A pocos días del aniversario 246 del Condado, David vuelca sus esfuerzos en mejorar las condiciones de vida de sus habitantes y resaltar la espiritualidad del barrio Autor: Mónica Sardiña Molina Publicado: 09/08/2025 | 06:10 pm
SANTA CLARA, Villa Clara.— David Perdomo Rojo se «estrenó» como representante del Poder Popular con apenas 19 años de edad, una carrera universitaria por terminar y un enorme sentido de pertenencia hacia la comunidad que fue testigo de las travesuras del niño, contempló los primeros pasos del delegado de circunscripción y hoy se suma a los proyectos que impulsa el presidente del consejo popular más poblado de la capital villaclareña.
«En aquel momento era el delegado más joven de la Asamblea Municipal de Santa Clara. Fue un reto muy grande, porque estaba cursando el segundo año de Enfermería y todo se me unió, pero ya tenía una trayectoria en los CDR y las personas vieron en mí a un delegado.
«Asumí la difícil tarea en una comunidad en transformación. Todo salió bastante bien, con la aceptación de la gente. Volví a salir en este mandato y asumí, también, la responsabilidad como presidente del consejo popular, tras la unificación de los barrios Condado Norte y Condado Sur».
—¿Qué particularidades tiene el Condado?
—Aunque no es tan grande en extensión, es el Consejo Popular más poblado de Santa Clara. Tenemos alrededor de 35 000 habitantes, casi la población de dos municipios pequeños juntos.
«Años atrás, el Condado estaba en la periferia de la ciudad, y las personas lo veían como un barrio marginal. Eso ha cambiado bastante y perdura más la fama que lo que realmente se vive acá. Es un barrio muy revolucionario, que sale a defender los intereses de su población y donde se ve esa ayuda entre vecinos, a veces más que en otros lugares de la ciudad. Por supuesto, persisten problemáticas en las cuales tenemos que seguir trabajando, como el estado de las calles, los servicios de acueducto y alcantarillado y la vivienda, entre otras».
—¿Cómo proyecta el trabajo comunitario?
—Tenemos 13 circunscripciones, todas con sus delegados, y cada uno ha constituido su grupo de trabajo comunitario integrado, donde se insertan el líder religioso, el administrador o dueño de uno de los nuevos actores de la economía, el instructor de arte, el profesor, los representantes de los CDR o la FMC. En nuestro sistema de trabajo entran todos los que quieran estar, incluidos los sectores vulnerables con los cuales trabajamos para eliminar o mitigar esas condiciones.
—¿En qué medida esas personas o familias han superado su situación de vulnerabilidad?
—Cuando comenzamos el mandato, en el consejo popular había más de 700 prestaciones monetarias de la Asistencia Social. Ya rondan las 220, no porque las hemos eliminado, sino porque les dimos una atención desde el grupo de prevención, hemos incorporado a estas personas al trabajo, sobre todo, en las mismas entidades que tenemos aquí. Asimismo, facilitamos la incorporación de los hijos de madres trabajadoras a círculos infantiles y seminternados.
«Villa Clara es la provincia más envejecida del país y el Condado no está exento de ese desafío demográfico. Un elevado número de ancianos viven solos, pero no se han quedado desatendidos por la Asistencia Social y el Gobierno. Incrementamos plazas en los tres comedores del Sistema de Atención a las Familias (SAF) y aumentamos de 12 a 22 los círculos de abuelos, para que lleguen a todas las circunscripciones».
—¿Colaboran las instituciones con el trabajo de los delegados?
—Juega un papel fundamental el combinado deportivo Osvaldo Socarrás, cuyos profesores y entrenadores extienden la educación física, la recreación y la práctica de deportes a todas las zonas y a todas las edades.
«El sistema de Salud se compone del policlínico XX Aniversario y más de 20 consultorios médicos. Gracias al trabajo de prevención, hemos disminuido el embarazo en la adolescencia. También contamos con el hogar de ancianos Marta Abreu, a plena capacidad y actualmente en proceso de reparación. En cada uno de los controles populares que realizamos, escuchamos la opinión de los abuelos para mejorar su funcionamiento.
