20
Trámites Autor: Adán Iglesias Publicado: 11/02/2023 | 10:14 pm
7:00 a.m. Calle 17 entre J y K, en el Vedado capitalino. Los vecinos ya no pueden dormir desde tres horas antes, afirma uno de ellos. «No se imagina usted, periodista, cuántas personas a esa hora ya están aquí. Usted llega ahora y se asombra, ¿verdad? Pues venga desde la noche antes para que vea».
7:45 a.m. Juan sale, y ya todos conocen que él organiza la cola. Explica cada día cómo deben colocarse según el trámite que realizan. Recoge los carnés de identidad para que los datos personales se introduzcan en la computadora de la primera mesa.
8:00 a.m. Juan, o el muchacho que a veces apoya en la organización, van pasando a los clientes por grupos. Las personas ocupan las sillas afuera o ya dentro. De mesa en mesa avanza la cola.
2:00 p.m. Son pocos los trabajadores (en su mayoría, mujeres), pero mantienen el buen trato y la paciencia al explicar. Como no hay aire acondicionado, sudan, pero apenas toman agua y no se les ve probar bocado: se turnarán para ello… El flujo de atención no se detiene, y aún así es elevado día tras día.
«Además de madrugar, hay que pasarse todo el día aquí. Es lento el proceso. A veces el sistema electrónico se interrumpe y la espera es interminable», opina una clienta. «¿Por qué no podemos hacer estas cosas online? Si se pueden pagar los trámites por vía digital. En otros países funciona así. A nosotros nos gusta depender de las colas…», comenta otro. «Hay uno por ahí que llega a un arreglo, según puedas… Te hace la cola súper temprano. ¡Y sales rápido!», afirma el tercero.
—Seellosss… Tengo seee llosss…
«Mira, ese que va y viene por el borde de la acera, vende sellos. La cola en el correo es terrible, y no siempre hay. Le pone por encima bastante, pero bueno... siempre tiene», narra un vecino.
«¡Pero si ya se pueden comprar sellos para estos trámites a través de Transfermóvil! Solo hay que saberlo hacer y tener la aplicación actualizada», replica alguien de la cola y amaga para mostrarlo en su celular.
«A veces la conexión no te ayuda para hacer esas gestiones por esa vía… Es lo que digo: cuando la cosa se va a trabar, no se avanza por ninguna parte», se queja otro cliente.
***
Se respira ansiedad, angustia, desespero. El ambiente está cargado. Las personas se impacientan, con razón. Nadie desea pasar horas de pie o sentados en un contén, esperando ser atendidos.
«Quiero viajar lo más pronto posible. Me hice el pasaporte hace poco y ahora vengo a hacer las dos prórrogas, porque lo permiten hacer y eso me parece genial».
«Yo vengo a hacerme el carné de identidad porque me robaron el bolso hace unos días. El turno me lo dieron a mediados del mes pasado. Al final, creo que tuve suerte, porque hoy veo que están dando turnos para mediados de marzo».
«Lo peor no es la espera aquí para ser atendido: después son casi 40 días para recoger el pasaporte, por ejemplo. Tendrán que comprar más equipos para confeccionar estos documentos porque la demanda seguirá creciendo. Y traer más trabajadores para que atiendan a la población, para agilizar el proceso... Es el cuento de la buena pipa».
«Imagínese en las otras provincias el tiempo que esperan las personas para recibir sus documentos. Y en otros municipios más lejanos de donde se elaboran. Paciencia es lo que hay que tener».
«Con la política nueva de Estados Unidos a favor de un patrocinador, muchos podemos ser beneficiarios, y mientras más se demore tener el pasaporte en las manos, más nos acercamos al 25 de abril, fecha a partir de la cual sabremos el rumbo que tomará».
***
María, una señora de unos 60 años que espera en las afueras de la oficina de trámites ubicada en la zona 8 del barrio capitalino de Alamar, refiere exaltada que ya lleva más de diez días en el proceso para sacar su carné nuevo por causa de extravío, y destaca la mala gestión por parte de la entidad, con una lentitud en la atención bastante incómoda.
