Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Las anatomías del periodismo cubano

Son páginas apasionantes donde están presentes diversas generaciones

Autor:

Tubal Páez Hernández

Un significativo grupo de los colegas que en las últimas décadas han merecido el máximo galardón de la UPEC por la obra de la vida van contando sus historias en detalles, anécdotas y opiniones, que Flor de Paz solo interrumpe, para beneficio del lector, sabiendo en qué tipo de mares ha navegado cada cual, y les abre las velas para escucharlos en el difícil trance de hablar de sí mismos.

Para darnos esta «anatomía del periodismo cubano» la autora no se disfrazó para su labor ni falseó su identidad, tampoco utilizó cámaras ni micrófonos ocultos, a lo cual suelen acudir ciertos representantes de la prensa mercantil en otras latitudes. Ella no sabe de eso, claro, pero logra dar luz allí donde la modestia de sus entrevistados esquiva el sacrificio personal y los tantos palos que les ha dado la vida, parafraseando a Fayad Jamís.

Son páginas apasionantes, donde están presentes distintas generaciones: quienes empezaron en el oficio antes del triunfo de la Revolución, en la lucha clandestina, en las montañas o en el exilio durante la guerra contra la tiranía, y después de 1959, en Playa Girón, la alfabetización, la edificación y defensa de la nueva patria socialista y en las no menos heroicas misiones en otras tierras.

Todo ello y mucho más los convierten en firmes pilares sobre los que descansa la ética del periodismo revolucionario cubano.

Cuando conocemos la procedencia familiar, las distintas escuelas en que se formaron y los escenarios donde ejercieron, podemos concluir que ninguno se parece a otro, mas todos son iguales, pues tienen como denominador común el compromiso de ser fieles a sus lectores, televidentes o radioyentes, ya sea con la redacción, la imagen, el diseño, la multimedialidad o la docencia, quizá esta la más trascedente.

No es posible adentrarse en la existencia de cada uno de ellos o ellas, sin sentir muy adentro un sentimiento de admiración y respeto por estos compañeros y compañeras, cuyo desempeño evidencia la pasión consciente que solo pueden despertar las grandes causas sociales como, en nuestro caso, ha sido y es la lucha por la verdad, las ideas y la obra de la Revolución cubana, una de las más grandes de la historia universal por su profundidad y alcance.

Dar continuidad a este esfuerzo editorial u otros similares, deriva inevitablemente a la investigación y la formación de periodistas u otros profesionales, lo cual demanda colaboración, alianzas y ciencia.

Los protagonistas de estas páginas nos enorgullecen por su laboriosidad física e inteligencia, por sus resultados excelentes en un campo imposible de enmarcar para hombres y mujeres defensores de la patria y la Revolución, con disposición permanente al cumplimiento exitoso de misiones en las cuales han elevado el prestigio del sector en la opinión pública del país.

La flor precede al fruto, y un fruto de Flor, entre sus muchas pariciones creativas, es esta obra de nuestra Editorial Pablo de la Torriente, que podremos atesorar y saborear ya, gracias al privilegio de la opción de la lectura digital, a la espera de la impresión en papel.

No están todos los galardonados, como ella aclara, pero la totalidad tiene en común el pertenecer a lo mejor del formidable sustrato social surgido, como en el relato bíblico del soplo de la creación humana, de la fuerza huracanada de una auténtica Revolución que hizo reverdecer el alma marchitada de la nación.

Gracias, Flor de Paz; gracias, Esther, a ti y a tu editorial, y gracias a los que nos acompañaron en estos minutos necesarios y oportunos en el tan esperado esperanzador 11no.  Congreso de la UPEC.

 

*Palabras en la presentación del libro

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