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Del amor, un buen bolero y la ciudad (+ Fotos)

El cineasta cubano Arturo Santana pronto estrenará en la gran pantalla su tercer largometraje de ficción Cinco historias de amor y un bolerón desesperado, que es la segunda entrega de una trilogía que propone una mirada al amor en la ciudad

Autor:

Ana María Domínguez Cruz

Parafraseando a Pablo Neruda con sus Veinte poemas de amor y una canción desesperada, y sin olvidar que el bolero es el género que, por excelencia, puede definir musicalmente el amor en nuestro país, el cineasta cubano Arturo Santana pronto estrenará en la gran pantalla su tercer largometraje de ficción: Cinco historias de amor y un bolerón desesperado, después de Bailando con Margot y Habana selfies.

«Esta película es parte de una trilogía, junto a Habana selfies y otra que tengo en proceso de desarrollo titulada Cinco maneras de odiar a tu amante, que siempre he querido hacer: una trilogía del amor en la ciudad».

—Desde el punto de vista estructural, no es algo nuevo en el cine esta fórmula de contar varias historias como relatos independientes, pero tú le imprimes un sello particular...

—Quizá. Obviamente, no hay nada nuevo bajo el sol, mucho menos en el cine; pero en las cosas que hacemos del lado de acá, diría yo que sí. Mi sello mínimo distintivo radica en los cruces de géneros; digamos, en «bombardear» los propios géneros y no ser explícito, sobre todo en las historias; proponer elipsis…

«En este caso, yo tenía el guion listo y no había pensado en que fuera una continuidad. Entonces, me lo propuse y regresé sobre él, empecé a rescribir y a interconectar las nuevas historias con las anteriores, así como los personajes y actores, y sobre todo con la intención de crear ese posible díptico en futura trilogía. Así la presenté y logré producir la película.

«Convoqué a Yeny Soria, que está en mis tres películas. Es muy buena actriz y muy buena amiga, muy buen ser humano. Está Iris Pérez, Julio César Ramírez, Roberto Perdomo, Lissette de León, Leticia León, Andros Perugorría, Lily Santiesteban, Osmara López, Linda Soriano, Evert Álvarez, Carlos Solar, Ariadna Sadé, Loreta Estévez, Ignacio Hernández, María Karla Mirabal, Sailin Carbonell, Camila Montes de Oca, Francois-Javier Corrada y Alejandro Castellanos…

«Tengo un elenco de actores muy especial, la mayoría jóvenes, y como en todos mis proyectos —y es una suerte inmensa— todos son muy entregados y muy leales. Mis historias no son contadas en femenino ni en masculino: sencillamente, trato de interconectar, y a veces olvidar un poco si se es mujer u hombre.

«Con todo concebido hasta ese punto me lancé a producir la película en coproducción con el Icaic, el productor mayoritario, y con Talentos Alto Audiovisual, que es mi productora audiovisual, y otra productora cubana, I4Films, con vasta experiencia en cuanto a ejecución de proyectos. Hubo una química muy interesante porque nos dimos cuenta de que teníamos en la mano una excelente oportunidad y la llevamos a cabo lo mejor posible.

«Tuvimos 30 días en la etapa de prerrodaje, tenía 24 días para filmar y lo dejé en 22, y la película completa la entregué en 11 meses, como entregué Havana selfies en 2019.  Incluso, podía haberla entregado en nueve meses, pero ya sabes, surgen imprevistos en medio de nuestras circunstancias. Con una buena etapa de prerrodaje todo fluye bien, y también si no tienes demasiadas indecisiones. Fíjate que especifico que no sean demasiadas, porque algunas pueden existir, pero no es lo que debe primar en un director de cine.

«Trabajé entonces con todo el equipo maravilloso de I4Films. Mi director de fotografía es Luis Alberto González, quien fue operador de cámara de Alderete en Bailando con Margot. Reymel Delgado es el director de producción, Yaremis Pérez dirigió el casting, y volví a trabajar con Víctor López y Remache Estudios…».

—Melómano al fin, la música siempre ha sido muy importante en tus proyectos…

—Ciertamente. Lo que sucede es que también el montaje cinematográfico lo siento muy musical, inclusive los diálogos tienen tempo, música y métrica. Trabajé con Rembert Egües en Bailando con Margot, y con Germán Velazco en Habana selfies, porque sí me interesa que sea un elemento significativo.

«Charly González, un joven multinstrumentista, trabajó conmigo en esta oportunidad. También tengo en la música original a María Karla, quien es conocida por el gran público por aquella canción, Vudú, de una telenovela cubana. Además, estuvo Francis del Río, entre otros». 

—Fiel a François Truffaut, ese realizador de la nueva ola francesa, dijiste en alguna ocasión que el amor es el único argumento posible…

—Eso lo dijo él, y estoy de acuerdo. Quien desee ver otra película, está en su derecho, pero esta trae historias de amor en nuestra ciudad. A los personajes lo que les interesa es amarse, rencontrarse… a veces evaden lo que les sucede porque saben que un día lo arreglarán, aunque primero tratan de enfocarse en sí mismos y rencontrarse a través del amor.

«Es una comedia dramática, te diría yo, de alrededor de 90 minutos de duración, en la que se pueden ver mis influencias, entre ellas las de la nueva ola francesa en cuanto al diseño de personajes, las estructuras, los finales cortantes… Juego con el melodrama, pero no lo hago explícito, y quizá eso no es que lo salve, sino que lo convierte en otra cosa. Por cierto, el melodrama no es ni malo ni bueno, es melodrama, y yo creo que el secreto es saber utilizarlo, tanto como la tragedia o la farsa. Es decir, todos los géneros usarlos exactamente como corresponde».

—Aunque eres fiel a ti, de una película a otra siempre hay un salto en el tiempo y en tu propia mentalidad creativa. ¿Hay algo nuevo que te propusiste con esta en particular? 

—Diría que no. Lo que sí puedo decirte es que me sentí muy bien haciéndola. Las óperas primas no se sienten, tú las vas haciendo a veces hasta de modo inconsciente. Habana selfies tuvo muchos avatares porque yo iba a hacerla con teléfonos celulares e intentamos negociar con Huawei, pero no se pudo por razones tecnológicas. Al final, la disfruté mucho, sin embargo, no tanto como esta… tal vez por el propio soporte de producción, es decir, el modo en que hicimos la película.

—¿Expectativas?

—Que el público conecte, que la gente vaya al cine. Durante la Fiesta del Cine Cubano, que transcurrirá en octubre, espero que se proyecte la película, y para mí sería ideal que también se programase Habana selfies, para que los espectadores perciban mis intenciones como díptico. Aún espero por la aprobación del Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano, para que la vean en esos días también.

«Vivimos tiempos difíciles, a veces percibo cierta desconexión y es algo que no deseo que ocurra. Espero que cuando se fijen los días para su proyección, el público me haga feliz con su presencia. Sé que existe una fuerte tradición de ver películas cubanas, así que espero ser feliz de esa manera».

—¿Qué pretendes con el próximo filme: Cinco maneras de odiar a tu amante?

—Recuerda que el amor y el odio es como la tragedia y la comedia. Los divides, pero uno es producto del otro. El cine refleja todo eso. Ten paciencia… ya verás. 

Fotos: Cortesía del entrevistado.

 

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