Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

La ciencia necesita de la mujer, y ahí estaré

El dengue es una enfermedad de la que sabemos bastante, pero a su vez nos falta mucho para descifrar sus mecanismos. A diferencia de la COVID-19, en ella tenemos además de cuatro virus y la persona, al mosquito vector, otro ser vivo, afirma la directora del Centro de Investigación del Instituto de Medicina Tropical Pedro Kourí, María Guadalupe Guzmán Tirado

 

Autor:

Ana María Domínguez Cruz

¿Quién podría imaginar que la directora del Centro de Investigación del Instituto de Medicina Tropical Pedro Kourí (IPK), María Guadalupe Guzmán Tirado, nunca deseó estudiar Medicina? Lo confiesa, mientras me cuenta que su fantasía juvenil fue estudiar Astronomía y que, como alternativa al no encontrar la vía, matriculó en la Facultad de Matemáticas en la Universidad de La Habana.

No encontró en esa carrera la motivación que necesitaba y buscó otras opciones en el Instituto de Oceanología, en el Instituto Superior Pedagógico y otras instituciones, incluso valoró un curso para aeromoza, pero a esas alturas ya había avanzado. La única carrera que ese año comenzó el 31 de diciembre fue la de Medicina y esa fue la elección.

Enhorabuena. Guzmán Tirado se ha dedicado al estudio de las enfermedades virales que afectan al hombre, y, principalmente, al dengue. Ha dedicado días y noches a la caracterización de epidemias de dengue, al desarrollo de métodos diagnósticos, a la vigilancia de laboratorio, a la identificación de factores de riesgo de dengue hemorrágico, al estudio molecular de los serotipos circulantes, entre otros temas científicos.

Los resultados de esas investigaciones han sido premiados por la Academia de Ciencias de Cuba y el Ministerio de Salud Pública y, recientemente, por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) con el Premio Internacional L’Oréal-Unesco La Mujer y la Ciencia.

«Hoy pienso que la vida me dio grandes oportunidades al ponerme frente a situaciones muy difíciles. Pude estar ahí cuando la epidemia de dengue hemorrágico en 1981, una gran batalla, pero una escuela que me marcó para siempre. He podido estar en el enfrentamiento de otras situaciones relacionadas también con el dengue, como la epidemia de gran impacto de Santiago de Cuba en 1997, la de 2001 y en otras emergencias.

«Para señalar las más recientes, la influenza pandémica, el zika, el ébola, y lógicamente, la COVID-19, sin olvidar la neuropatía epidémica en los 90. Cada una de estas situaciones ha sido diferente, estresante, compleja, pero me han enseñado y me han permitido crecer», afirma.

Ella solo desea seguir trabajando, investigando y, principalmente, avanzar en el conocimiento y control del dengue. «Esta es una enfermedad de la que sabemos bastante, pero a su vez nos falta mucho para descifrar sus mecanismos.

«A diferencia de la COVID-19, en el dengue tenemos además de cuatro virus y la persona, al mosquito vector, otro ser vivo. Debemos trabajar por tener un ambiente saludable para evitar o eliminar los criaderos de mosquitos en nuestros jardines, en la casa, en el centro de trabajo.

«Tenemos que estar alertas frente a cualquier síntoma como fiebre, malestar general, cansancio y dolores articulares, y acudir de inmediato al médico. En caso de sospecha clínica de dengue, vigilar la aparición de los signos de alarma que predicen la gravedad del cuadro clínico y, lógicamente, buscar atención médica inmediata. Esta es una batalla de todos y entre todos podemos ganarla, pero cada cual haciendo lo que le corresponde. Hace falta unirnos para combatirlo».

Reconocimiento merecido

Hace casi un año, mientras desarrollaba uno de sus proyectos más importantes: el Curso Internacional de dengue y otros arbovirus, ya en su 17ma. edición, la sorprendió la noticia de haber sido galardonada con el Premio Internacional L’Oréal-Unesco La Mujer y la Ciencia, que se otorga anualmente y convoca a instituciones y personalidades a proponer a científicas que muestren una trayectoria destacada por sus resultados en las ciencias de la vida.

