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El transporte de carga comienza a recuperarse en todo el país

Gracias a su reordenamiento e inversiones millonarias en puertos, ferrocarriles, carreteras y vehículos. Reiniciados trabajos de completamiento de la Autopista Nacional

Autor:

Juventud Rebelde

Más de mil millones de dólares invertidos en los últimos años, así como la reorganización de la cadena puerto-transporte-economía interna han signado las necesarias transformaciones en la transportación de carga para asegurar el desarrollo económico de Cuba.

Lo anterior se conoció en la Mesa Redonda Informativa transmitida por la radio y televisión cubanas, que contó con la participación del miembro del Buró Político y ministro de Transporte, Jorge Luis Sierra, quien junto a funcionarios del sector, así como de la construcción y de la industria sideromecánica, explicaron públicamente las características de este proceso, todavía incompleto, y que apenas comienza a dar sus primeros pasos.

Al respecto, Sierra explicó que este proceso es sumamente importante en la actualidad, cuando el barril de petróleo rebasó los cien dólares y debe seguir inflando su precio, pues Cuba ha comprendido que el más importante recurso que tiene es la eficiencia y el ahorro.

Males de fondo

La transportación de carga en el país tocó fondo a raíz del período especial, donde se vieron impactados todos los sectores, según explicó el viceministro del MITRANS, Rodolfo Arche, quien puntualizó que las afectaciones abarcaron la infraestructura de almacenes, medios ferroviarios, buques, camiones, talleres e incluso al personal especializado en todos los sectores.

En el caso de los camiones, por ejemplo, la capacidad de transportación se redujo en más del 50 por ciento, y a su vez hubo una gran dispersión del parque de vehículos, pues muchas empresas utilizaban los suyos como mejor les convenía.

El ferrocarril, por su parte, perdió más del 60 por ciento de su capacidad, y de unos 13 millones llegó a transportar unos 2,5 millones; mientras que la falta de locomotoras, vagones, silos e incluso los problemas acumulados en las vías limitaron las posibilidades de este medio.

Los puertos tampoco escaparon a la debacle, con la pérdida de la flota mercante cubana, lo que llevó a la necesidad de contratar esos servicios en el exterior, así como los problemas acumulados en la infraestructura, la falta de patanas que dieran servicio a los buques, e incluso de remolcadores, de los cuales, de 28 requeridos, se llegó a tener funcionando solo ocho.

A todo esto se unieron problemas subjetivos como la falta de exigencia, de control, la poca atención al hombre, lo cual condujo a grandes concentraciones de mercancías en los puertos —hubo buques que llegaron a estar esperando descarga hasta por 80 días—, así como abarrotamiento en los almacenes, altos pagos por estadía de barcos y contenedores, y la paralización o ralentización de muchas actividades económicas.

No habrá carga sin planes

Ante esa realidad descrita, desde el 2005 comenzó en todo el país la reorganización del sistema puerto-transporte-economía interna, con la participación del MINFAR, otros ministerios y los gobiernos locales.

Según aseguró el viceministro del MITRANS, Rolando Navarro, el primer paso fue reorganizar todo el mecanismo de transportación, desde el puerto hasta su destino final, lo cual llevó no solo a especializar la transportación, sino a concentrarla para evitar los viajes vacíos o poco útiles.

En este proceso las necesidades de transportación de las terminales azucareras y del propio MITRANS pasaron hacia el Ministerio de Transporte, así como se estructuraron dos empresas especializadas, la de traslado de contenedores y la de alimentos a granel, esta última para llevar —entre otros productos— los cereales desde el puerto hasta los almacenes provinciales o municipales donde serán resguardados.

Igualmente se comenzó poco a poco, con la participación de los organismos y los gobiernos locales, a estructurar planes de carga, incluso a nivel municipal, para propiciar que nada circule vacío por las carreteras.

Hoy las tres empresas de transportación de carga del MITRANS, la de contenedores, la de alimentos a granel y la Unión de Camiones, han logrado reducir hasta unas 40 toneladas la necesidad de combustible para mover un millón de toneladas de carga; mientras que el resto de los organismos utiliza hasta 90 toneladas de diésel.

Igualmente, con estos planes de carga detallados, previa coordinación entre todos los elementos de un territorio se garantiza que ningún medio circule vacío, pues llevan un producto y recogen otro hacia su destino de origen, aún cuando pertenezca a otro organismo.

Esta planificación parte de las necesidades de asignación de las materias primas y productos, teniendo en cuenta dónde se produce y dónde es necesario algo, para que no haya cruzamientos de cargas y de transporte sin usar.