«Las instituciones educacionales incluyen varios círculos infantiles, escuelas primarias y una secundaria básica donde se concentra toda la adolescencia del Condado, por lo que demanda una mirada particular. Todos estos centros educativos contribuyen a la formación de valores, la promoción de buenas prácticas en la comunidad y la labor de los delegados.
«Desde la promoción cultural, tratamos de cambiar la idea de que el Condado es solo rumba y guaguancó. Al inicio del verano la Banda Provincial de Conciertos tocó en una esquina junto a la agrupación de música folclórica afrocubana Awó Aché, y durante el Festival Internacional Santa Clara Canta, uno de los coros se presentó también en plena calle. A los vecinos les gustó».
—¿Cuánto se implican los actores económicos?
—En el consejo popular no tenemos muchas empresas estatales, porque el sector residencial ocupa mayor espacio. Sin embargo, ha existido un despertar de las formas de gestión no estatal, sobre todo, trabajadores por cuenta propia, porque este es un vecindario de gente luchadora.
«No todos se vinculan, pero a los que sí están dispuestos a aportar los insertamos. Realizan donaciones a los SAF, el asilo de ancianos, los círculos infantiles y la sala de Oncología del Hospital Pediátrico José Luis Miranda, a pesar de que este no está enclavado en nuestro consejo popular».
—Con tanto que atender, ¿cómo transcurre el día a día?
—Es muy dinámico, porque te levantas con un proyecto, pero en el transcurso de la jornada suceden otras cosas. Hay que estar pendiente de la venta de medicamentos en la farmacia, visitando los centros con impacto directo sobre la población, observando el proceso docente en las escuelas, controlando todos los centros estatales y no estatales. Esto me gusta hacerlo acompañado por comisiones de vecinos, para que las administraciones vean el poder que tiene la comunidad en la toma de decisiones.
«No hacemos las reuniones del consejo popular entre cuatro paredes, sino en áreas abiertas, donde todo el que pasa se incorpora y opina. No solo tiene voz el delegado del Poder Popular. La participación de esas comisiones de vecinos nos ha ayudado mucho, porque después que se discute el asunto en la reunión, las instituciones presentan su plan de acciones para erradicar los problemas que se les detectaron, y luego se divulgan los resultados en los lugares de mayor concurrencia».
—¿Dónde encuentra satisfacción?
—Este año fuimos la sede de las actividades de conmemoración del 26 de Julio en Santa Clara, y el 6 de agosto celebramos, por primera vez, el aniversario del Condado —que arriba a 246 años—, guiados por un lema que nos define: Historia, religión y cultura.
«Estas conmemoraciones incluyen un programa de obras derivado de los planteamientos de los electores, que se extenderá hasta el 31 de diciembre, en saludo al triunfo de la Revolución. Nos resulta imposible responder a todas las insatisfacciones de la población, pero hemos buscado la manera de implicar a los vecinos. Cuando usted ayuda a arreglar lo que está roto, le dolerá que luego venga alguien a destruirlo.
«Creo que el pueblo sigue necesitando que se defienda, no solo los intereses, sino también las características sociales, comunitarias y políticas, la identidad del barrio donde vive. Celebrar un aniversario del Condado en estos momentos implica resaltar la espiritualidad de quienes residen acá».
—¿Qué ocurre con la Enfermería? ¿Seguirá en pausa?
—La profesión nunca se olvida, mucho menos la Enfermería y, específicamente, la Neonatología, la especialidad que elegí. Ha quedado en pausa por unos años, hasta que cumpla mi misión en el Poder Popular. Después la retomaré, porque me encanta trabajar con recién nacidos y también le quiero dedicar parte de mi vida a eso.
—Una vez cumplida esa misión, ¿cómo le gustaría dejar el Condado?
—Seguirá siendo un reto para los que asuman la responsabilidad en el futuro, porque van a representar a todos, aunque no todos estén a favor de las decisiones que se toman, y estas tienen que ser colegiadas con la mayoría para que no haya discordia.
«Me gustaría que el Condado se mantenga en el camino por donde vamos, que siga siendo unido y rebelde como hasta ahora, que siga defendiendo el proceso revolucionario, que los delegados continúen trabajando en beneficio de su población, porque son las características propias de este consejo popular y así lo necesitamos».