Lean bien. Escuchen esto. «Para quienes piensan que el apoyo al Movimiento de Resistencia Islámica ha disminuido, la mitad de los palestinos aún respaldan el ataque de Hamás del 7 de octubre 2023» que sirvió de pretexto a Israel para su guerra genocida en Gaza.
Así, en ese tono provocador y desafiante, puso en manos de sus lectores este lunes una reveladora encuesta el diario Haaretz, uno de los medios israelíes más objetivos y de mayor audiencia, opositor del primer ministro Benjamín Netanyahu, y tal vez por eso muy respetado en todo el mundo.
Y lo presentó como «un artículo de regalo de la edición digital» para que el mayor número posible de internautas lo pudiera leer y meditar, además de los suscriptores y simpatizantes.
La encuesta estalló como una bomba política. Y no es para menos, en una sociedad israelí sometida a la masiva intoxicación racista de la ideología colonial sionista, discriminatoria, que además oculta las más sensibles verdades del régimen de extrema derecha mediante una severa censura militar que justifica todos sus crímenes.
Según muestra el estudio de opinión pública realizado el mes pasado por el reconocido Centro Palestino de Investigación de Políticas y Encuestas, el 55 por ciento de la población en Gaza se opone firmemente al desarme de Hamás.
En tanto, alrededor del 60 por ciento de los gazatíes apoyan el plan del presidente estadounidense Donald Trump para poner fin a la guerra.
Por otro lado, la encuesta mostró que el apoyo al plan del presidente Donald Trump en Cisjordania era de un 40 por ciento, un porcentaje mucho menor, y que la oposición al desarme de Hamás era de un 80 por ciento, un porcentaje mucho mayor que el manifestado en Gaza, según el estudio del Centro dirigido por el doctor Khalil Shikaki.
«Aunque el apoyo a Hamás no es abrumadoramente fuerte —apuntó el informe de presentación de la encuesta— solo un tercio de los palestinos encuestados afirmó desear que la Autoridad Palestina (AP) asumiera el Gobierno directo de Gaza tras una declaración oficial de fin de la guerra».
En cuanto a la propuesta de Trump de un comité independiente para gobernar Gaza después de la guerra, el 53 por ciento se opuso al plan, mientras que el 45 por ciento lo apoyó.
Dos años después de la sublevación de Palestina lanzada desde Gaza por la Resistencia el 7 de octubre de 2023, la encuesta reveló que «aproximadamente la mitad de los encuestados, tanto en Gaza como en Cisjordania, seguía creyendo que Hamás había tomado la decisión correcta al perpetrar el ataque».
Sin embargo, solo el 40 por ciento afirmó creer que la organización saldría victoriosa de la guerra que siguió. Y no es de extrañar, dada la superioridad militar
de Israel, que contó con el apoyo total de Estados Unidos, que de hecho hizo suya esa guerra y la extendió con ataques directos a centros nucleares de Irán.
Una mayoría del 53 por ciento se manifestó en contra de la solución de dos Estados, principalmente debido a la expansión de los asentamientos israelíes y a la falta de confianza en su implementación.
Los palestinos de Gaza y Cisjordania compartieron esta opinión en porcentajes casi idénticos, pero en lo que respecta a la «lucha armada contra Israel para poner fin a la ocupación», el apoyo en Cisjordania fue mucho mayor, alcanzando el 49 por ciento.
La intervención de Estados Unidos tiene ahora otra apariencia y objetivos.
La administración Trump y sus aliados, incluidos países musulmanes, buscan ampliar un frágil alto el fuego entre Israel y Hamás, «para convertirlo en algo más», según la sugestiva fórmula utilizada por The New York Times.
Impulsan la desmilitarización y reconstrucción de la Franja de Gaza, comenzando por su mitad oriental, controlada por Israel, señaló el diario estadounidense, y aspiran a extender los Acuerdos de Abraham, que normalizaron las relaciones de Israel con varios estados árabes.
Y tal vez, dice, «incluso podría haber un atisbo de esperanza para un Estado palestino algún día», lo que como se ve a simple vista explica la visión tan escéptica o desconfiada de los residentes de Gaza y Cisjordania, y la decisión de una buena parte a retomar el combate por sus derechos.
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