Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Eres aduanero para siempre

A los jóvenes que integran la Aduana General de la República, que este día cumple seis décadas de creada, los guía la pasión por una labor noble y de pueblo

Autor:

Ana María Domínguez Cruz

Rostros jóvenes encontramos con frecuencia en las filas de la Aduana General de la República (AGR), órgano de control que este 5 de febrero llega a sus seis décadas de creada. Sin embargo, deseamos que sean más, para que realicen el trabajo en las diferentes áreas con el ánimo de lograr un servicio de excelencia, máxima aspiración de la entidad.

Conversar con algunos de los que, por sus méritos, conforman el Destacamento Aniversario 60 de la AGR —abanderado el 16 de diciembre último en Villa Clara— fue una vivencia inspiradora. Les guia la pasión por una labor noble, les interesa superarse cada día y pretenden lograr que sus roles se desarrollen con mayor calidad.

Desean que se confíe en ellos, que su trabajo sea valorado y comprendido, que otros los asuman como ejemplo. Anhelan ser vistos con orgullo, como reflejo de un organismo que tiene como objetivo primero salvaguardar la seguridad nacional. Tuvieron sus sueños, hoy los cuidan y quieren multiplicarlos. Saldrán a luchar por otros, y el amor por la institución a la que pertenecen les bastará para hacerlo todo bien hoy y mejor mañana.

Quiero que confíen en nosotros

«Desde 2016 ingresé a la Aduana a través de un curso de Fuente Externa, que es otra vía además de la Escuela de Formación Aduanera. Tenía mucho interés en aprobar todos los exámenes y empezar a trabajar en un área en la que tuviera trato con las personas, con los viajeros.

«En el aeropuerto, sin embargo, me enamoré de la Técnica Canina y pedí mi traslado. Fui feliz en esos seis años laborando con un perro dedicado a la especialidad de Explosivos y  luego fui de los primeros en pasar el primer curso para la especialidad de Cuarentena, para trabajar con aquellos canes que detectan alimentos prohibidos y regulados en frontera. Por cuestiones de salud no pude continuar en la Canina y no sabes cuánto extraño a mis dos perros.

«Como oficial de Aduana ahora trabajo en la oficina que abre de lunes a sábado, de ocho a cuatro de la tarde en la Terminal 1 del Aeropuerto Internacional José Martí (AIJM), para que los pasajeros y población en general realicen consultas, quejas o reclamaciones. Existe, además, la vía del correo electrónico (jagjap.aaijm@aduana.gob.cu) y los números telefónicos 72664530, extensión 109, y 72664541. En cualquiera de las variantes debemos ofrecer el trato respetuoso y certero que cada cual merece.

«Me encanta mi trabajo porque, de manera específica, debo velar por el cumplimiento de las normas establecidas y que sean comprendidas por las personas. No siempre es fácil, porque no pocos desean violentar la ley o manifestar su descontento por determinada medida tomada.

«Deseo seguir superándome y la Aduana ofrece muchas posibilidades para ello. Me gustaría además que las personas confíen en nosotros porque trabajamos con transparencia y con el deseo de que todo transcurra en el marco de la legalidad. (Karelvis Terán, 28 años, jefa del Departamento de Atención a la Población del AIJM desde 2016 y secretaria general del Comité de la UJC)

Querer la aduana para que sea mejor

«Estudiaba Ingeniería Industrial en Santiago de Cuba y decidí cambiar mi vida porque me atrajo el trabajo de la Aduana. Ahora curso el 2do. año de la carrera a la par de mi trabajo en el puerto, que me tiene enamorado.

«Trabajé en la Terminal de Cruceros al concluir el curso y me gustó mucho la labor de enfrentamiento. Estuve en Palco después en el cargo de oficial en función del depósito, donde se controlan las cargas que provienen de Mariel. Aprendí mucho en el área del Despacho posteriormente y me propusieron ir al departamento de Procesos Aduaneros del Puerto. También soy el secretario general del Comité de la UJC.

