precios de los bienes y servicios, deseen empezar a laborar.

En estas tres semanas se han atendido a 944 personas en las direcciones municipales, en busca de empleo: «Llama la atención el número de jóvenes, 496, y de ellos han salido con una ubicación laboral 399.

Toca a las direcciones municipales de trabajo despertar la motivación de la población, en particular de los jóvenes, para que puedan refrendar su derecho a un empleo digno. En función de esta misión trabajan todos los días, identificando más plazas para ofertar a los interesados. Los que no aceptaron las ofertas, refieren que no les agradan o tienen otras aspiraciones.

En varias provincias la prioridad de empleo está en el sector agrícola. Foto: Tomada de www.revista.anap.cu

Miguel es uno de esos casos. Primero impartió clases en un aula de primaria durante varios años. «Los niños son mi vida», decía. Un día tomó la decisión de irse de Educación porque necesitaba un mejor salario para poder terminar la casa que llevaba tiempo construyendo.

Encontró trabajo en una empresa como comercial y allí estuvo hasta hace muy poco, cuando la estructura de su centro laboral cambió y solo permanecieron en sus plazas varios especialistas. Al resto se les hizo una oferta de empleo, pero Miguel no aceptó entonces.

Ahora tiene un niño pequeño y se replantea conseguir un puesto acorde con su nivel educacional: «Lo que hay no me convence: agente de seguridad, mensajero, camillero… y una plaza como controlador de calidad en una entidad donde la calidad parece ser la última carta, y no voy a estas alturas a salir por el techo». Por eso seguirá esperando, como miles de vueltabajeros que no cejan en el empeño de conseguir un empleo acorde con sus necesidades, pero también con sus capacidades.

Según explica Hernández Martín, en estas semanas se han ubicado jóvenes en cargos técnicos, fundamentalmente en áreas de Recursos humanos, Economía y actividad comercial. No obstante, hoy en el territorio no resulta una prioridad el completamiento de plazas en el sector presupuestado: «La necesidad principal radica en la producción de bienes y servicios para sustituir importaciones».

La proyección de la provincia redunda en fortalecer la agricultura (tanto empresas estatales como cooperativas) y la construcción, y también hay opciones en la industria alimentaria y la producción de materiales de la construcción, los servicios en Salud y las agencias de seguridad y protección.

Otra vía para adquirir una vinculación laboral es obtener tierras en usufructo, y se debe instar a más jóvenes a emplear esta variante, teniendo en cuenta que la provincia ha formado un número considerable de ingenieros, técnicos y obreros de perfil agropecuario: «Las direcciones de trabajo en los territorios, de conjunto con las delegaciones municipales de la agricultura, tienen identificadas las tierras ociosas y se garantiza la agilidad en los trámites para su obtención por parte de los interesados», aseveró.

Mirar al futuro

El espirituano Aljer Luis Fiallo (27 años) poco caso hizo a quienes lo tildaron de loco por dejar a un lado «su libertad» de ser albañil particular y entrar en la Empresa de Construcción y Montaje de la provincia.

A solo dos meses de su inserción en la obra Viviendas Kilo 12, en la ciudad del Yayabo (donde nace un biplanta como futuro hogar de trabajadores del propio sector constructivo) siente que su decisión fue acertada.

Él integra la cifra de las 1 339 personas que se han acercado, desde el pasado 10 de diciembre, a las oficinas de Trabajo en Sancti Spíritus. «Hasta ahora 397 han aceptado las opciones, 232 en el sector estatal y 165 en el cuentapropismo. El resto prefiere esperar por otras ofertas», reconoce Yaiselín Quesada López, subdirectora de empleo en la DPT.

Se distinguen los municipios de Yaguajay, Trinidad, Fomento y La Sierpe con mayor número de empleos vacantes. En todos estudian las necesidades y características para poner a disposición más empleos con impacto significativo en cada localidad: «Los sectores que más han solicitado recursos humanos son el de la construcción, Azcuba y la agricultura», añadió la directiva.

A su juicio, la ubicación de quienes tocan a las puertas en busca de ofertas resulta una tarea compleja, por presentar Sancti Spíritus una tasa de desocupación de 0,4 por ciento, una de las más bajas del país: «Entre los que solicitan, predominan las personas sin calificación. Insistimos en conocer las particularidades para ubicarlos donde sea más factible», añadió.

La producción de alimentos debe ser un generador de empleos constante. Foto: Tomada de revista.anap.cu

En su opinión, será muy provechosa la puesta en funcionamiento de una página web donde se podrá acceder a información sobre las plazas disponibles en cada sector: «Eso facilitará el proceso, porque el ordenamiento económico ha sido pensado para que el empleo, estatal o no, sea la fuente de ingreso principal».

La directora de la Unidad de capacitación de la Empresa de Construcción y Montaje de Sancti Spíritus, Adianys López Hernández, aplaude la nueva estrategia porque su sector ha recibido una inyección de fuerza laboral: «Antes había mucha fluctuación. Fue una preocupación de la Asamblea de Balance del año 2019, sobre todo en la especialidad de albañilería. Ya hoy llegan muchos solicitando incorporarse», explicó.

Ella se mantiene al frente del polígono de instrucción de la empresa, donde 20 aprendices descubren los secretos de edificar una vivienda: «Fue una alternativa durante los meses de mayor presencia de la COVID-19 para aprovechar el tiempo.

«Nuestra empresa insiste mucho en la superación. Por eso tenemos aulas anexas para que obtengan 12mo. grado y matriculen en la enseñanza superior. Contar con fuerza calificada es un compromiso y una fortaleza en la Tarea Ordenamiento».

De vuelta al guaso

Andy Sánchez Vega, abogado y director de Capital Humano en la mayor empresa guantanamera de la Construcción, Guanco, también cree que esta medida ayudará a cubrir las más de mil plazas vacantes, sobre todo de operarios de equipos pesados, albañiles y mecánicos automotores.

«Muchos ya fueron obreros que pasaron al sector no estatal y ahora se sienten atraídos para regresar, y es bueno que los volvamos a recibir. Ya aprendieron el oficio aquí y están en condiciones de afrontar los nuevos retos de disciplina y eficiencia que necesita la empresa estatal en este escenario», considera el directivo, de 30 años de edad.

Guanco demanda cada año más obreros y especialistas, y tiene muy buenos resultados en la atención a los jóvenes, de ahí la permanencia de esa fuerza laboral.

Para Drián Ordúñez Pelegrín (29 años), técnico en gestión económica y secretario del comité de base de la UJC en esta empresa, el sector no estatal es también una oferta válida, «pero el país necesita fortalecer el sistema empresarial para sostener su economía y las bondades sociales de las que todos, sin distinción, disfrutamos.

Tanto en el sector estatal como en el cooperativo y en el de trabajadores por cuenta propia, existen opciones de empleo nada despreciables. Foto: Vicente Brito/Escambray

«Antes esto no atraía, ahora estoy seguro de que más jóvenes se sumarán. Claro, la Tarea Ordenamiento es como un diamante en bruto: precisa de tiempo para que brille mientras nos acostumbramos a los cambios, a los nuevos precios, a los nuevos salarios y a la forma de organizar nuestros ingresos», razonó.

Sin dudas, con las nuevas medidas se vislumbra un horizonte donde echar nuestra suerte para labrar un futuro económicamente más sostenible y próspero. Cuando cada cubano sienta su trabajo retribuido, ahí comenzará un cambio, una mejor recompensa.

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