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Donde lo natural es arte

Proteger la vida en la Tierra y fomentar de conjunto la creación humana, resultan propósitos de un proyecto medioambiental, artístico y comunitario en el que se exhibe una de las esculturas cubanas menos conocidas del Che

Autor:

Yoelvis Lázaro Moreno Fernández

SANTA CLARA, Villa Clara.— «Cuando se haya secado el último río, talado el último árbol y matado el último pez, solo entonces el hombre se dará cuenta de que no puede comerse el dinero».

Expuesto en un cartel situado sobre la puerta de entrada, este proverbio hindú da la bienvenida al sitio santaclareño que exhibe una de las más sorprendentes y menos conocidas esculturas del Che, y donde casi todo se torna admiración.

Del ingenio y las creíbles «locuras» del artista plástico Ermes Ramírez Criado, nació hace aproximadamente tres años Naturarte, un proyecto medioambiental, artístico y comunitario cuyas raíces son las de un taller de creación abierto en 1999, que más tarde comenzó a preocuparse por el cultivo de plantas y el resguardo de aves, hasta convertirse en todo un acontecimiento cultural, educativo y social que busca contribuir de principio a fin al cuidado del medio.

Duendes y leyendas, aves exóticas y rústicas, decenas de cotorras, palomas de fantasía, faisanes, manjuaríes, pavos reales y macetas con plantas, conforman un entorno en el que la armonía y la integración al espacio suelen ser los principios que rigen la disposición de los objetos en un área de cerca de una hectárea, cerca del cementerio local, en el interior de esta ciudad.

Espacio que aporta

Vinculado al Fondo de Bienes Culturales, a la Asociación Nacional Ornitológica de Cuba (ANOC), y declarado de Referencia Nacional y candidato a la Excelencia Nacional por el programa de la Agricultura Urbana, este proyecto atesora no pocos reconocimientos del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (CITMA) y de la Asociación Cubana de Técnicos Agrícolas y Forestales (ACTAF), por su manera particular de defender el ecosistema.

Más de 20 personas forman parte de Naturarte, cuyo director y principal promotor ha sido siempre Ermes, quien prefiere refugiarse en su labor y dejar más bien que sea su esposa, la especialista en Comunicación Idania Moreno, quien conduzca a este reportero por las interioridades del proyecto.

Guía de muchos visitantes cubanos y extranjeros que habitualmente acuden al recinto, Idania define el espacio como un atrayente pulmón de ciudad en el pueden encontrarse cientos de plantas ornamentales y de frutas, entre estas el mango, el tamarindo y el coco.

En marzo de 2009, el doctor Adolfo Rodríguez Noval, jefe del Programa Nacional de la Agricultura Urbana, quien ha visitado en varias ocasiones este lugar, dejó constancia de su admiración por la colección de aves que se agrupa aquí.

«Ya contamos con un coto genético superior a las 35 especies de aves —explica Idania. Muchas son rústicas y de corral, como los guineos, las codornices, las gallinas camperas y los pavos comunes. Mediante la cría de estos logramos producir huevo y carne, con los que aportamos al programa alimentario que promueve el movimiento de la Agricultura Urbana.

«También nos interesa la reproducción de aves exóticas y puras, la mayoría de las gallináceas, las cuales llegan a nosotros a través de la ANOC. De igual forma cuidamos pavos reales, cotorras, faisanes de diversos tipos y otras aves que atesoramos más bien con fines educativos, y que intentamos multiplicar para sumar a ciclos naturales en las que son escasos.

«Desde su propio inicio, a Naturarte lo ha caracterizado el interés por incorporar las proyecciones y el conocimiento de las instituciones sociales y académicas a su quehacer. Permanentemente estamos intentando conseguir el intercambio de experiencias y el diálogo con la ciencia. Creo que eso no puede faltar.

«Queremos lograr, con otros centros, la reproducción de especies endémicas locales como el melocactus, y el rescate de algunas variedades de helechos, begonias, cactus y violetas».

Puertas abiertas

Lo mismo una pareja de enamorados, que un guajiro, un anciano, un intelectual, un estudiante o un extranjero, suelen desandar como «Pedro por su casa» este lugar, sin que una voz los detenga para preguntar quiénes son o de dónde vienen. Aquí solo hay que acoger un único principio: apreciar el arte y aprender a cuidar la naturaleza.

