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Avances del cine latino más celebrado

Reconocidos cineastas iberoamericanos presentan por vez primera sus más recientes obras en alguno de los megafestivales mundiales de cine que ocurren en este septiembre

Autor:

Joel del Río

Consumados cineastas de habla hispana están estrenando en este mes algunos de los filmes causantes de que el cine iberoamericano descuelle triunfante en este cuatrimestre final de 2010. Los españoles Carlos Saura, Fernando Trueba y Álex de la Iglesia; los mexicanos Carlos Carrera, Jorge Fons y Felipe Cazals; el chileno Pablo Larraín; el brasileño Andrucha Waddington y el cubano Fernando Pérez, presentan por vez primera sus más recientes obras en alguno de los megafestivales mundiales de cine que ocurren en septiembre.

Montreal y Venecia se celebran en los primeros días del mes; entre el 9 y el 11 comenzarán Toronto y San Sebastián. Así, realizadores acreditados y noveles se proponen conquistar un espacio de consagración con estas nuevas propuestas que engalanan, desde ya, el panorama cultural y audiovisual hablado en español.

Quince años después de que el consagrado Carlos Saura (Carmen, Bodas de sangre, Goya en Burdeos) nos entregara el filme Flamenco, excelente documental musical que mostraba las leyendas del cante jondo, se reúne otra vez con el preciosista fotógrafo italiano Vittorio Storaro para realizar Flamenco, flamenco, en la cual le da continuidad al tema y nos pone al tanto del pasado y el futuro de ese género musical folclórico, mediante la participación de artistas como Paco de Lucía, Estrella Morente, Miguel Poveda, Farruquito, Niña Pastori, Tomatito, Manolo Sanlúcar y Camarón de La Isla.

Rodada en el Pabellón del Futuro de la Expo’92 de Sevilla, el nuevo filme de Saura también se diferencia de sus anteriores películas con similar tema, como Sevillanas, Flamenco e Iberia, porque presenta un viaje acompañado de guitarra, canciones y baile, a lo largo de los ciclos vitales de una persona. Y ese itinerario místico y vital culmina con el poderoso renacimiento del cante jondo que se vive actualmente en España.

Una frase de la canción del célebre Raphael le sirve de título a Balada triste de trompeta, la nueva oferta de Álex de la Iglesia, que opta por el León de Oro, junto con otras 22, en la Sección Oficial del 67 Festival Internacional de Cine de Venecia. Ambientada primeramente en 1937 y luego en 1973, el autor define su filme como una tragedia grotesca de terror cómico, y relata un tema tan gótico y bizarro como es frecuente en el autor de Acción mutante, El día de la bestia y La comunidad, entre otras.

El filme comienza en medio de la Guerra Civil, luego avanza 40 años, al período final de la oscuridad y la represión franquistas, y entonces muestra las hostilidades entre dos terroríficos y desfigurados payasos que se enfrentan a muerte por el amor de la bella trapecista. Los vértices del triángulo son interpretados por Antonio de la Torre, el cómico Carlos Areces y Carolina Bang, ninguno de los tres demasiado conocido en Cuba, pero el resto del reparto lo conforman Sancho Gracia, Juan Luis Galiardo, Santiago Segura, Enrique Guillén y Carmen Maura.

Como un afectuoso homenaje a la música, la cultura y al pueblo de Cuba se concibió Chico y Rita, largometraje musical y de animación concebido por el director Fernando Trueba (Belle Epoque, Calle 54) junto con el afamado dibujante Javier Mariscal, para recrear una historia de amor, marcada por la épica, que comienza en 1948 y se enhebra a la manera del bolero, marcado por la imposibilidad y el lamento. Chico es un pianista soñador y Rita es una excelente cantante. Deciden formar un dúo, pero se atraviesa en sus vidas afectivas y profesionales un productor norteamericano. Mientras se desenvuelve la historia de amor, desde La Habana hasta Nueva York y París, asistimos al momento de fervorosa comunión musical entre Cuba y Estados Unidos, vía jazz latino. El filme fue rodado totalmente en los foros de la Escuela Internacional de Cine y Televisión, en San Antonio de los Baños, y para diseñar al trío protagónico, y conferirles voces y personalidad, se contó, por supuesto, con el talento de actores cubanos. Limara Meneses (a quien estamos viendo en el sorpresivamente controvertido personaje de la teleserie Aquí estamos), el valioso Eman Xor Oña y el infaltable Mario Guerra son los protagonistas cubanos. Chico y Rita cuenta con la música de Charlie Parker, Chano Pozo, Dizzy Gillespie y muchos otros.

Una revisión y reflexión sobre el México anterior y el actual presentan El atentado, de Jorge Fons (quien no filmaba un largometraje desde El callejón de los milagros, en 1995) y De la infancia, dirigido por Carlos Carrera, uno de los muy exitosos cineastas mexicanos que insiste en permanecer en su país, por mucho que elogien en el extranjero filmes suyos como La mujer de Benjamín, Sin remitente y El crimen del padre Amaro.

