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Entretenimiento garantizado

Esta frase suele ser el eslogan de muchas marcas de equipos de audio y video, o sitios que promueven la cultura del ocio.

Autor:

JAPE

Esta frase suele ser el eslogan de muchas marcas de equipos de audio y video, o sitios que promueven la cultura del ocio. En Instagram existe un espacio de audiovisuales que suscitan así la tentación de pasar una noche entera comiendo pizzas y viendo series. Supongo que haya que tomar algo también para «bajar» tanta pizza, pero no lo puntualizan.

Hago este comentario porque me llama la atención como para algunas personas se ha desvirtuado el significado de la palabra entretenimiento. No arremeteré contra la televisión, el cine o el reguetón. Hablo de entretenimiento en el concepto más abarcador. Aquel que infiere no dar tiempo a aburrirse o a pensar demasiado.

Mi amigo Floro, que ha tenido una triste y lamentable ruptura familiar a causa de la emigración, en su más reciente misiva me comunica que:

«Estimado JAPE, le contaré una anécdota que me sucedió hace poco en casa de un viejo amigo al cual aprecio como familia. Llegué a su hogar al final de la tarde y le comento que he tenido un día terrible haciendo colas y gestiones sin que apenas pudiera resolver el problema. Entre la burocracia, la desinformación y el “peloteo”, han hecho de mi día una terrible odisea, le dije. Él escuchó atentamente y al final, como colofón a mi desdicha, afirmó: ¡Bueno, por lo menos estabas entretenido!

Cierto es que él conoce de mi actual depresión y quizá por ello me ha hecho este comentario. No obstante, he quedado con una duda terrible: ¿entretenimiento no es otra cosa? ¿Estar entretenido no se relaciona con diversión, placer, regocijo, esparcimiento?».

Entrañable Floro, porque hayo razón en lo que planteas he comenzado mi escrito tratando de ubicar en situación y contexto lo que también para mí es el entretenimiento. De igual forma te digo que muchas personas tratan de justificar, o simplemente consolar al prójimo, tratando de ver el lado bueno del asunto, más allá de lo fatal, lo realmente complicado y hasta doloroso. Tratar de dar consuelo es difícil y se puede tornar estúpido si no somos objetivos.

Tu anécdota me recuerda otra historia que parece sacada de un libro de humor negro, pero que sucedió en verdad. Mi buen amigo Jorge, es chofer de una empresa. Hombre de buen corazón al punto de dar botella a la gente sin salirse de su recorrido como está estipulado. En una ocasión se monta un compañero que al perecer estaba tan agobiado y pesaroso que le habló de todas sus penas con esa facilidad innata que tenemos los cubanos de sociabilizar con los desconocidos cual si tuviéramos el mismo ADN.

El hombre le narró de punta a cabo los últimos avatares de su vida, que incluían la pérdida de su padre, un hermano y por último de su esposa tras varios meses de agonía. Mi amigo sin saber qué decir, pero creyéndose en el imperioso deber de consolarlo le dijo: «Es duro, mi hermano, pero alégrate que ya saliste de todo eso».

Quizá esto fue lo que te quiso decir tu amigo al oír tu historia. Por lo demás no te preocupes, al parecer, el entretenimiento está garantizado para largo rato.

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