La bailarina panameña Manu Navarro danza sus primeros pasos dentro del Ballet Nacional de Cuba (BNC) como artista invitada de la directora Alicia Alonso.
«El público puede esperar de mí mucha pasión y una total entrega», aseguró en entrevista a Prensa Latina.
Navarro expresó admiración por la forma cubana de bailar pero desestimó cualquier intento de copia: «siento que no somos iguales, yo entrené de forma rusa desde los 15 años en Carolina del Sur, Estados Unidos, con un excelente maestro llamado Stanislav Issaev, proveniente de la escuela Vaganova».
«Por mi forma de bailar se darán cuenta de que no soy cubana, mis brazos fluyen muy al estilo ruso y eso no es malo, simplemente una manera diferente, además con el entrenamiento de los maestros de aquí puede gustar», intuyó la artista.
En Cuba asumirá casi el doble de las funciones que hacía en Panamá, donde realizan un promedio de 40 actuaciones al año, la mayoría de programas conciertos con fragmentos de distintas obras y dos ballets clásicos completos.
«Venir acá, bailar mucho más y ampliar mi repertorio es una oportunidad increíble que no podía desaprovechar», exclamó Navarro, quien el año anterior interpretó papeles centrales en La bayadera y Cascanueces.
Entre sus anhelos pendientes figura danzar el delicado cisne blanco y el malvado negro en una noche pues el Ballet Nacional de Panamá no repone El lago de los cisnes desde 1997.
Hace dos años, la artista bailó en su país Don Quijote junto al primer bailarín cubano Romel Frómeta en una temporada en que, la primera figura panameña destinada para el papel, se lesionó y ella debió asumir las seis funciones seguidas con distintos partenaires.
También ha compartido la escena con los cubanos Yosvany Cortellán y Jorge Vega, con este último en el más reciente Festival Internacional de Ballet de La Habana, en 2012, momento en el que su atracción por el BNC llegó a oídos de Alicia Alonso y del director del Museo de la Danza, Pedro Simón.
De acuerdo con la artista, la pareja vio una de sus presentaciones en el evento, al poco tiempo, ella recibió la invitación acompañada de una crítica a su nombre artístico, Manuelita.
Por estos días de renacimiento, la bailarina aguarda propuestas para darse a conocer en esta isla del Caribe, pero de todos los personajes clásicos, uno le fascina, la Kitry de Don Quijote: «siento que ella y yo tenemos una conexión especial, nos parecemos en personalidad, vamos de la mano», confesó.