Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Más que patadas y piñazos

El estilo de karate-do Shotokan es un arte marcial que preconiza mantener el equilibrio en la vida. De ello dan fe muchos niños, adolescentes y jóvenes que lo practican

Autor:

Ana María Domínguez Cruz

Los padres de Marcelo Valentino están felices porque han visto cómo el estilo de karate-do Shotokan le ha cambiado la vida a su hijo, tal y como ha sucedido con tantos otros que se han acercado a una escuela de este tipo. Y la familia entera de Alain Rodríguez no esperaba tanta felicidad, esa que le ha propiciado el hecho de que hoy sea él la primera persona con Síndrome de Down que ostenta cinturón negro en este deporte en el país.

Muchas historias familiares pueden referir el avance en la formación del carácter y la voluntad de sus adolescentes, en las motivaciones que han encontrado niños y niñas tímidos o retraídos y la belleza de verlos, uniformados, con disciplina y rigor, practicando este estilo de un arte marcial que ha existido desde hace décadas.

Lo importante es sentir la motivación y mantener la disciplina si se quiere practicar algún arte marcial. Fotos: Roberto Suárez

Fue el maestro Gichin Funakoshi su creador y fue desarrollado en su técnica y táctica por su hijo Yoshitaka. Ambos defendieron siempre la premisa de que «el karate-do no consiste tan solo en adquirir una cierta destreza, sino también en dominar el arte de ser un miembro de la sociedad bueno y honesto».

En Cuba, el 15 de noviembre último, la Unión Nacional de Shotokan Ryu celebró sus 30 años. Los estudios en el país comenzaron un año antes, cuando regresaron de Hungría representantes del equipo nacional de Karate con las técnicas aprendidas de este estilo y, después de tanto tiempo, son muchas las vivencias de crecimiento personal que cada uno pudiera contar.

Equilibrio y respeto

Miembros de la Junta Directiva de La Habana de la Unión Cubana de Shotokan Ryu, Javier Muñoz Almagro y Elier Fernández Pedroso, son amigos desde que se conocieron, cuando tenían diez años aproximadamente, en el inicio de la práctica de este estilo de karate.

Hoy son Sensei, término que identifica al Maestro en este deporte, ostentan el grado de 4to. Dan y enseñan en las escuelas (Dojo) Budokas de Funakoshi, en Plaza de la Revolución, y Félix la Cruz, en Playa, respectivamente.

«A cualquier edad se puede empezar a practicar karate. Tengo alumnos de tres, cuatro años y también de más de 50. Lo importante es sentir la motivación y mantener la disciplina, principio fundamental de este deporte, como lo es el respeto.

«Muchos creen erróneamente que practicar karate, en cualquiera de sus estilos, es dar patadas y piñazos. Sin embargo, no existe el primer ataque en el karate, porque es un arte defensivo. La filosofía de vida que acompaña este deporte se basa en el respeto, el autocontrol, la no violencia, y es un aprendizaje vital desde el inicio», explica Javier.

«Uno sueña con ser karateca, aprender a defenderse, parecerse a los personajes de las películas. Luego aprendes y esa experiencia la compartes como maestro, aunque realmente no existe una escuela para formarnos como tal. Requerimos paciencia, motivación, comprensión y, sobre todo, dedicación. Es muy reconfortante ver los logros de los alumnos y los rostros felices de sus familiares», comenta Elier, quien se inició en el Shotokan Ryu ante la sugerencia del pediatra de practicar deporte, con el objetivo de mejorar su capacidad respiratoria.

Fotos: Roberto Suárez

A nivel internacional, este es el estilo de karate-do que  más se entrena, aunque en Japón es el tercer estilo más difundido, añade Javier.

«En todo el país se practica sobre la base de un programa metodológico bien estructurado. Tenemos un dominio fuerte de karate, así se nos ha reconocido a nivel internacional. Hemos obtenido muy buenos resultados en certámenes globales, y ejemplo de ello fue la obtención de medallas de plata recientemente en Santiago de Chile, pero aún no somos una potencia del deporte», agregó Elier, quien recordó además a figuras importantes en el desarrollo de este arte marcial en el país, como Salvador Pérez Quevedo, 9no. Dan y fundador de la Unión Cubana de Shotokan.

Sin distinción y con rigor

La licenciada en Sicología y Sensei, la 1er. Dan Giselle Machín García, de la escuela Budokas de Funakoshi, en Plaza de la Revolución, siempre gustó de la práctica de las artes marciales, pero al iniciar su relación amorosa con Javier se sintió más motivada.

«Me he comprometido con él en la vida en todos los sentidos y me ha sido muy útil afiliarme a la Shotokan Ryan porque decidí ofrecer clases de este estilo de karate como parte del taller de inclusión que desarrolla la Quinta de los Molinos, donde trabajo, con muchachos y muchachas que presentan alguna discapacidad intelectual».

Cada viernes en la mañana tenemos nuestros encuentros y han sido muy provechosos para ellos, dijo. «Les ayuda mucho de manera integral en su desarrollo sicomotor, el equilibrio, la flexibilidad… y en el dominio del comportamiento. Obedecer voces de mando, consolidar la concentración y mantenerla son algunas de las ventajas, además de que el dominio técnico del karate requiere de su motivación y ello es imprescindible para que sus capacidades físicas mejoren».

Acota Giselle que la realización personal de estos muchachos y muchachas es evidente. «Se sienten parte de esa actividad, disfrutan vestir el uniforme, aprender, competir entre ellos… y es vital el apoyo de la familia de cada uno porque vienen de distintas partes de la ciudad, dispuestos a ser felices en nuestros encuentros».

Tan importante les ha sido en su vida a algunos que desearon ir más allá y ocho de ellos asistieron a clases en los Dojo. Vinculados con las escuelas y luego de superar las pruebas pertinentes, siete forman parte de manera oficial de la Unión Cubana de Shotokan y podrán participar en eventos competitivos, como los demás, en las categorías previstas para las personas con discapacidades intelectuales.

Destaca Giselle que, afortunadamente, ha aumentado el número de niñas y mujeres en esta práctica. «Siempre han sido minoría, porque un deporte de contacto puede resultar agresivo, ante la vista de los padres, para ellas. También persiste el estereotipo de que pueden masculinizarse, cuando eso no tiene nada que ver. Forjar la voluntad, el espíritu, el carácter y aprender a dominar la mente y el cuerpo son ventajas extraordinarias para todos».

Comparte esta noticia

Enviar por E-mail

  • Los comentarios deben basarse en el respeto a los criterios.
  • No se admitirán ofensas, frases vulgares, ni palabras obscenas.
  • Nos reservamos el derecho de no publicar los que incumplan con las normas de este sitio.