Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

El bombero del congreso

Al frente de su dotación de 12 hombres, Robert Yunior Vega Acosta fue de los primeros en enfrentar el siniestro en la base de supertanqueros de Matanzas

Autor:

Hugo García

MATANZAS.— Robert Yunior Vega Acosta tiene apenas 26 años de edad y en su corta vida ya ha enfrentado numerosas situaciones complejas, dígase accidentes del tránsito, incendios y derrumbes de edificaciones. «He participado en varios servicios y todos me han marcado, porque lo mismo te hacen una llamada de emergencia por un accidente automovilístico que por alguna catástrofe.

«Siempre acudimos con la mayor prontitud posible a brindar el apoyo a las personas lesionadas o atrapadas. Y, si es un incendio, tratamos de preservar las vidas humanas y también los bienes materiales, porque es duro construir una casa y que lo pierdas todo en minutos», nos dice el primer suboficial y jefe de dotación en el comando provincial de bomberos de Matanzas.

«Nos regimos siempre por el lema de los bomberos que es Honor, disciplina y valor, y por la máxima de que si entramos todos, salimos todos juntos. Y eso nos une», insiste a este diario uno de los jóvenes elegidos delegado directo al 12mo. congreso de la UJC, en nombre del Ministerio del Interior.

—¿Qué cambió en tu vida después del incendio de la base de supertanqueros?

—Ya había participado en incendios de grandes proporciones, pero nunca como ese. El 5 de agosto yo estaba de guardia como jefe de dotación en el comando de la zona industrial, y aquello fue una cosa fea desde el principio. Fue muy doloroso por la pérdida de muchos compañeros que lucharon junto a nosotros.

«Es una experiencia inolvidable que deja muchas lecciones y me ha marcado para siempre. El nacimiento de mi niño el 15 de marzo pasado, me cambió la vida, porque antes era más arrestado, me gustaba la adrenalina, pero ahora me cuido el doble, cuidando también a mis compañeros, para que ninguna familia sufra».

Al frente de su dotación de 12 hombres fue de los primeros en enfrentar el siniestro en la base de supertanqueros de Matanzas, enfriando el primer tanque incendiado, con todo el peligro que entrañaba dicha acción. Por su actitud fue condecorado con la medalla Por la valentía durante el servicio de Primera Clase, colocada en su pecho por el Primer Secretario del Comité Central del Partido y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez.

—Sabiendo de los peligros, ¿por qué persistes en ese oficio?

—Tenemos que ser cada día mejores, perfeccionar cosas entre todos. Alguien pudo decir que después de lo sucedido en los supertanqueros muchos dejarían de ser bomberos, todo lo contrario, porque si no lo hacemos nosotros, quién lo va a hacer, salvar una vivienda u otro bien. Por eso, seguiremos dando el paso al frente.

—¿Te sorprendió la elección como delegado directo al congreso de la UJC?

—Son tantos los jóvenes excepcionales que laboran en el Minint en el país, que es un honor representarlos.
Específicamente dentro del cuerpo de bomberos conozco a muchos jóvenes valerosos, solidarios y altruistas. Todos están muy contentos, incluso mi familia.

«En el congreso tenemos que enfocarnos como jóvenes en la solución de los problemas que existen en el país, no estar culpando a otros, y sí solucionarlos juntos todos como militantes. Desde el primer año en el politécnico fui elegido como militante de la UJC.

«Ahora soy el secretario del comité de base de la organización del cuerpo de bomberos del municipio de Matanzas. Un militante debe ser ejemplo en todos los sentidos de la vida, por eso trato de apoyar y hacer todo lo mejor posible para ser ejemplo del resto de los jóvenes».

Bombero de vocación

Robert Junior cuenta que siempre le llamó la atención ser bombero. «Todo empezó desde muy pequeño, pues mi papá trabajaba en la policía de Varadero y la unidad de los bomberos radicaba cerca. Veía a los muchachos corriendo hacia los carros con sus sirenas y luces.

«Esa acción me llamaba la atención. Empecé en un círculo de interés. Luego, al mudarnos para la ciudad de Matanzas, me incorporo otro similar en la nueva primaria, y con apenas 13 años me convertí en bombero voluntario», recuerda el joven.

Al concluir sus estudios en el instituto politécnico de la construcción Antonio Maceo, cumplió dos años en el servicio militar. «Al terminar en las Fuerzas Armadas Revolucionarias empiezo como bombero profesional de línea en el comando. Tenía 18 años y paso el curso de jefe de dotación. Nunca tuve objeción de la familia, siempre me dicen que me cuide, pero no que deje de ser bombero».

Comparte esta noticia

Enviar por E-mail

  • Los comentarios deben basarse en el respeto a los criterios.
  • No se admitirán ofensas, frases vulgares, ni palabras obscenas.
  • Nos reservamos el derecho de no publicar los que incumplan con las normas de este sitio.