De acuerdo con el sitio web de la Unesco, Guzmán Tirado era recompensada por sus trabajos pioneros, que han permitido comprender mejor y tratar el dengue o gripe tropical, a partir de entender la patogénesis, el tratamiento de sus síntomas y su prevención. Ella fue propuesta por América Latina y el Caribe y tuvo el honor de ser la primera científica caribeña premiada.

Por eso, al volver sobre esta enfermedad señala que «en ella nuestro grupo ha desarrollado investigaciones de elevado nivel científico, que han brindado nuevos conocimientos en el mundo con relación a los factores de riesgo del dengue hemorrágico, tanto en el individuo como en la población, el estudio de los virus causantes de esta enfermedad, su diagnóstico, vigilancia y el manejo clínico de los casos.

«Importante ha sido el trabajo en colaboración con instituciones de otros países y la Organización Panamericana de la Salud para el enfrentamiento del dengue, el zika, el chikungunya y otros arbovirus.

«Es importante destacar que este premio de la Unesco es también a los resultados que forman parte del trabajo de un grupo de investigadores de alto nivel científico y muy comprometidos con la ciencia, el IPK y nuestro país. Para mí ha sido una suerte poder estar con ellos y participar de sus conocimientos, ideas y amistad».

Justamente el IPK ha sido su centro desde que a él llegó en septiembre de 1980. «Me siento muy ligada a su historia, al desarrollo después de los años 70 cuando Fidel orientó su fortalecimiento para enfrentar las enfermedades infecciosas y tropicales.

«Por otra parte, también tengo un nexo familiar con esta institución, que es indisoluble, que es parte de mi familia y del objetivo de mi vida. Tuve la oportunidad de trabajar muy ligada al profesor Gustavo Kourí, su director desde finales de los años 70 a 2011 y mi esposo».

Hoy, tras décadas dedicadas a la investigación en Medicina, Guzmán Tirado gusta de escuchar música, interactuar con la familia y amigos, disfrutar de su nieta Alejandra, de cuatro años, del contacto con la naturaleza y de observar y escuchar a las personas.

«Me gusta mucho ver a los jóvenes, conversar con ellos, saber lo que quieren, cómo ven y analizan las cosas y dialogar con los que se encaminan por las ciencias. El mundo necesita de la ciencia para enfrentar los problemas actuales y futuros, y la ciencia necesita de la mujer, de su capacidad, su inteligencia, su percepción, su forma de ver la vida, su ternura. Por eso, ahí estaré siempre».

Momento en que la Dra. Guadalupe Guzmán presentaba los resultados y logros de sus investigaciones sobre el dengue, ante la Academia de Ciencias de Francia y ante el jurado internacional del Premio Internacional L’ Oreal-Unesco. Foto: @YahimaEsquivel/Twitter

 

Amor a la ciencia

Es autora de más de 300 artículos científicos y publicaciones cortas, incluyendo dos hipótesis, siete patentes y 20 capítulos de libros. Investigadora principal de más de 70 proyectos nacionales e internacionales y profesora Titular con más de 130 cursos en Cuba, Estados Unidos, Latinoamérica y el Caribe.

Fue incluida, también en octubre último, en el nuevo Grupo Científico Asesor de la Organización Mundial de la Salud sobre el origen de nuevos patógenos. Junto a 25 expertos tiene la misión de seguir investigando cómo surgió el SARS-CoV-2, otro reto para esta mujer de ciencia.

 

Comparte esta noticia

Enviar por E-mail

  • Los comentarios deben basarse en el respeto a los criterios.
  • No se admitirán ofensas, frases vulgares, ni palabras obscenas.
  • Nos reservamos el derecho de no publicar los que incumplan con las normas de este sitio.