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Mencía y su club en curva ascendente

Para un quinteto como Gimnasia, con solo un cetro en la LNB, hace 15 años, y un perfil discreto, ser finalista del Torneo Súper 20 representa un resultado buenísimo

Autor:

Javier Rodríguez Perera

Es prácticamente una jugada cantada oír que este o aquel equipo ambiciona el título. Puede ser un elenco acostumbrado a ganar o uno que tiene como fiel rutina caminar a la zaga. Hagan la prueba: escuchen o lean entrevistas a miembros de cualquier plantel y comprobarán como (casi) todos, tarde o temprano, terminan aspirando al primer lugar. Aunque muchos lo vean como una quimera y otros ni se lo crean, la pretensión está ahí, espontánea o intencionada.

No tengo ninguna prueba para colgarle esa etiqueta al club Gimnasia y Esgrima de Comodoro Rivadavia. La dejadez de buscar por un rato en internet me superó. Pero este equipo, si no soñó con la corona desde el principio, pongo mis dos brazos en el fuego a que lo hizo más adelante, cuando las circunstancias del certamen casi parecían ir de la mano con la idea de ganar el campeonato.

Esta fue la realidad de la formación comodorense durante su participación en el Torneo Súper 20, antesala de la Liga Nacional de Baloncesto (LNB) de Argentina. Primero dominó el grupo 1 de su conferencia y luego venció en cuartos de final al monarca de la pasada edición y en semis a otro potente elenco. Con la escena preparada para intentar conseguir el anhelo, chocó con un Instituto de Córdoba que le destruyó el sueño días atrás, con pizarra de 66-80.

Podrán decir algunos la manida frase de «tanto nadar para morir en la orilla» y sonaría injusta. Para un quinteto como Gimnasia, con solo un cetro en la LNB, hace 15 años, y un perfil discreto, ser finalista del Torneo Súper 20 representa un resultado buenísimo.

Uno de los protagonistas fundamentales en el reciente desempeño de la escuadra de Comodoro Rivadavia fue el cubano Yoanki Mencía que, con su actuación, dejó un mensaje entre líneas: la presente edición del circuito nacional podría ser su campaña consagratoria en Argentina.

El espirituano, que llegó hace cinco años al básquet de este país sudamericano y siempre ha estado contratado con el mismo club, intervino como regular en los doce partidos de la lid (nueve en la etapa clasificatoria y tres en los playoffs). Reunió 189 puntos (15.8 por juego), 55 rebotes, 19 asistencias, 11 triples en 27 intentos (40.7 por ciento) y 42 tiros libres anotados en 58 oportunidades (72.4 por ciento).

El integrante de la selección cubana comandó la ofensiva de su elenco en cuatro desafíos, logró como tope 25 unidades —en tres enfrentamientos superó los 20 cartones y en diez obtuvo doble dígito— y en un compromiso encestó sus cuatro disparos desde la larga distancia.

La página oficial de la LNB lo describe como un jugador con potencia física, versatilidad y un rebotero natural, parámetros que lo ubican como uno de los obreros de lujo que tiene el técnico Martín Villagrán.

Agrega que Mencía es un atleta que ofrece mucho en la duela, capaz de jugar en varias posiciones, ya sea como escolta, alero o ala-pívot. Dueño de un evidente progreso, reflejado, entre otros aspectos, en el tiro de tres puntos y en los porcentajes de libres.

«Muchísima confianza para jugar el poste bajo y en el uno contra uno de frente. Tiene un primer paso muy bueno con ambas manos, puede correr la cancha y se volvió determinante en ofensiva. Se espera que explote definitivamente este año», finaliza la ficha del antillano de 24 años y 1.98 metros, quien debutó este viernes con su plantel en la LNB, liderando el triunfo sobre Regatas Corrientes, con 20 cartones, siete rebotes, una asistencia, un triple, dos recuperaciones y un tapón.

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