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Una artista arriesgada

Dianelys Gómez Valdivia es una joven espirituana que se aventura con cada creación a volver a su mundo interior en diferentes soportes de las artes visuales

Autor:

Lisandra Gómez Guerra

SANCTI SPÍRITUS.— Todavía no había espigado e hizo suya la casa de cultura Osvaldo Mursulí, de la urbe del Yayabo. Prefería pasar las horas entre colores y trazos, y no en otras actividades propias de su edad. En cada encuentro, Dianelys Gómez Valdivia confirmó que ese, precisamente, era su mundo, en el que se sentía como pez en el agua.

«Al terminar los estudios en la secundaria básica no logro ingresar en la escuela de arte. Me formé entonces como educadora de círculo infantil», cuenta. Pero desde el primer día supo que ahí no estaba su destino. Un hervidero creativo le martillaba la cabeza. Quizá, por eso, comenzó el mundo laboral en la Casa del Joven Creador, guarida de la filial espirituana de la Asociación Hermanos Saíz (AHS).

«El entonces presidente provincial me habló del Taller de Artes Gráficas, institución que está en estrecho vínculo con la organización. Comencé en una plaza de veladora y la inquietud me impulsó a buscar cómo dominar las máquinas que permiten hacer grabados. Prácticamente fue una necesidad».

—¿Resultó fácil doblegar esas moles?

—No. Lo lindo que tiene el grabado es que nace de muchas mezclas; la diversidad de técnicas es inmensa. Luego llega el momento de enfrentarte a la impresión. Agradezco infinitamente las guías eternas de Cuti y Lage, verdaderos maestros. Quizá, alguien pensó que era imposible, y hoy las tres muchachas que nos formamos ahí demostramos que no lo fue.

Al unísono de los aprendizajes que la conducen a crear mediante colografía o xilografía, no abandonó su pasión por el dibujo. La técnica del carboncillo sobre cartulina o lienzo le ha quitado más de una hora de sueño. Tanto así que en este mes la Casa del Joven Creador de Sancti Spíritus exhibe su muestra personal Retrato de familia.

«Nació de la curiosidad. Soy una enamorada del retrato, la figura humana… Todos los rostros que se disfrutan son de mi familia y amigas cercanas».

—¿Son ellos tus musas más inspiradoras?

—Claro, porque de una forma u otra la familia siempre me apoya. En el caso del dibujo ha sido muy complicado para mí. Lleva un tiempo estudiarlo y, como soy autodidacta, lo he hecho a mi forma. Sobre todo, pregunto a quienes ya tienen muchos más conocimientos.

En esa búsqueda constante la espirituana Dianelys topó de frente con el más complejo de los soportes para crear en las artes visuales: la piel. El mundo de los tatuajes también se ha convertido en ímpetu: «Es otra de mis grandes pasiones, y posicionarse como mujer tatuadora es mucho más desafiante, porque ha sido un mundo donde han predominado los artistas hombres.

«Mi primer lienzo en esa creación fue mi propia piel. Desde entonces aprendo todos los días, y sé que me queda mucho camino, sobre todo en Sancti Spíritus, donde existen tan buenos tatuadores. No tiene nada que ver hacer un dibujo en una cartulina o en un lienzo con llevarlo luego a la piel. La línea que hagas no la puedes borrar, no hay retorno. De ahí que exige mucha precisión».

—¿Con qué se queda Dianelys: dibujo, tatuaje o grabado?

—No podría escoger. En las tres hay fragmentos de mi carrera. Todas me han aportado…

Y en esa carrera construida paso a paso, sostenida en el talento y las muchas ganas de aprender, esta espirituana de 32 años sintió el impulso de regresar a la AHS, con su currículo bajo el brazo a fin de ser una miembro más.

«Para entonces, ya tenía varias exposiciones y me arriesgué una vez más. Me aceptaron, junto al resto de mis compañeras del Taller, y desde el primer día hemos encontrado muchas oportunidades para seguir en ascenso como artistas».

—¿Eres consciente de lo que significa ser arriesgada?

—Sí. Bastante. Incluso, hasta en la forma de ver la vida. Soy una artista arriesgada.

Entre los muchos desafíos que distinguen su agenda está fungir como vicepresidenta de la organización juvenil artística sin dejar a un lado su carrera.

«Es súper complicado porque tengo que sacar tiempo para todo. Nos corresponde incentivar a los jóvenes artistas para que se acerquen más a la organización, que nos visiten en la Casa y sean los verdaderos protagonistas de nuestras acciones. La compleja situación electroenergética nos golpea bastante, pero, no estoy sola. Hemos logrado formar un buen equipo para liderar esos procesos».

—¿Cuándo presentas a la AHS qué no dejas a un lado?

—Todas las posibilidades que nos brinda a quienes nos iniciamos en los complejos mundos de las artes.

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