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El cardiólogo del congreso

El primer delegado directo de Holguín al 12mo.Congreso de la UJC trabaja en el hospital general universitario Vladimir Ilich Lenin y desde diciembre último ocupa la responsabilidad de secretario general del Comité UJC de la institución, al frente de 86 militantes de ocho comités de base

 

Autor:

Nelson Rodríguez Roque

HOLGUÍN.— Al transcurrir buena parte de su niñez vinculado a la escuela rural Antonio Barrera, donde su mamá fue profesora, lo primero que quiso ser el hoy médico José Leandro Pérez fue maestro. Luego, en la secundaria básica y hasta 10mo. grado, le gustaban las lenguas extranjeras, principalmente el francés.

Pero después, en el IPVCE José Martí, fue conociendo más de la carrera de Medicina y se dio cuenta de que podía, siendo doctor, enseñar también. Así se relacionaba su futura profesión con la instrucción y el conocimiento de otros idiomas.

Fue de «azul» que recibió su carné de militante de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC). Antes fue pionero recomendado, y al entrar a la organización dirigió el comité de base de su grupo. Esta es parte de la trayectoria del primer delegado directo de Holguín al 12mo.Congreso de la UJC.

Hoy José Leandro trabaja en el hospital general universitario Vladimir Ilich Lenin y desde diciembre último ocupa la responsabilidad de secretario general del Comité UJC de la institución, al frente de 86 militantes de ocho comités de base (distribuidos en varios servicios).

«Esta institución decide en cuanto a los indicadores provinciales y nacionales. Tenemos la maternidad más grande de Cuba, lo que constituye un reto para nosotros, jóvenes médicos, personal de apoyo y enfermería, técnicos…», afirma, quien se prepara en la especialidad de Cardiología, la cual es muy respetada en Holguín por sus avances.

«Nuestros cardiólogos han resaltado por sus servicios a la población de aquí y en otras partes del mundo. Estudiar Cardiología lleva mucho sacrificio y esfuerzo, por su amplio contenido y el cúmulo de pacientes. Pero administrando bien el tiempo y aprovechándolo al máximo, he podido ejercer ambas funciones», asegura el ya especialista en Primer Grado de Medicina General.

Tras la convocatoria al congreso, realizaron en el Lenin el proceso de fortalecimiento de los comités de base y luego a nivel de institución, y fueron surgiendo varias propuestas relacionadas con el funcionamiento de la organización, entre ellas algunas vinculadas a la vida propia de la juventud. Fue así que nació un proyecto juvenil que busca potenciar a muchachos y muchachas como profesionales y seres humanos.

También se habló, agrega, de ir a tono con la digitalización cubana, y para ello crearon una cuenta para aportar mensualmente la cotización para estar a tono con la bancarización que implementa el país. Además, debatieron acerca de revitalizar las Brigadas Técnicas Juveniles y el Movimiento Juvenil Martiano, volviéndolos más atractivos.

La UJC del hospital no solamente se ocupa del sector de la Salud, reflexiona José Leandro, y habla de su influencia en un amplio universo juvenil. «En Cuba seguiremos brindando, a pesar de carencias y dificultades, una atención gratuita y de calidad. Como profesionales, tenemos oportunidades de superarnos, algunas inexistentes en otras etapas, como las derivadas de las nuevas tecnologías», reflexionó.

Finalmente, el joven agradeció el impulso individual para su crecimiento: «Sin motivaciones personales y familiares, sin ayuda de vecinos y amigos, no me hubiera hecho médico ni habría accedido a mi especialidad». 

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