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De vuelta el cine francés

La cinta Como hermanos abrió el pasado viernes el Festival de Cine Francés en el capitalino cine Chaplin

Autor:

Jaisy Izquierdo

A realizar un viaje Como hermanos invitó la cinta que abrió el pasado viernes el Festival de Cine Francés, y que fue presentada por su director Hugo Gélin y dos de sus actores protagonistas: François-Xavier Demaison y Pierre Niney. El filme, nominado a los premios César en las categorías de ópera prima y actor revelación (Pierre Niney, candidato además al premio Lumiere), reúne a tres hombres que solo comparten el amor que sintieron por una mujer y el dolor ante su pérdida.

Si en Como hermanos la muerte de la amada desata el reencuentro con el pasado y las memorias, en El lobo seductor (O la verdadera historia de los Tres Cochinitos), de Nicolas Charlet y Bruno Lavaine, el fatal accidente de una madre desencadena en sus cuarentones hijos el deseo de mirar hacia el futuro.

Sobre los fuertes lazos que la amistad tejió entre una pareja de inmigrantes portugueses y sus vecinos en un barrio parisino, habla la obra primera de Ruben Alves, quien a su vez viaja a la Isla como parte de la delegación francesa de esta 17 cita con el cine galo. La jaula dorada terminó por ganarse los aplausos de los Premios de Cine Europeo, donde arrebató para sí el lauro del público.

Destaca esta muestra por la concurrencia de nuevos directores. A Gélin y a Alves se suma la también debutante Justine Triet con La batalla de Solférino, en la que se nos recrea un domingo loco en París, mientras Francia, dividida entre dos candidatos presidenciales, dirime su suerte en la calle que nombra la película.

Otros más maduros, como el director Pierre Schoeller, arriban avalados por sus cosechas. Con tres premios César (guión original, sonido y actor de reparto para Michel Blanc) más el Premio Fipresci de la sección Un certain regard en el Festival de Cannes, este cineasta nos devela cómo funciona El ejercicio del poder, gracias a un recorrido por los vericuetos políticos donde convergen luchas de poder, caos y crisis económica.

Mientras, Bruno Podalydés, quien participó en la Quincena de los Realizadores del Festival de Cannes con Adiós Berthe, el entierro de la abuela, nos adentra en la vida reprimida de Armad, que sueña con ser mago y vivir con su amante, entre otros enredos existenciales que se han de complicar el día que fallece un ser tan querido por el protagonista.

Con los colores de la historia y los apasionantes personajes que en ella se esconden, Los sabores del palacio (la cocinera del presidente) y Renoir rescatan, con la magia del cine y los vericuetos siempre ficcionados del guión, tanto la época presidencial de François Mitterrand, como el tiempo coincidente del ocaso de un padre y el renacer de su hijo: nada más y nada menos que el pintor Auguste Renoir y el gran cineasta Jean Renoir. La cinta de Gilles Bourdos se remonta al año 1915 y nos enlaza a los dos artistas a través de los encantos de la bella Andrée, la última modelo del pintor impresionista.

Coinciden en la pantalla grande Paseando con Molière, de Philippe Le Guay, y Camille regresa, de Noémie Lvovsky: dos películas que escogen para sus protagonistas los avatares de la actuación. Así conoceremos cómo un gran actor retirado es convidado por otro más joven y de moda en la televisión a interpretar juntos la pieza teatral El misántropo, de Molière, atrapando en el argumento las grietas generacionales y las diferentes maneras de encarar la profesión.

En la entrega de Noémie Lvovsky, Camille sufre un desmayo y cuando despierta ha regresado a su adolescencia. Dándole honor a su título Camille regresó con las manos llenas de los circuitos festivaleros, con 13 nominaciones para el premio César, y un Lumiere especial para la realizadora, por su doble papel de directora y actriz.

Para los pequeños hay en este festival dos animadas propuestas: El día de los cuervos y Príncipes y princesas. En tanto, las opciones documentales nos llevarán por los caminos de la música y el teatro, por medio de dos notables figuras: el pianista Michel Petruccianni (Michel Petruccianni) y el dramaturgo Peter Brook (Brook por Brook, retrato íntimo y Peter Brook, el funambulista se exhibirán con la presencia del director Simon Brook, por demás el hijo del afamado teatrista).

De la escena saltaremos al mundo del éter a través de La casa de la radio, de Nicolas Philibert, para así asomarnos al interior de la famosa emisora Radio France y husmear qué ocurre en 24 horas de un día común de trabajo.

Asimismo, a 30 años de la prematura muerte de François Truffaut, este importante evento cinematográfico recuerda, con una muestra homenaje, al cineasta de Besos robados y figura indispensable del movimiento de la Nueva Ola francesa. Entre las cuatro cintas escogidas para la ocasión no faltará esa pieza magistral llamada Los cuatrocientos golpes, donde veremos al adolescente rebelde Antoine Doinel que luego estará presente como personaje recurrente en Domicilio conyugal y en un episodio de El amor a los veinte años (Antoine y Colette).

Completan el tributo: Jules y Jim, El último metro, protagonizado por Catherine Deneuve y Gérard Depardieu, y Vivamente el domingo (confidencialmente tuya), que juega con los estereotipos del cine policial a lo Alfred Hitchcock y que resultó ser el último filme dirigido por el genio de Truffaut.

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