«Yo estuve ya cinco días para lograr que me lo hicieran, soportando colas infernales casi todo el día. El proceso avanza de diez en diez, pero con dos o tres horas entre cada pase, y resulta que de camino a mi casa me di cuenta que faltaba una “s” en mi nombre y regresé. Me dijeron que ya no me podían atender ese día, que volviera al siguiente. Aquí me ves volviendo a hacer la misma cola de nuevo por ese error de ellos. Así no se puede», agregó.
Niurka, una joven de 36 años, se queja de que cada trámite no esté separado por una cola específica. «Así se retrasa mucho el proceso a la hora del llamado. Las peleas y las broncas son cada diez minutos, y eso se agrava porque la espera es de pie: los asientos no son suficientes y sentarse en el suelo resulta agobiante. Hay quien está para un trámite y se cuela para otro. Amo a mi país y me duele mucho que sucedan eventos como estos, y pienso que no solo es falta de recursos o condiciones, también es ausencia de ganas».
Enrique, de 50 años, comentó que a veces se acercan personas a ofrecer una agilidad en el trámite, y los precios varían de 200 a 400 pesos en dependencia de la gestión, así como de la prisa para obtenerla. «Yo llevo en esto tres días, pero un vecino mío ya resolvió ayer porque negoció con una de esas personas, pagándole 500 pesos para evitarse la espera aquí…».
«Yo estoy aquí por error en el folio de mi carné, pero antes vine para hacerme el pasaporte y encima de que pagué por fuera, la gestión demoró dos días. No hice cola, es verdad, pero pagar y además de tener errores, que se demore, es demasiado. No puedo faltar a mi trabajo tantas veces por esta razón», dice otra persona.
Leonardo considera que «el tema de los sellos es el principal problema en estos momentos. Aquí en Alamar no hay de ningún tipo hace tiempo ya, y entonces los encuentras en manos de revendedores. Eso es duro…».
Se trabaja para elevar la eficiencia, en la medida en la que cada vez sea menos presencial el proceso en las unidades de trámites de la DIIE.
***
8:00 a.m. Fuera de la Oficina de trámites de Sancti Spíritus hay una multitud. Ocurre así desde hace meses. Un centenar de personas espera por los servicios solicitados con antelación.
«Ahora esto está organizado —reconoce Samuel, un chofer de motocicleta que en varias ocasiones ha llevado y recogido pasajeros en esa zona—. Antes de diciembre, la gente dormía noches enteras aquí en plena calle y vendían números para obtener un turno hasta a 500 pesos. Era una mafia. Por suerte, ahora ya te anotas y con seguridad vienes el día que te toque».
Fue esa la decisión de la máxima dirección de la Oficina de trámites de Sancti Spíritus para poner freno a la compleja situación, que generaba múltiples indisciplinas.
«Si bien ya no hay que enfrentarse a revendedores dueños de la cola, lo malo es que si se necesita algún servicio de forma inmediata hay que esperar, y si por alguna casualidad no puedes venir el día que te asignen pierdes la oportunidad y debes volver a hacer el proceso», compartió Belkis, quien tiene su turno para el mes de marzo.
En visita a esa oficina espirituana se confirmó esta estrategia de trabajo. Al cierre de este reportaje daban los turnos para el 26 de abril. Muy cerca de la entrada, una trabajadora de la entidad es la encargada de anotar a las personas y explicarles el proceder. Diariamente prestan sus servicios a cien personas.
«Acabo de anotarme y tengo que esperar más de dos meses —añade Claudia, una joven que aspira renovar su carné de identidad deteriorado—. Me preocupa que si me lo piden para algún trámite no me lo acepten, y si vuelven los apagones no sé qué pasará, pues no podrán garantizar la atención a todas las personas anotadas. Demoraría mucho más».