A estrenarse como parte de los festejos por el bicentenario de la independencia y el centenario de la Revolución, El atentado se desenvuelve en las claves del cine histórico y el thriller político, senderos que coinciden en la trama de una de las películas más caras realizadas en la historia del cine mexicano. Relata la fallida conspiración que pretendía asesinar al presidente Porfirio Díaz, y cuenta con un guión del periodista y escritor Vicente Leñero, mientras que en el estelar reparto figuran Julio Bracho, Daniel Giménez Cacho y María Rojo, entre otros.

Por otra parte, De la infancia es la única película latinoamericana seleccionada para competir por el preciado Gran Premio de las Américas en el Festival de Montreal. Apoyado en el tema de la violencia intrafamiliar y el abuso sexual que pueden sufrir los niños, así como el peculiar modo de buscar la felicidad que tienen los menores, De la infancia arranca con Niebla, un ratero que pierde la vida enfrentándose con la policía. Tras su muerte regresa como fantasma para convertirse en el ángel guardián de Francisco, un niño de diez años, que es víctima de los frecuentes abusos y golpes de su padre Basilio (Damián Alcázar).

Ganadora del Mayahuel de Plata a mejor director y mejor actor en el Festival Internacional de Guadalajara, De la infancia ha sido desfavorecida por los distribuidores y exhibidores, porque el tema dista de ser atractivo para el público mayoritario. Sin embargo, el realizador proyecta llevar a cabo una campaña promocional para apoyar el estreno, que tienda a informar sobre la situación de los menores y convoque a practicar la no violencia en el hogar.

Damián Alcázar es también el principal actor de Chicogrande, producción histórica mexicana que dirigió Felipe Cazals (Las vueltas del citrillo, Los motivos de Luz) sobre el momento en que Pancho Villa, después de la frustrada invasión a Columbus, emprende la retirada y en ciudad Guerrero es herido en una pierna. Los estadounidenses, en territorio mexicano, inician una persecución masiva para capturarlo vivo o muerto. Villa, convaleciente, se refugia en la sierra, en lo más profundo de las montañas. Chicogrande, un joven villista, tiene el encargo de conseguir asistencia médica y está dispuesto a sacrificar su propia vida para lograrlo.

Seleccionado para representar al cine chileno y latinoamericano en los festivales de Venecia y Nueva York, Post mortem, de Pablo Larraín, recrea otra vez los violentos años 70, y una historia de amor entre un mecanógrafo de reportes forenses y su vecina, una bailarina de cabaret. Ella desaparece el 11 de septiembre, a raíz del golpe militar pinochetista, y ahí comienza la odisea del protagonista en su órfica búsqueda de la amada.

Protagonizada por Alfredo Castro, el mismo intérprete titular de su anterior Tony Manero, la película explora acontecimientos y contextos recreados de manera notable en filmes como Missing, La casa de los espíritus y Machuca, no obstante hay críticos que la sitúan como el más completo y mejor esfuerzo en la dirección de representar los traumas del golpe de Estado en Chile.

También a lo histórico, pero en un sentido mucho más vetusto, se remite el filme biográfico sobre Lope de Vega que recientemente culminó el brasileño Andrucha Waddington, recordado por las minimalistas Yo, tú, ellos y La casa de arena. En España fue rodada Lope, ponderación del llamado Siglo de Oro hispano, y de uno de sus principales poetas y dramaturgos, a través de una película que fluctúa entre el drama romántico y el cine de aventuras, para presentar a un hombre obligado a decidirse entre el amor verdadero y la pareja por conveniencia. El autor de Fuenteovejuna y El perro del hortelano tiene que optar por una entre dos mujeres que encarnan Leonor Watling y Pilar López de Ayala. En el reparto está también Sonia Braga, la más famosa e internacional de las actrices brasileñas de todos los tiempos.

Al igual que Lope, El atentado y Chicogrande, el filme cubano José Martí, el ojo del canario, dirigido por Fernando Pérez (Madagascar, Suite Habana), como ya sabemos quienes tuvimos el privilegio de verla, se vale de las claves inherentes al drama histórico para traer a la actualidad eventos y figuras del pasado. Luego de participar en los festivales de cine latino de Los Ángeles, Guadalajara, Francfort y Lima, la recreación sobre la infancia y adolescencia del Héroe Nacional cubano fue seleccionada para la sección Focus on World Cinema, del Festival de films du monde, en Montreal, y se estrenará en Londres a finales de septiembre. Seguramente participará en el Festival de La Habana, en diciembre, cuando es posible que podamos apreciar la mayor parte de las películas aquí mencionadas, y muchas otras que iremos comentando en posteriores trabajos.

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