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Casi no cuela el café

En general, el equipo cubano se presentó con poco ritmo y muchos bateadores estuvieron totalmente desajustados

 

Autor:

Juventud Rebelde

Aunque sufrió más de la cuenta, el equipo cubano venció 2-1 a Nicaragua en el primer partido del tope beisbolero entre ambas escuadras. El choque cumplió con las expectativas de la afición pinolera, que desafió la lluvia y repletó el estadio nacional Denis Martínez, de Managua.

Como había anunciado, Roger Machado alineó a Raúl González (3b), Juan Carlos Torriente (2b), Rusney Castillo (cf), Alfredo Despaigne (lf), Yordanis Samón (bd), Alexei Bell (rf), Alexander Malleta (1b), Yosvani Alarcón (c), y Erisbel Arruebarruena (ss).

El abridor nicaragüense, Álvaro López, se lució ante la gran concurrencia. Sin duda vive un buen momento, pues tiene marca de 13-0 este año en el modesto campeonato pinolero.

A sus 35 años, López tira entre 88 y 90 millas, pero sabe combinar los envíos. Este sábado apenas permitió cuatro hits en 5,2 entradas, con siete ponches.

Precisamente, saltó del box en el sexto capítulo, cuando Torriente pegó su segundo hit de la tarde y Despaigne le dio un fuerte batazo al jardín central, bien fildeado por Dwight Britton. Ahí el mentor nicaragüense trajo al derecho Wilder Rayo, quien transfirió a Samón, pero dominó a Bell en roletazo al campo corto.

Después trabajaron otros cinco lanzadores por Nicaragua, que baraja sus cartas rumbo a la eliminatoria para el III Clásico Mundial, en noviembre.

Mientras, Dalier Hinojosa lanzó seis entradas sólidas como abridor desde la colina cubana. En el séptimo entró el zurdo Yoanni Yera, quien permitió un hit por el cuadro de Mark Joseph y ese hombre anotó luego la carrera de Nicaragua.

Tampoco vino «fino» el cerrador holguinero Pablo Millán Fernández, quien le dio boleto al emergente Marlos Abea y permitió el hit impulsor de Jilton Calderón, aunque fue un fly que parecía inofensivo y picó junto a la raya del jardín derecho. Después Roger le dio la bola a Yander Guevara y el derecho avileño pasó el cerrojo con tres ponches en el final del juego.

Las carreras de Cuba llegaron en el octavo episodio, cuando Raúl González pegó cañonazo al jardín central y Torriente ligó su tercer hit del choque en toque de bola. Entonces entró a lanzar José Luis Sáenz, quien reemplazó al veterano derecho Diego Sandino y soportó un oportuno doble de Rusney por el centro del terreno.

Con el batazo anotó Raúl González y Torriente fue puesto out en home, en una jugada donde ambos corredores llegaron casi juntos. Seguidamente, Despaigne recibió boleto intencional y Samón remolcó a Rusney con un «machucón» por tercera base.

Luego vino otra base intencional para Bell y se llenaron las almohadillas. Ahí el mentor nicaragüense sustituyó a Sáenz por el zurdo Mainor Mora, quien ponchó a Malleta y cortó la rebelión.

En general, el equipo cubano se presentó con poco ritmo y muchos bateadores estuvieron totalmente desajustados. Los que mejor se vieron fueron los tres primeros de la tanda, quienes pegaron todos los hits. Sin embargo, del sexto al noveno engulleron ocho de los 11 ponches que propinó el pitcheo nicaragüense.

Es lógico que baje la forma deportiva después de una extensa serie nacional, pero ante esa realidad deben hacerse ajustes. Veremos cómo se presenta hoy el equipo en el segundo juego, previsto para las cinco de la tarde (hora de Cuba) en la ciudad de Matagalpa.

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