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El Duende

La tecla del duende

De mi madre

Se aproxima el segundo domingo de mayo, con su habitual derroche de ternuras y lecciones, como esta que les comparto, tomada de la Tecla Ocurrente de Guillermo Cabrera Álvarez, publicada en 2005.

Aprendizaje

Todo lo que siempre necesité saber, lo aprendí de mi madre. Me enseñó a realizar un trabajo bien hecho: Si se van a matar, háganlo afuera. Me enseñó religión: Mejor reza para que esta mancha salga de la alfombra. También predicciones: Asegúrate de que estás usando ropa interior limpia y entera: por si tienes un accidente. Me enseñó razones: Sigue llorando y te voy a dar una razón verdadera para que llores. Me enseñó a ahorrar: Guarda las lágrimas para cuando yo muera. Me enseñó contorsionismo: Mira la suciedad que tienes en la nuca, ¡fíjate! Me enseñó fuerza de voluntad: ¡Te vas a quedar sentado hasta que te lo comas todo! Y habilidades de ventriloquia: No rezongues, cállate y contéstame: ¿Por qué lo hiciste? Me enseñó técnicas de odontología: Me vuelves a contestar y te estampo los dientes en la pared. Y la verdad: Ya quisieran muchos niños tener una madre como yo.

Por Cuba

Lillicsy reporta desde Santa Clara la mayoría de edad de la tertulia en dicha ciudad. Comenzaron escuchando el radiodocumental Un duende llamado Guillermo, del periodista César Alejandro Moreno. Rememoraron la columna del 19 de mayo de 2005, titulada Planes, en la que el Genio convocó a los estudiantes de Periodismo de la UCLV y a seguidores al pie de la fuente del niño de la bota infortunada a las dos de la tarde, hace 18 años. Caridad González compartió sus décimas; Cristian regaló boleros y música de su autoría; Jorge Sánchez, caricaturista y padrino, contó parte de la historia de la tertulia. Homenajearon a las madres con postales, flores y reconocieron a los tecleros más activos. Como en toda fiesta, terminaron degustando varios platos y el cake de Annay.

En la Ciudad del Yayabo las ocurrentes espirituanas festejaron el Día de las Madres, y proponen ahora su próximo encuentro en el aniversario de la tertulia, que celebrarán el 1ro. de julio. Olania cuenta sobre lo feliz que la hizo un ramito de cilantro, ocurrencia de María Amelia. Hubo cake y alegría del alma, con esos pequeños detalles, que son los que mantienen vivos y hacen grandes nuestros encuentros.

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