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Joseph Haydn: el genio iluminado

Cuba se suma a los homenajes por el bicentenario de uno de los más grandes músicos del mundo, con la apertura de una muestra documental sobre su vida y obra, en el Oratorio San Felipe Neri, en el Centro Histórico de la capital cubana

Autor:

Aracelys Bedevia

Si alguien pregunta por Wolfgang Amadeus Mozart y Ludwig van Beethoven, cientos de personas sin importar el nivel cultural afirmarán que son dos de los más grandes músicos del mundo. Pero si la indagación incluye también el nombre de Joseph Haydn, fuera de los círculos intelectuales, no todos sabrán que se trata de uno de los más destacados compositores de la historia de la música. Y es que no siempre la posteridad ubica a cada quien en el lugar que merece.

Pese a que todos los grandes compositores construyeron sobre sus ideas, los méritos musicales del afamado compositor fueron quedando poco a poco a la sombra de Mozart y Beethoven, hasta que en el siglo XX se le otorgó el título de «padre de las sinfonías y los cuartetos para cuerdas».

Autor de más de cien sinfonías, 68 cuartetos de cuerda, 47 sonatas para piano, 26 óperas y cuatro oratorios, además de algunas misas, Haydn está considerado como uno de los máximos representantes del período clásico. Nació en Rohrau (en la baja Austria) el 31 de marzo de 1732, y fue el segundo de los 12 hijos de un carretero y una cocinera. A los seis años de edad recibió las primeras lecciones de música y a los 29 logró un nombramiento vitalicio como músico de la Corte del príncipe Esterházy, en la actual Hungría, donde permaneció durante tres décadas.

Amigo de Mozart y maestro de Beethoven, Haydn fue la mayor celebridad musical de su época. Tras el fallecimiento del príncipe Nikolaus Joseph Esterházy, en 1790, se mudó a Viena. Su fama se extendió por toda Europa. El genio iluminado, como lo calificó Eusebio Leal, Historiador de la Ciudad, «supo captar la feliz armonía del orden universal y llevarla a sus partituras, admiradas lecciones de maestría y grandeza espiritual, legado ético para todas las generaciones».

No fue un niño prodigio como Mozart. Pero, según afirman muchos musicólogos, llegó a ser el más original de todos, pues el aislamiento en que vivió le permitió que no recibiera influencias ajenas. «Así me vi obligado a ser original», dijo en una oportunidad el creador del Himno del emperador, dedicado al monarca austriaco Francisco, y adoptado posteriormente como himno nacional de Alemania.

De su alegría, bondad y buen humor dan fe sus contemporáneos. Cuentan que en su sinfonía número 94, llamada La sorpresa, Haydn decidió vengarse de quienes acudían a sus conciertos sin demasiado interés y, en el segundo movimiento, en un momento de baja intensidad, incorporó un fortissimo inesperado para despertar a los oyentes.

Procedente de una familia humilde, llegó a ser parte de los círculos más altos de la sociedad y recibió el Doctorado Honoris Causa de la Música por la Universidad de Oxford.

A 200 años de su muerte, ocurrida en Viena el 31 de mayo de 1809, Haydn es recordado en todo el mundo con innumerables conciertos, exposiciones, emisiones televisivas y nuevas biografías. Cuba se ha sumado a estos homenajes con la reciente apertura, en el Oratorio San Felipe Neri, de una muestra documental sobre la vida y obra del reconocido compositor.

La exposición ha sido organizada por la Embajada de Austria en la Isla y la Oficina del Historiador. Lleva por título Joseph Haydn, un genio de la música, y cuenta con unos 40 cuadros relacionados con el artista. Un acercamiento a cada uno de ellos permite conocer su casa natal, los lugares donde vivió, ciudades que visitó, así como las copias de algunas de sus partituras y fotografías de personas con las que tuvo un estrecho vínculo.

Al pie de cada uno de los cuadros de dicha exposición, el público podrá encontrar una nota explicativa con datos y anécdotas relacionadas con Haydn. En una de ellas se narra que en 1784 conoció al joven Wolfgang Amadeus Mozart y, dándose cuenta de su grandeza, le comentó a su padre: «Vuestro hijo es el compositor más grande que jamás haya conocido, posee un gusto y una gran sabiduría para componer».

Joseph Haydn, un genio de la música, estará en San Felipe Neri  hasta el 31 de octubre, y forma parte de un proyecto de colaboración, con la participación de la Fundación Internacional Joseph Haydn, los organizadores del Festival de Haydn del estado federado de Burgenland y del Ministerio Federal de Asuntos Europeos e Internacionales de Austria.

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