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Honras fúnebres del diplomático Félix García Rodríguez. Autor: Tomada de CubaMinrex Publicado: 11/09/2022 | 10:33 am
El 11 de septiembre de 1980, por Queen Boulevard de Nueva York circula un carro de la Misión de Cuba ante la Organización de las Naciones Unidas. Al volante va Félix García Rodríguez, un joven diplomático, que había sido periodista en Juventud Rebelde, y desde 1977 había pasado a trabajar en servicio exterior.
Esa mañana había participado en la conmemoración, con combatientes chilenos de la resistencia, del séptimo aniversario del golpe de estado contra el presidente Salvador Allende. Ese fue el último deber que cumpliría.
Camino hacia Manhattan, donde se ubica la Embajada cubana, y a la altura de la calle 55 se le aparea otro carro desde donde le disparan con una ametralladora MAC 10 que, luego se sabrá, empuñaba Pedro Remón Rodríguez, uno de los sicarios del grupo terrorista Omega-7, quien ya había dado muerte, en 1979 a Eulalio José Negrín, emigrante cubano que favorecía el diálogo con Cuba.
Eran años de muy estrechos vínculos de la contrarrevolución anticubana con la CIA y el FBI. Ya en 1979 habían tenido lugar en Nueva York, y por la misma organización terrorista, intentos de atentado contra el líder de la Revolución Cubana, Fidel Castro, y el al embajador de Cuba en Naciones Unidas, en aquel entonces, Raúl Roa Kourí.
Omega-7 se responsabiliza del asesinato mediante a través de una llamada a la agencia noticiosa UPI y promete nuevas operaciones terroristas. «Los vamos a seguir ejecutando», aseguran.
Ese día, según aparecía en los archivos de la policía de Nueva York, un carro alquilado por Eduardo Arocena, sospechoso de dirigir Omega 7, y por Remón había recibido una multa frente a la misión cubana ante la ONU.
Por el crimen, su autor y la organización Omega 7 no fueron encausados. Solo a mediados de la década de 1980 Remón fue condenado a penas de cárcel pero poco después lo liberaron por supuestas razones de salud.
Pedro Remón Rodríguez también ha sido sindicado como el asesino de Carlos Muñiz Varela, cubano residente en Puerto Rico que fomentaba los viajes a Cuba, y su nombre volvió a resurgir junto con los de Gaspar Jiménez Escobedo y Guillermo Novo Sampoll, como cómplices de Luis Posada Carriles en el frustrado atentado de Panamá en que habían organizado la voladura del Paraninfo de la Universidad donde Fidel hablaría a estudiantes, profesores y pueblo de la nación istmeña.
El asesinato de García Rodríguez fue uno entre las 681 acciones terroristas registradas contra Cuba y su pueblo, y que han segado, a lo largo de decenas de años, la vida de 3 478 niños, mujeres y hombres, y han dejado físicamente discapacitados a otros 2 099 cubanos.