Otros encuestados por este periódico en Sancti Spíritus coincidieron en esa misma preocupación. Aunque reconocieron que la medida, por la alta demanda y el poco personal y condiciones de trabajo para darle frente, resulta mucho mejor que lo que se vive a las afueras del Registro civil, donde cada jornada la desorganización y venta de turnos tienen la orden del día.
«Cualquiera de los trámites en esta oficina es engorroso porque siempre hay gente, pero en los últimos meses las solicitudes han aumentado. Creo que el día que los cubanos no tengamos que hacer colas y esperar, nos sentiremos mal», opinó Maikel, otro de los espirituanos que recientemente acudió a la entidad.
Aunque se han incrementado los trámites en sentido general en el país, los relacionados con el carné de identidad y el pasaporte son los de mayor incidencia.FOTOS: Abel Rojas Barallobre.
Más eficiencia, menos presencia física
El primer coronel Mario Méndez Mayedo, jefe de la Dirección de Identificación, Inmigración y Extranjería (DIIE) del Ministerio del Interior (Minint), explicó que desde septiembre de 2021 se ha registrado un incremento considerable de los trámites en el país, en sentido general, matizado por el tiempo que, debido a la propagación de la COVID-19, la ciudadanía no pudo hacerlos.
En lo referido a los trámites asociados a la DIIE, se han elevado aquellos relativos al carné de identidad por coincidir con la etapa electoral (para ejercer el derecho al voto) y el aumento de arribantes a 16 años, más la renovación y prórroga de pasaportes, así como la solicitud de certificos (condición migratoria, de direcciones, de entrada y salida, de extranjería y ciudadanía).
La intención no es abrir más instalaciones porque ello implicaría cuantiosos recursos. El objetivo es perfeccionar el trabajo progresivamente y encaminar el flujo hasta reducir la presencia física en las oficinas, afirmó el funcionario a JR.
«Nos acogimos recientemente al cobro digital de los sellos. Hasta la fecha, más de 3 700 personas han empleado esa vía para realizar trámites en nuestras unidades, lo cual significan casi 5 500 000 de pesos que tributan al presupuesto del Estado».
La coronela Magnolia Soto Bernal, jefa de la Unidad de Trámite de La Habana, explica que el número de solicitudes diarias fluctúa según las características de cada una de las 189 oficinas en el país, 19 de las cuales se encuentran en la capital.
La persona puede acudir a la oficina durante el día para solicitar una cita si se trata de confección de carné de identidad o pasaporte, porque la prórroga de este último documento, por ejemplo, se realiza en la misma jornada, agregó.
«Debemos reconocer el esfuerzo y la dedicación del personal que labora en nuestras oficinas, civiles y combatientes. Ellos son servidores públicos y saben que deben hacer bien su trabajo y siempre tratar bien al que llega, pero también son madres, hijos, padres... y terminan tarde. Tienen sentido de pertenencia y la población debe saberlo y respetar eso».
Los ciudadanos pueden realizar algunos trámites a través del portal del Minint (www.minint.gob.cu), luego de crearse un usuario, acotó Soto Bernal, quien reconoce que aún no es de frecuente uso en la actualidad. Como el personal disponible no da abasto a la demanda de la población, se implementan mecanismos para organizar la afluencia de personas a través del listado de citas previas por vía digital, gracias a la aplicación Portero.
Los tiempos de entrega de los documentos también se han dilatado por la creciente demanda, a pesar de que se trabaja 24 horas para satisfacerla. «Pero los recursos están garantizados para recibir las solicitudes y cumplir con ellas», precisó.
Debemos seguir perfeccionando los procesos y pasar gradualmente a la vía online, a la par del avance de la informatización de la sociedad, comentó Méndez Mayedo. La coronela puntualizó que, a medida que las oficinas de Correos perfeccione sus servicios, más adelante se podrá entregar en la casa el documento solicitado.
Lo más importante es que la población sepa que siempre será atendida, y que nos esforzamos para que el servicio se brinde de forma eficiente, y progresivamente de una manera más fácil, afirmó.
