Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

La sangre de un pueblo salva

Cubanas y cubanos acudieron este viernes a instituciones de la salud para donar su sangre como ayuda a las víctimas del lamentable accidente del hotel Saratoga

Autor:

Monica Lezcano Lavandera

Comenzaron a llegar sobre el mediodía, ya sea en grupos de la escuela, el trabajo, con los vecinos del barrio o porque pasaron y vieron que era necesaria su presencia. Bancos de sangre, policlínicos, hospitales y otras instituciones de la salud abrieron sus puertas a un pueblo que no dudó para entregar su sangre a una causa tan noble.

Muchos ya contaban con la experiencia de donaciones anteriores, pero una gran mayoría ni siquiera conocía su grupo sanguíneo, o si reunía los requisitos para donar su sangre, solo tenían claro que era tiempo de ayudar y serle útil a las víctimas del trágico suceso ocurrido este viernes en el hotel Saratoga.

El pueblo demostró lo que es la unidad, y cómo se olvidan las dificultades diarias, las diferencias de criterios. A la hora de la verdad, nuestra gente sabe dar el paso al frente. Ahí estaban quienes les temen a las agujas y a quienes les da pavor ver la sangre, pero salvar vidas siempre es más importante.

Foto: Maykel Espinosa Rodríguez

En las filas confluían personas de todas las edades, pero sobresalían las caras más jóvenes. Karla Jiménez Valdés, de 23 años, aún llevaba el brazo doblado con el algodón dentro cuando conversó con Juventud Rebelde. «Yo vine porque sentí la necesidad de ayudar ante este momento tan difícil que pasamos los habaneros y el país en general», precisa la estudiante de 4to año del Instituto Superior de Relaciones Internacionales Raúl Roa García (ISRI).

Cuenta la joven que cuando sucedió la tragedia, estaban en medio de una clase. «Nos enteramos por las redes sociales. Quedamos devastados con tal desastre, y enseguida buscamos maneras de apoyar. Nuestras organizaciones estudiantes rápidamente hicieron el llamado para las donaciones de sangre, y como nos queda cerca, vinimos al Banco Provincial, en el cual ya habíamos estado otras veces».

Foto: Maykel Espinosa Rodríguez

Para ella, ha sido gratificante ver la cantidad de personas presentes. «Me siento orgullosa de mi pueblo, de la manera en que hemos respondido rápida y voluntariamente, de los grandes y unidos que podemos ser en momentos difíciles. Eso dice mucho de quiénes somos, sobre todo los jóvenes que estamos comprometidos con el futuro de la nación», agrega Karla, quien reconoce también las movilizaciones cederistas y de otras organizaciones.

Gabriel Despaigne, también del ISRI, vivía la experiencia de donar por primera vez. «No me quedaba claro si podía, pero no dudé en venir. Esto que hacemos puede salvar a quienes por desdicha fueron víctimas del accidente», indica el estudiante de 2do año. Él, como todas las personas que dieron tan noble paso, debió pasar cuatro horas en ayunas, poseer una buena salud y otros requisitos que no conocía antes de llegar al Banco de Sangre.

Foto: Maykel Espinosa Rodríguez

Entre los cientos de personas también estaba Lorena Gispert, estudiante de la Universidad de las Artes. Cuando supo la noticia está en su casa, y mediante llamadas de amigos y mensajes en las redes sociales se sumó a esta misión. «Yo no sé cuál es mi grupo sanguíneo, pero vine a ver si podía hacer algo por esas personas que hoy sufren», manifiesta la muchacha, quien llegó con su novio —también donante voluntario- hasta este centro de salud.

Pero no solo el pueblo demostró su valía, allí, el personal de la salud también redobló sus esfuerzos para asegurar que el proceso fuera rápido y seguro. Un grupo de estudiantes de 2do. año de la carrera de Bioanálisis Clínico de prácticas en la institución también dieron muestra de su altruismo joven.

«Hacía falta apoyo y vinimos rápidamente. Estaremos aquí trabajando mientras sea necesario, ese es nuestro deber y nos sentimos orgullosos de contribuir con nuestros conocimientos en un momento decisivo para las familias», comenta Tatiana Fuenzalida Yu, una de las estudiantes.

La premisa de ser útiles y de ayudar a otros ha movilizado a muchísimas personas. Cubanas y cubanos han sabido responder ante tal tragedia, con seriedad y con disciplina. Entre tanto dolor y sobrecogimiento, alegra ver a personas que sin conocerse se unen por el bien de los otros. Esa es Cuba y su gente.

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