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Dos caminos clave: trabajar, y saber comunicar

Este jueves el Primer Secretario del Comité Central del Partido y Presidente de la República de Cuba, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, y el miembro del Buró Político y Primer Ministro, Manuel Marrero Cruz, encabezaron una reunión sobre el plan de acciones para enfrentar el agravamiento de la situación eléctrica y del abasto de agua

Autor:

Alina Perera Robbio

Todos los espacios posibles de comunicación serán muy válidos. Cualquier oportunidad para explicar, informar, para crear sinergias que lleven más rápido a las soluciones es relevante en la Cuba de hoy, porque, más allá de todas las circunstancias difíciles, siempre hay un umbral que tiene que ver con la voluntad.

Esa certeza marcó el tono de la reunión que en la tarde de este jueves tuvo lugar en el Palacio de la Revolución —encabezada por el Primer Secretario del Comité Central del Partido y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, y por el miembro del Buró Político y Primer Ministro, Manuel Marrero Cruz— para reflexionar sobre el plan de acciones con el cual enfrentar el agravamiento de la situación eléctrica y del abasto de agua.

A través de videoconferencia la dirección del país pudo intercambiar con todas las provincias y con el municipio especial de Isla de la Juventud. Con anterioridad, tuvo lugar la actualización sobre la situación actual y perspectivas del Sistema Electroenergético Nacional y sobre el abasto de agua a la población.

El ministro de Energía y Minas, Vicente de la O Levy, enunció que, como se ha venido explicando en estos días por varios medios de comunicación, la situación referida al Sistema Electroenergético Nacional (SEN) es compleja, panorama que se agudizó con la salida de la termoeléctrica Felton, donde se llegó a detectar en qué consistía la falla del generador: «Se está trabajando —dijo el titular— el generador, y en estos momentos ya está cerrándose para que entre y se vuelva a sincronizar al sistema».

Vicente de la O Levy enunció que Felton debe estar entrando el sábado y que su inclusión significaría incorporar más de 200 MW al SEN. El experto explicó, además, que junto con la termoeléctrica había salido del sistema un emplazamiento del Mariel, de más de cien MW, y que, luego de trabajar en la rotura, «ya ese emplazamiento se incorporó y existe una recuperación de esa potencia». 

En días sucesivos, detalló, deben irse incorporando otros subsistemas, y con tales inclusiones, dijo, «debemos ir a la situación que teníamos anteriormente: de grandes afectaciones, en el momento del pico de la noche, pero con una disminución considerable (del déficit de generación) durante el día, por debajo de los mil MW».

El titular comentó que no ha habido grandes afectaciones en lo referente al combustible, que ese frente se ha ido resolviendo por diferentes alternativas, y que se sigue trabajando en tareas importantes como la recuperación de los transformadores, «cubriendo los fallos diarios», al tiempo de que se tiene en la mira la fabricación de otros nuevos.

En cuanto al abasto de agua, se supo en el encuentro que las causas más significativas de la afectación tienen que ver con la falta de electricidad (que provoca el 50 por ciento de los problemas), con la sequía (que ocasiona el 32 por ciento de las dificultades) y con la rotura de los equipos de bombeo (lo cual provoca el diez por ciento de la compleja situación actual). 

Desde la provincia de Santiago de Cuba, el presidente del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos, Antonio Rodríguez Rodríguez, hizo una descripción de todo cuanto se hace para aliviar la tensa realidad que allí se enfrenta con el abasto de agua: se diseñan acciones rápidas que hagan posible una mayor disponibilidad del recurso, se trabaja en equipos de bombeo para la ciudad y para otras zonas, se tiene en los planes de estas horas la visita a importantes estaciones de bombeo y se analizan posibles obras con vistas a mejorar el abasto de agua.

Toda alternativa, como reflexionó, está siendo valorada: carros-pipas, la activación de pozos, puntos de fácil acceso al preciado líquido, la posibilidad, incluso, de trasladar agua por ferrocarril. Y de algo esencial habló el dirigente: «A los lugares a los que estamos yendo, estamos intercambiando con la población». 

