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Vulnerar ese derecho trae consecuencias negativas para la salud, el bienestar y la calidad de vida. Autor: Falco Publicado: 10/05/2021 | 09:12 pm
Carla Nuñez Puig tiene 18 años. Desde pequeña contó con el consejo seguro de su mamá, quien la apoyó y le brindó espacio para la confianza y el diálogo sin tapujos ni miedos. En su escuela también recibió ayuda sobre cómo iniciar sus relaciones sexuales.
Ella tuvo la oportunidad de elegir el condón como método anticonceptivo, pues considera que es el que más se asemeja a sus necesidades y expectativas. Carla ha disfrutado de una educación integral para la sexualidad. Pero, por desgracia, no todas las muchachas en Cuba y en el mundo pueden contar la misma historia.
Conectar con los cuerpos, con la manera en que cada persona asume su vida sexual y reproductiva, desde la libertad y la capacidad de decisión propias, es un derecho. Decidir sobre el futuro, de manera independiente, también es una máxima que debe ser respetada.
No obstante, las realidades en el mundo demuestran que aún es largo el camino por avanzar. Las vulneraciones a la autonomía corporal persisten, en la medida en que continúan los embarazos tempranos, los matrimonios infantiles, los estereotipos de género, la homofobia, la transfobia, la mutilación genital femenina, entre tantas otras desgracias.
Por ello, la defensa del derecho de cada persona a tomar decisiones libres sobre sus cuerpos, en pos de mejorar su salud y bienestar, debe mantenerse entre las prioridades de todos los gobiernos. Se trata, de un tema en el que Cuba ha incursionado —sobre todo— a partir de la presentación del informe sobre el Estado de la Población Mundial 2021, del Fondo de Población de Naciones Unidas (Unfpa), el cual se centra por primera vez en la autonomía corporal y en la urgencia de que todas las personas tengan el poder de decir sí y el derecho a decir no.
Cuestión de derechos
A Daysi Oramas el climaterio la sorprendió con un cáncer de mama. Gracias al apoyo familiar, y la profesionalidad del personal médico del Hospital Docente Clínico Quirúrgico Comandante Manuel Fajardo, de la Habana pudo combatirlo a tiempo. Hoy, esta mujer vive una relación más rica con su cuerpo, lo redescubre a diario y se siente feliz.
De la mano del proyecto Alas por la Vida, ha aprendido que la salud es lo primero, y que el cuerpo de una mujer va más allá de los senos, por eso mantiene alta su autoestima y disfruta de su sexualidad sin limitaciones. Lamentablemente, no todas las que sufren de esta enfermedad pueden contar la historia de Daysi.
En nuestro país, la atención al tema de autonomía corporal ha estado en la mira durante muchos años; sin embargo, los desafíos persisten. Así lo afirmó Marisol Alfonso de Armas, representante auxiliar del Unfpa en Cuba, quien aludió que son las desigualdades de género y otras formas de discriminación detonantes de muchas de las vulneraciones a la autonomía corporal.
«El poder de una mujer para controlar su propio cuerpo está relacionado con el control que tiene en otros ámbitos de su vida», precisó la especialista, a la vez que aseguró que la autonomía corporal sienta las bases para el disfrute de otros derechos. Esta responde, además, a la realización plena a través de tres dimensiones: el acceso a la salud, las decisiones sobre la sexualidad y el acceso a la anticoncepción.
Alfonso de Armas realizó un llamado a prestar atención sobre cómo la COVID-19 ha empeorado la situación de mujeres, adolescentes y niñas, de ahí que cuando se diseñen las fases de recuperación postpandemia, sea necesario tener en cuenta que entre los grupos más vulnerables también están aquellos afectados en materia de autonomía corporal.
Por su parte, Mercedes Piloto Padrón, presidenta de la Sociedad científica cubana para el desarrollo de la familia, aseguró que la planificación familiar y la anticoncepción son derechos garantizados en nuestro país.
Ejemplo de ello es la continuidad de los servicios de salud sexual y reproductiva, incluso durante la pandemia. Esto ha permitido la realización de
1 114 092 consultas de planificación familiar y la reducción del número de terminaciones voluntarias de embarazo.
La doctora consideró que se precisa una mejor preparación de profesionales en temas de salud sexual y reproductiva, así como espacios amigables con información actualizada y atractiva, sobre todo para el público adolescente, y una disponibilidad estable y sostenida de diferentes métodos anticonceptivos, asunto en el que el país presentó deficiencias en los últimos tiempos, debido a las limitaciones propias de la situación sanitaria y al impacto del bloqueo.
Libertad para decidir
La doctora Naomi Castillo es oftalmóloga. Como mujer transgénero, ha tenido que enfrentar muchas dificultades, la mayoría debido a la transfobia presente en nuestra sociedad. Pero nada de eso la detuvo en su sueño, y logró empoderarse y sentirse segura de las decisiones que tomó con respecto a su cuerpo.
Naomi ha tenido que ser fuerte, porque aún existen obstáculos que limitan la autonomía de personas como ella, pero hoy vive orgullosa del papel importante que desempeña como profesional, sin importar su identidad ni su orientación sexual. Lamentablemente, no todas las mujeres en su situación viven de igual manera.
En el empeño de alcanzar el bienestar de la población, Nadina Peñalver Díaz, sicóloga de la Salud y profesora del Centro Nacional de Educación Sexual, comentó que su institución trabaja en la promoción de derechos sexuales y reproductivos, la prevención del maltrato infantil y la integración social de las personas trans en Cuba.
Para ella, resaltan como desafíos fundamentales aumentar las acciones educativas y de comunicación social dirigidas a niñas, niños y adolescentes para contribuir a su autonomía en la toma de decisiones sobre sus sexualidades y descentralizar los servicios de atención a la salud sexual, pues se cuenta con profesionales formados en diversas provincias del país.
Entretanto, Yamila González Ferrer, vicepresidenta de la Unión Nacional de Juristas de Cuba, hizo referencia a los retos que en materia de autonomía corporal y legislación familiar enfrenta el país. Entre ellos se encuentra la eliminación de la autorización excepcional para el matrimonio temprano —en las niñas a partir de 14 años y en los varones a partir de 16—, las exigencias de filiación para el derecho a sistemas de reproducción asistida, la respuesta a la violencia de género y familiar, así como la aprobación del matrimonio igualitario.
De igual manera, reconoció el terreno ganado en las situaciones de vulneración de autonomía corporal tratadas bajo la legislación penal actual. Entre ellas, está tipificado en la ley el aborto ilícito, la violación —que incluye situaciones entre cónyuges—, los delitos de abusos lascivos y el ultraje sexual.
Para consagrar los derechos en el tema, Cuba, con cifras que demuestran lo mucho que se ha avanzado y otras que develan retos y desafíos, dispone de la Constitución refrendada en 2019 y el Programa Nacional para el Adelanto de las Mujeres recién aprobado. «Tenemos retos importantes en materia de autonomía corporal, pero también un marco legislativo que propicia el desarrollo y perfeccionamiento que necesitamos», concluyó.
Empoderar a todas las personas, sin distinciones de género, etnias, color de la piel, creencias religiosas, nacionalidades o condición de discapacidad, para que puedan ejercer su derecho a la autonomía corporal, sigue siendo una urgencia mundial, de ahí que sea necesario, además, una transformación de las estructuras económicas y sociales que las mantienen. Sumar voces a esta causa posibilitará una mayor aceptación de nuestros cuerpos, lejos de estándares y estereotipos, y la libertad de ser quienes queramos, cuando queramos y de la manera que queramos.
