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Por Fidel, Santiago toma otra vez las calles

Unos 300 000 santiagueros, en multitudinaria marcha desde la Plaza de la Revolución Antonio Maceo hasta el cementerio patrimonial Santa Ifigenia conmemoraron el quinto aniversario de la «siembra» en el Altar de la Patria del eterno Comandante en Jefe de los cubanos

 

Autor:

Odalis Riquenes Cutiño

Santiago de Cuba.— Con el paso vibrante y agradecido de más de 300 000 santiagueros, en peregrinación desde la Plaza de la Revolución Antonio Maceo hasta la necrópolis local, los hijos de esta oriental ciudad —y con ellos el corazón de toda Cuba— rindieron tributo este 4 de diciembre al Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, a cinco años de su inhumación en el cementerio Santa Ifigenia.

Antes que el sol se impusiera en el horizonte, una ofrenda floral a nombre del pueblo de Cuba fue depositada en solemne ceremonia ante el monolito que atesora las cenizas del líder. La custodiaban el coronel Alberto Vázquez, su chofer y escolta en los días luminosos de enero de 1959, y el médico internacionalista Abel Tobías Suárez, miembro del Contingente Henry Reeve, ese que multiplica sus ideas de altruismo, salud y solidaridad por todo el mundo.

José Ramón Monteagudo Ruiz, primer secretario del Partido y Manuel Falcón, vicegobernador, encabezaron el homenaje. Foto: Miguel rubiera Justiz/ACN

Con expresión marcial, integrantes de la Unidad de Guardia de Honor de las FAR condujeron las flores hasta el sitio exacto en el que, entre helechos y cafetos de la Sierra, Fidel es luz y ejemplo; y su propia voz revivía el concepto de Revolución que nos legara como plataforma para el futuro, en presencia de las autoridades de la provincia encabezadas por el primer secretario del Partido, José Ramón Monteagudo Ruiz y por Manuel Falcón, vicegobernador.

La presidencia e invitados depositaron rosas blancas ante la roca monumento, como parte de un homenaje que se extendió al Héroe Nacional José Martí, a Carlos Manuel de Céspedes y Mariana Grajales.

La marcha partió poco después de las 7:00 a.m., con el recuerdo del Santiago a media asta de hace un lustro como acicate y los nuevos santiagueros a la vanguardia. Así rememoraron el último tramo de las honras fúnebres con que la Isla toda acompañó en el 2016 el tránsito hacia la inmortalidad de su Comandante eterno.

Santiago fue Fidel y Fidel fue Santiago en multitudinaria marcha, que cual entrañable tradición que nace, conmemoró el quinto aniversario del depósito de sus cenizas en Santa Ifigenia. Foto: Miguel rubiera Justiz/ACN

A lo largo de la avenida Patria, entre banderas cubanas y del 26 de julio, el paso compacto de estudiantes y campesinos, combatientes y trabajadores de todos los sindicatos, pobló de colores y consignas los casi tres kilómetros que separan la Plaza del cementerio, estremecidos también por las demostraciones de cariño de los vecinos desde balcones y aceras.

 

Santiago fue Fidel y Fidel fue Santiago en multitudinaria marcha, que cual entrañable tradición que nace, conmemoró el quinto aniversario del depósito de sus cenizas en Santa Ifigenia. Odalis Riquenes Cutiño

Allí estaban el pequeño en traje verde olivo de la mano de su abuela y el pionero con uniforme impecable y un cartel sobre el pecho: «Fidel, te llevo en el corazón». El rostro de niño, abogado, guerrillero, estadista, amigo, anduvo en hombros de estudiantes, soldados, maestros, constructores, mientras crecía el grito ¡Yo soy Fidel!, y la mañana era canción repetida: «Hombre, los agradecidos te acompañan…»

Foto: Odalis Riquenes Cutiño

En la multitud estuvieron Melissa y Roger, quienes no habían nacido cuando Fidel hacía vida pública, pero aprendieron a quererlo como ese abuelo justo y sabio que les regaló la Cuba digna en que han crecido. Bastón en mano llegó Sofía, con una foto en sus manos y humedad en los ojos: «por todo lo que hizo por los humildes como yo».

Ya en la necrópolis, los gestos más diversos avivaron el tributo: besos, lágrimas, saludos militares, mensajes en carteles, muestras íntimas y públicas de compromiso, mientras las jardineras ubicadas frente al Sendero de los Padres Fundadores de la nación se poblaban de flores multicolores.

Y es que desde esa roca monumento que es su tribuna desde hace un lustro, Fidel sigue siendo Cuba, Revolución, y el ejército de agradecidos que conquistó con una vida de entrega, bondad y justicia le ratifica así que hay futuro para su obra.

El mensaje de un Fidel que vive y late en los nuevos avivó la mañana de 4 de diciembre en Santiago. Foto: Odalis Riquenes Cutiño

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