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Una Casa que ha sido leal a quienes la fundaron

El Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, recibió en la tarde de este jueves, en el Palacio de la Revolución, a integrantes del Jurado del Premio Casa de las Américas

Autor:

Alina Perera Robbio

«Sé lo que significa venir a Cuba. Venir a Cuba en estos tiempos es un compromiso, es un hecho también yo diría de valentía, es un hecho que tiene consecuencias. Y por eso les agradecemos mucho que estén aquí con nosotros». Así dijo en la tarde de este jueves a quienes llegaron desde otras latitudes para conformar el Jurado del Premio Casa de las Américas el Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez.

Desde el Salón Portocarrero en el Palacio de la Revolución, el Jefe de Estado dio la bienvenida a quienes arribaron desde lejos, y también a quienes siendo de la Isla han trabajado con intensidad, como miembros del Jurado, para que desde el 24 de enero y hasta hoy fuese posible el Premio Literario Casa de las Américas 2022, certamen que, en su edición 62, regresó tras la pausa a que obligó la COVID-19, y que ha contado con la participación de más de 1 600 obras.

El Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, recibió en la tarde de este jueves, en el Palacio de la Revolución, a integrantes del Jurado del Premio Casa de las Américas. Fotos: Estudios Revolución

 A quienes en estas horas han vivido jornadas de lectura intensa para premiar del modo más justo posible, Díaz-Canel Bermúdez les comentó que el intercambio era «una manera de encontrarnos, de encontrar un pretexto para hablar y compartir un rato» y, sobre todo, la oportunidad para reconocerlos, para expresarles «la admiración que les tenemos y la satisfacción porque estén aquí».

«Hemos estado al tanto de la inauguración del evento», afirmó el Presidente de la República de Cuba en un encuentro que también estuvo encabezado por el miembro del Secretariado del Comité Central del Partido y jefe de su Departamento Ideológico, Rogelio Polanco Fuentes; por el presidente de la Casa de las Américas, Abel Prieto Jiménez; por la viceministra primera de Cultura, María Elena Salgado Cabrera; así como por el presidente de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba, Luis Morlote Rivas.

El dignatario recordó que en estos días los intelectuales han hecho alusión a la poesía como una necesidad para el mundo en el cual vivimos: un planeta totalmente vulgarizado, banalizado, lleno de incertidumbre por las crisis multidimensionales que lo atraviesan; y todo eso, recrudecido por los daños de la pandemia.

Hizo referencia a la Casa de las Américas «como una alternativa a esa plataforma de reconstrucción neoliberal e invasión cultural que nos quieren imponer». Habló de «lo que representa Casa, lo que representa también de continuidad a sus fundadores».

«Casa ha sido leal, fiel a esos fundadores, e indudablemente es una alternativa», afirmó Díaz-Canel Bermúdez, quien además invitó a «seguir encontrando alternativas: tenemos que seguir multiplicando experiencias como estas que nos permitan hacer casi que un frente común, donde la cultura en su más amplia expresión ayuda a contrarrestar todas esas banalidades que en fin de cuentas están orientadas, en nuestro modo de ver, a romper la identidad de nuestros pueblos, están buscando que nuestros pueblos vean como algo obsoleto sus culturas, sus tradiciones, su historia».

El Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista hizo a los invitados —quienes han tenido la oportunidad de recorrer el país— una detallada explicación acerca de cómo ha transcurrido la vida en la Mayor de las Antillas en los tiempos más recientes. Compartió con ellos detalles acerca de un bloqueo muy recrudecido por parte de la administración estadounidense contra Cuba; les graficó la línea del tiempo en que avanzó la epidemia de la COVID-19; y volvió sobre cómo nacieron, con esfuerzo y talento propios, las vacunas que han salvado a los cubanos.

«Ustedes han visto —dijo a los invitados— toda la campaña de descrédito que hay sobre Cuba; ustedes habrán visto que hay en las redes sociales una Cuba virtual que no tiene nada que ver con la Cuba real, mensajes llenos de odio». Lo hizo en clara alusión a una guerra asimétrica que llegó incluso a intentos de romper la paz país adentro. «Realmente, valoró el mandatario, han sido momentos tensos». Fueron intentos desestabilizadores, «aplicados de manera muy oportunista en los momentos más terribles de la pandemia, con todas las carencias que hemos estado viviendo».

Temas sobre salud, sobre gestión de Gobierno, sobre aprendizaje en tiempos duros y la resistencia creativa —que no es más que resistir para vencer pero en un camino de desarrollo innovador—, abordó también el Jefe de Estado, quien hizo hincapié en el valor de eventos como el de Casa.

La última idea tiene que ver con que, como él argumentó, «donde hay carencias materiales, donde hay situaciones complejas que tenemos que abordar desde el punto de vista de infraestructura, de recursos», se hace imprescindible «trabajar con la espiritualidad de las personas, trabajar en las motivaciones, en las aspiraciones de la gente, en construir consensos para enfrentar con convicción situaciones adversas».

El trabajo en los barrios, la vital transparencia de quienes dirigen, los métodos asistidos por el rigor de la ciencia fueron otros tópicos explicados por el mandatario ante los invitados, y que describió como caminos para, en medio de «esta situación (…) ir avanzando más rápido».

Sobre la política de asedio, de cerco que la administración estadounidense aplica contra la Isla, Díaz-Canel denunció que se trata de una política perversa: «A veces a uno no le cabe en la cabeza cómo una potencia, cómo un país con tantos recursos puede actuar así contra un pequeño país que sencillamente ha decidido tener autodeterminación, ser soberano, ser independiente».

De la comunicación social, de crear una cultura del debate, de saber usar todas las herramientas posibles en cada escenario, especialmente en el mundo digital, disertó el mandatario. Y sumó a sus explicaciones temas como el intenso ejercicio legislativo que vive Cuba —especialmente con la construcción del Código de las Familias—, o sobre la batalla económica, esa desde la cual buscar una manera práctica de hacer el socialismo, que no se aparte de buscar toda la justicia posible.

A propósito de un texto tan importante como el Código de las Familias, Díaz-Canel resaltó que este, calificado por él como inclusivo, pluralista, humano, que resolverá múltiples problemas, es un Código que «ha visto cuáles son todos los tipos de familia que hay en nuestra sociedad, y no le está imponiendo un tipo de familia a nadie; lo que está diciendo es que para todos esos tipos de familia hay derechos, hay garantía».

Hacia el final del encuentro el dignatario subrayó la importancia de «seguir buscando espacios como Casa de las Américas», y otros donde nuestros intelectuales de prestigio continental y mundial puedan discutir los múltiples modos de enfrentar todo intento de restauración colonial, y por tanto toda pretensión de negar lo más profundo y auténtico de nuestra memoria.

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