«En las mañanas —explica Idania—, un círculo de abuelos practica aquí sus ejercicios físicos, y con frecuencia los miembros del Club de los 120 años en la comunidad, desarrollan aquí sus actividades.

«Hay dos pacientes psiquiátricos que acompañados por sus facultativos acostumbran a venir a este lugar para sus terapias ocupacionales.

«De igual forma, alumnos de la escuela de oficios Rolando Pérez Quintosa cumplen junto a nosotros sus períodos de prácticas laborales en tareas de jardinería y carpintería, y algunos hasta se han preocupado por aprender manualidades artísticas.

«Estamos asociados a varias escuelas en las que hemos formado círculos de interés sobre el cuidado de la flora y la fauna, y mantenemos vínculos de trabajo con estudiantes y profesores de las facultades de Ciencias Sociales y Ciencias Agropecuarias de la Universidad Central de Las Villas (UCLV)».

Los últimos domingos de cada mes se desarrolla en Naturarte una peña cultural en la que comparten escenario estudiantes con artistas y escritores reconocidos de la ciudad.

«La premisa es pasarla bien. Todo el que viene se integra, pues se trata de un espacio sin exclusiones; más bien se busca sumar personas y que estas se conozcan y se acepten a pesar de sus diferencias. Vienen trovadores, decimistas, poetas, raperos…».

Creaciones

Junto al experimentado artista Argelio Perera Montesino y al Director del proyecto, instructores de arte, jóvenes de formación autodidacta y destacados creadores locales como Odalys Martínez, Fabio Javier Corrales y Juan Méndez, han erigido el conjunto de obras plásticas que ambientan este sitio, todas resultantes de un arduo trabajo con el ferrocemento, el hierro forjado, la cerámica policromada y la carpintería.

Pero la gracia de sus artífices rebasa la sede del proyecto. Y es que en los restaurantes santaclareños Amanecer y Vista Hermosa, el Piano-Bar, la heladería Coppelia y en algunos hoteles de la cayería norte de esta provincia, se exhiben decoraciones salidas de las manos de los artistas de Naturarte.

A un lado de la entrada atrapa a primera vista una impresionante efigie de mujer tallada en madera, inspirada en la leyenda de Isapí, uno de los cuentos que aparecen en el libro Oros viejos, del escritor Herminio Almendros.

Algo apartado de la galería, cuyas paredes fueron levantadas bajo principios ecológicos mediante la compactación de basura, cartón, poliespuma, pomos plásticos y otros desechos, se ubican un umbráculo, un orquideario y el taller de los artistas, en los que predominan la pulcritud, el colorido y la variedad de criterios estéticos.

Otro homenaje al Che

Entre las obras escultóricas que conforman la atractiva visualidad de Naturarte, descuella una dedicada al Guerrillero americano, la que al decir de los creadores del proyecto, «no podía faltar en una ciudad que debe su liberación al genio militar y táctico de Ernesto Guevara y en cuyo suelo reposan sus restos mortales».

Explica Idania que la estatua está situada en el mismo centro del recinto, como el elemento de mayor significación de todo el espacio, y se distingue por estampar al Che en su vida en campaña en el Escambray, con su fusil, su hamaca y su mochila.

«Se ha recreado la figura en un ambiente natural donde se mezclan sombra y luz, rodeada de orquídeas, helechos, cascadas y otros atributos propios de la vegetación del lomerío. La escultura está rodeada de plantas y semillas que germinan, tal como dice el poema de Enrique Núñez Rodríguez.

«Para la realización de la obra, ejecutada fundamentalmente por el artista Argelio Perera Montesino, se contó con la asesoría de Medardo Cabrera y Ovidio Díaz, dos combatientes que estuvieron bien cerca del Che en su estancia en las zonas montañosas del Escambray, quienes aportaron muchos elementos históricos».

El Che Escambrayano, como se le llama, fue develado el 16 de diciembre de 2008, al celebrarse por esa fecha el medio siglo del paso liberador del Guerrillero Heroico por las mayores estribaciones del centro del país.

Al igual que esta escultura, comenta Idania, también se piensa realizar a largo plazo una dedicada al Apóstol de Cuba y sembrar un bosque martiano en miniatura, con el fin de combinar la historia con lo que siempre ha sido la principal inspiración del proyecto: el arte y la naturaleza.

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