También ha sido muy importante «enrutar» las cargas de las diversas entidades, enlazándolas con este sistema, para que no haya que ir dos veces al mismo lugar, o se utilicen camiones de gran tonelaje para cargas mínimas.

No obstante, todavía subsisten dificultades en este sistema, como los problemas en los almacenes locales, muchos de ellos deteriorados, la falta de envases, los productos que tienen una corta duración, así como los mecanismos de contratación de las empresas.

Papas en contenedores

Alternativas novedosas se han aplicado, como utilizar los contenedores para la transportación de muchos productos, lo cual evita los robos y garantiza su durabilidad, como es el caso de la papa, de la cual el año pasado se transportó un 60 por ciento con esa modalidad.

En este sentido sobresale la labor realizada por el Ministerio de la Construcción, como explicara en el espacio televisivo Ángel Vilaragaut, vicetitular del sector, quien explicó que las transformaciones propiciaron que de una transportación utilizando solo equipos propios, se reorganizarán los flujos para poco a poco lograr que este año el MITRANS asuma hasta un 69 por ciento de la carga del MICONS.

Entre otros aspectos se traslada el tiro a grandes distancias de los áridos, de los actuales camiones al empleo del ferrocarril, lo que sucede igualmente con producciones como las de cerámica, tejas de asbesto y otras.

Lo más importante de este proceso es que permitirá utilizar estos medios que hoy tiene en su poder la construcción para que los recursos lleguen a tiempo y en forma a las obras, uno de los elementos que más retrasa e impacta en las inversiones.

Otro de los que tiene un alto volumen de transportación de carga, la Industria Sideromecánica, explicó por intermedio de su viceministro, Guillermo García Sánchez, los empeños por reorganizar estos elementos, dado que los estudios indican que este sector, alto consumidor de combustible, gasta el 56 por ciento del diésel en transportación de carga.

¡Se termina la autopista!

Unos 300 millones de dólares para revitalizar las infraestructuras de los puertos, otros 500 millones para las del ferrocarril y unos 400 millones para invertir en las vías, son cifras muy altas que el país ha destinado para asegurar cada elemento de la transportación.

Esas cifras, explicó Valia Frómeta, viceministra del MITRANS, están destinadas a mejorar o rescatar el calado original de los puertos cubanos, que hace años no se dragan, los almacenes derruidos o en mal estado, las líneas de descarga a granel de productos, las de ensacado, así como los medios manuales para humanizar estas labores.

Parte de esos 300 millones de dólares invertidos en los puertos se recuperará en parte con el ahorro en el pago de flete, que hoy es de cien millones de dólares, así como con la aceleración de la estadía en puerto de los barcos, otro de los grandes erogadores de recursos.

Por su parte, los más de 500 millones para la infraestructura ferroviaria ya se visualizan en la adquisición de 12 locomotoras, 150 planchas portacontenedores y 22 silos de cemento; mientras que están contratadas otras cien locomotoras, 300 camiones tanque, cien casillas y 68 silos cementos, y se trabaja en la planta de soldar carriles, la fábrica de traviesas y las canteras de piedras, imprescindibles para que las vías férreas cubanas permitan velocidades de hasta 120 kilómetros por hora.

Las vías recibirán por su parte unos 400 millones de conjunto con el MICONS, para reparar carreteras, puentes, viales de alto interés, los afectados por lluvias y los urbanos, tan necesarios de una repasadita.

El dinero para todo esto, saldrá del ahorro derivado por esas medidas, así como de la remotorización paulatina de los 90 000 camiones que hay en Cuba, de los cuales solo el 14 por ciento se concentra en las empresas especializadas de transporte, las más eficientes.

Otras fuentes son la reorganización del flujo de carga ya mencionado, el uso más eficiente del ferrocarril y la navegación de cabotaje o la instalación del sistema de control de flotas —los GPS— con los cuales se ahorra entre un 20 y un 40 por ciento del combustible, y a su vez hay mayor orden y control sobre los 1 400 medios de 37 bases, que permitieron, solo en 2007, ahorrar casi un millón de dólares.

De hecho, quizá el mejor símbolo de la recuperación sea el anuncio realizado en la Mesa Redonda de que ya se reinició la construcción de la Autopista Nacional en el tramo Guantánamo-La Maya, y pronto se reanudarán los trabajos en los tramos de Villa Clara, Sancti Spíritus y Ciego de Ávila, en aras de terminar esa importante arteria que un día quedó a medias cuando llegó el período especial.

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