En voz de los primeros secretarios de cada territorio, la dirección del país se actualizó detalladamente sobre cómo se cumplen planes de acción con los cuales enfrentar el agravamiento de la situación eléctrica y del abasto de agua. Los puntos comunes en el estilo que se asume en estas horas son la sistematicidad, los chequeos diarios y que en muchos lugares son varios en el día, la búsqueda incesante de alternativas para hallar soluciones.

En La Habana, por ejemplo, es prioridad el chequeo permanente de los dos servicios que impactan en la población. Se trabaja de conjunto con directivos y expertos, se buscan todos los medios posibles de comunicación y se ha tomado la decisión de movilizar a los delegados de circunscripción, porque no habrá nada más efectivo que las explicaciones casa a casa.

El Primer Ministro, Manuel Marrero Cruz, valoró que hay claridad sobre «la problemática que estamos enfrentando». Aquí estamos, dijo, «más concentrados en el Sistema Eléctrico Nacional, en las afectaciones del agua, pero también conocemos el resto de los temas —de alimentación, de medicamentos, transporte, por citar algunos de ellos—».  

El Jefe de Gobierno hizo referencia al trabajo que se realiza en las provincias. Y no pasó por alto la importancia cardinal de la comunicación en un momento como este.

Al reflexionar que el recorrido por las provincias ha dejado ver cómo unos avanzan más que otros en la solución de los problemas, hizo énfasis en la necesidad de «revisar los sistemas de trabajo», y de «establecer, dentro de lo poco que tenemos, cuáles son las prioridades». Estos son momentos, dijo, «de ver cómo, aun en circunstancias complejas, hacemos cosas diferentes».

Hacia el final del análisis, el Presidente Díaz-Canel Bermúdez hizo una descripción de la situación que vive el país, la cual estuvo marcada en días pasados por un contexto de contingencias. El dignatario subrayó que, a pesar de la «cantidad y la intensidad de las sucesivas convocatorias anticubanas», el enemigo no logró «capitalizar el malestar social y conducirlo a sus intereses de estallido social». 

Lo anterior, expresó el Primer Secretario del Comité Central del Partido, «nos demuestra que el enemigo constantemente está acechando, con un discurso calumnioso, con un discurso mentiroso, con un discurso manipulador, porque a ellos no les interesa resolver ninguno de estos problemas que estamos atendiendo entre todos, en medio de estas difíciles circunstancias que afectan a nuestro pueblo».

A contrapelo de tales acechanzas, está la fortaleza —de la que habló el mandatario en la reunión— de cómo «la población comprende la situación que vivimos y cuál es la verdadera causa de esta situación». 

El Jefe de Estado hizo, además, referencia a «la cohesión que hay entre el Partido, el Gobierno, las Fuerzas Armadas Revolucionarias, el Ministerio del Interior, la Unión de Jóvenes Comunistas, las organizaciones de masas y la población»; y no pasó por alto «la respuesta inmediata que dieron los trabajadores eléctricos», que trabajaron «con mucha profesionalidad, con mucha audacia y con mucha responsabilidad».

Díaz-Canel hizo hincapié en la importancia del debate con la población, en el estilo de explicar, de escuchar. Y destacó que la sociedad cubana cuenta con espacios diseñados y organizados para alentar ese debate. Igualmente recalcó el valor de acrecentar en estos tiempos la vigilancia revolucionaria; y de saber adaptar, ante cada circunstancia, los modos de enfrentamiento a los hechos delictivos que dañan recursos vitales del país.

Luego de analizar el contexto internacional, las tensiones que vive nuestra América por cuenta de un imperio que pretende imponer la paz por el camino de la fuerza, luego de abordar otros asuntos sensibles como el impacto de un bloqueo cada vez más costoso y desgarrador para el pueblo cubano, el Presidente Díaz-Canel compartió su convicción de que «sí vamos a salir adelante», y que algún día, habiendo superado estos momentos, podremos evocar estos días amargos y las maneras en que fuimos venciendo.

Habló del terrible calibre con el que nos han tirado a matar, y de cómo seguimos aquí. Ante la entereza de un pueblo que sigue unido y de pie, el dignatario enunció una convicción que no podrán desmontar ni las maquinaciones más perversas de este mundo:

«Aquí, dijo, no se va a rendir nadie».

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