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El futuro es nuestro

Expresó el Comandante de la Revolución Guillermo García Frías durante la presentación en la Feria de Encuentro con la verdad, un libro sobre la gesta libertadora entre diciembre de 1956 y los primeros meses de 1957

Autor:

José Luis Estrada Betancourt

Los sucesos de la gesta libertadora que tuvieron lugar entre diciembre de 1956 y los primeros meses de 1957 aparecen narrados ahora, gracias a la labor de la Casa Editorial Verde Olivo, por uno de sus principales protagonistas, el Comandante de la Revolución Guillermo García Frías, bajo el título de Encuentro con la verdad, que fue presentado este jueves.

En su prólogo, firmado por el General de Ejército Raúl Castro y leído por Temis Tasende, editora del libro, el Presidente del Consejo de Estado y de Ministros de Cuba elogió cómo el destacado revolucionario a quien según ha asegurado, nada ha podido borrar su condición de campesino, había logrado algo que raramente consiguen quienes cuentan sobre sus experiencias.

«No es el Comandante de la Revolución y prestigioso dirigente actual la persona que presentamos en estas páginas, sino aquel guajirito de cinco décadas atrás, en quien desde el primer momento Fidel descubrió, tras la escasa cultura libresca, una inteligencia, voluntad y fidelidad a toda prueba».

Guillermo explicó a los presentes, entre quienes se encontraban el miembro del Comité Central, general del división José A. Carrillo Gómez, jefe de la Dirección Política de las FAR, y los generales de división Ermio Hernández Rodríguez y Enrique Lussón Batlle, que su principal motivación estuvo en compartir con el pueblo y los jóvenes lo que ocurrió durante ese período, después que Celia Sánchez le diera la tarea de proteger y conducir hasta la Sierra Maestra a los sobrevivientes del combate de Alegría de Pío, tras el desembarco del Granma.

Encontrarme con Fidel fue encontrar la verdad. A partir de ese momento mi vida fue completamente diferente, dijo. Enseguida comprendí que aquel era el camino y él su líder, que ese hombre nos conduciría al triunfo y que los campesinos jamás tendríamos que padecer la explotación y la miseria.

«No quiero que los lectores crean que yo salvé a la Revolución. Fue ella la que me salvó a mí», afirmó quien ostenta el título de Héroe de la República de Cuba, al tiempo que exhortaba a los combatientes a no quedarse con sus aguerridas vivencias, sino a transmitirlas, sobre todo a las nuevas generaciones.

«El futuro es nuestro, pero debemos influir más en los jóvenes de hoy y de mañana, para que ese futuro sea mucho más pleno», concluyó.

Bajo el mismo sello editorial, en la jornada de ayer también vio la luz La victoria de los caídos, del comandante Delio Gómez Ochoa.

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