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Noches de rock and roll en La Habana

La actuación de The Dead Daisies en la Isla puede verse como una antesala para la visita de otros grupos, ya que en los cubanos tienen a un público conocedor y sensible al género

Autor:

Yelanys Hernández Fusté

The Dead Daisies (Las margaritas muertas) es pura adrenalina en el escenario. La banda multinacional pasa un buen rato allí y los que la disfrutan se embriagan de ese efecto positivo que solo el arte genuino sabe prender en los espectadores.

Cuando toma la guitarra rítmica Richard Fortus y su colega de Guns’n Roses, el tecladista Dizzy Reed intercala a los acordes roqueros ese blues tan enternecedor que muestra en la melodía de Yesterday, solo le queda a Bernard Fowler ponerle voz para que la balada cautive a los que la escuchan. Inmejorable queda también Fowler en Washington, otra pieza que sin dudas se convertirá en éxito dentro del repertorio de The Dead Daisies, como ya lo es Face I love.

Ya lo habían dicho resueltamente la pasada semana los miembros de la banda, a su llegada a La Habana. Todos reverencian esa arista clásica del rock and roll de los años 70 y 80 del pasado siglo. La salvedad era hecha quizá ante las actuales tendencias del género —que en lo personal no cuestiono y pienso que deben verse como una evolución de este— y fue levantada como una bandera de resistencia para también evocar a formaciones cimeras como The Rolling Stones, Guns’n Roses y otros grupos.

Precisamente de esas esencias toman los Dead Daisies. Cuentan para ello con una formación envidiable, en la que figuran dos integrantes de The Rolling Stones: el bajista Darryll Jones y el ya mencionado Fowler; el guitarrista y líder de la tropa, David Lowy (Mink); el bajista Marco Mendoza (Whitesnake); el baterista Briam Tichy (Ozzy Osbourne); el binomio de Guns’n Roses: Richard Fortus-Dizzy Reed y el cantante John Corabi (Motley Crue), quien demostró su potente calidad vocal que lo ubica entre los mejores del género.

Fueron dos templos musicales habaneros los que se rindieron ante los artistas y lo demostraron las largas filas para presenciar los conciertos que sacudieron, por par de horas, al Maxim Rock (el miércoles último) y al Salón Rosado de La Tropical (el sábado en la noche).

En ambas actuaciones el repertorio de la banda resultó atractivo y nos remontó a una época rocanrolera imprescindible. Sencillos al estilo de Miles in front of, Angel in your eyes o Face I love se escucharon tal cual esa grabación de estudio difundida por los músicos. Con esa exactitud y enriquecido al calor de las improvisaciones en la escena, The Dead Daisies quiso mostrar su trabajo a los seguidores del rock en la Isla, sin omitir mucho de lo que han hecho desde el 2012 hasta la fecha.

Pero hubo otro detalle que matizó esas veladas: la fraternidad que nació de esta visita de los músicos extranjeros con sus colegas cubanos. En el Maxim Rock, además de la formidable antesala ofrecida por la Anima Mundi, estuvieron las colaboraciones de Dead Daisies y Beatrix López y Roberto Perdomo, ambos de Tesis de Menta; la presencia casi permanente en escena de Yaimí Karell en la percusión menor; y la notable aparición de Ruy Adrián López-Nussa en las pailas.

Aunque básicamente el programa de La Tropical no sufrió cambios y repitieron con Beatriz López, Roberto Perdomo, Yaimi Farell y Ruy Adrián López-Nussa, los que disfrutamos de los dos conciertos sentimos que cada uno de ellos fue único, insuperable.

En la noche sabatina David Blanco subió la parada con su grupo con Ella me quiere matar, La tierra prometida y Parar el tiempo. Sorprendió a los asistentes el artista cubano con esa versión de Gimme Shelter, en la que invitó a Darryll Jones. Mientras que la esperada banda multinacional, que sumó al saxofonista cubano Michel Herrera para que los siguiera en uno de los momentos del concierto, regaló también clásicos de otras formaciones. El público sencillamente no hizo menos que corearlos. Sucedió en Symphaty for the Devil, de The Rolling Stones; Hush, de Deep Purple; Knockin′on heaven’s door, popularizado por Guns’n Roses y escrito por Bod Dylan...

Ahora que ya se ha ido, The Dead Daisies «colgó» un cálido mensaje en su perfil en la red social Facebook: «La Habana: el rock and roll vive en sus corazones y en sus almas»; y un número importante de fotografías acompaña la frase. Creo que los integrantes de la banda están convencidos de que sus presentaciones en la capital y son solo una antesala para que otros colegas suyos se lleguen a la Mayor de las Antillas y perciban que aun alejados de los circuitos internacionales de giras artísticas, en los cubanos tienen a un público conocedor y sensible.

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