«He tenido muchas vivencias que me han permitido comprender lo importante del trabajo de la Aduana como órgano de control. Cuando trabajé directamente con los despachos recibidos fue difícil hacer comprender las normas, porque a veces desean violar la ley, y me duele que las mercancías de las personas sean decomisadas, pero las leyes que el país aprueba nos corresponde hacerlas cumplir.

«Me gustaría que todos los jóvenes que en la Aduana estén fortalezcan su sentido de pertenencia, la quieran, se apasionen con su trabajo y entiendan lo significativo que es para el país. Queriendo la Aduana, será mejor». (Diosmany Paumier, 22 años, primer oficial de Aduana del Puerto de La Habana)

Ella marca tu vida

«En poco tiempo me enamoré de cada uno de los procesos aduaneros. Ejercí el magisterio en la Educación Primaria y ya después, fuera del sector, me incorporé a la Aduana. Trabajé en enfrentamiento, fui especialista en Medios Técnicos y me superé en las diferentes técnicas de descubrimiento, desde los Rayos X hasta los detectores de radiaciones, drogas, explosivos, que nos permiten ser efectivos en el control en frontera.

«Dirigí el Equipo de Gestión y Control de Riesgo y luego asumí la dirección de la terminal. A diferencia de otras del país, la Aduana de Holguín es compleja porque es amplia  la zona territorial que atiende: dos aeropuertos internacionales, el Frank País y el Sierra Maestra,  de Manzanillo; el puerto de Moa, el puerto de Carúpano, la Marina de Vita y los puntos postales de Las Tunas, Holguín y Granma, además de la agencia Aerovaradero, cerca de la terminal.

«Eres aduanero para siempre. Los valores y las habilidades operativas que desarrollas no te abandonan. Se agudiza la posibilidad de evaluar conductas, indicios, comportamientos y te conviertes en una persona especial. Si alguien deja de trabajar en la Aduana, te quedas con todo eso, y son marcas imborrables de la vida. Ser jefe de la terminal llegó de sorpresa, no era mi aspiración. Es algo que superó mis expectativas y por eso asumo mi trabajo con compromiso y responsabilidad. (Yuniel Maldonado, 38 años, jefe de la terminal del aeropuerto Frank País de Holguín)

Que otros jóvenes se sumen

Egresadas de la Escuela de Formación Aduanera, Marielena Marimón y Anet Antúnez, de 23 y 22 años respectivamente, demuestran madurez en el diálogo. La primera, especialista de Seguridad en Frontera en Aduana Postal y Envío y la segunda, especialista en Reconocimiento Físico de Aduana Control Mercantil, comentan con vehemencia sobre su desempeño diario.

«Quiero que se nos respete y eso hay que ganárselo con el trabajo diario. No es aprenderse de memoria la ley y actuar como un robot, se trata de ponerle amor a lo que hacemos. En mi área, las medidas se han flexibilizado y también uno se sensibiliza porque los envíos, a veces, son de medicamentos necesarios para un tratamiento, y las personas merecen ser tratadas de acuerdo con su situación. Se aprende mucho de eso, de hacer bien tu trabajo y personalizar el trato. Somos la cara de la Aduana», explico Marimón.

«Debo revisar toda la mercancía de las instituciones que entran al país para su control, y debo velar por la coincidencia de lo que existe en físico y lo que en facturas aparece. Es agotador el trabajo en ocasiones, puedo empezar bien temprano y terminar tarde en la noche, porque todo debo revisarlo. Sin embargo, es bonito lo que hago, y sobre todo, es importante. Me gustaría que otros jóvenes se sumaran», comentó Antúnez.

Karelvis Terán, 28 años.

Diosmany Paumier, 22 años.

 

Marielena Marimón, 23 años.

Anet Antúnez, 22 años.

Yuniel Maldonado, 38 años.

 

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