Lluvia de crayolas

¡Por fin miércoles!, y por fin la oportunidad de ofrecerte una vez más una nueva propuesta que puede cambiar tu día.

Por el título y la foto de portada, tal vez ya imagines de qué se trata. Pero si no tienes idea aún, te cuento que haremos arte derritiendo crayolas. Y será así de fácil, como todo lo que te sugiere esta columna para que crees con tus propias manos.

Lo primero que harás será acopiar una cantidad considerable de crayolas. Aunque la cifra dependerá de las medidas del marco que utilices, para lograr una gran gama de tonalidades de colores necesitarás no menos de dos docenas de esos creyones de cera.

Cuando ya hayas decidido el número de crayolas a emplear y tengas la tela o el lienzo enmarcado, has una prueba y determina cómo colocarás cada crayola, jugando siempre con los degradados que desees. Los creyones deben ir uno junto al otro, en posición vertical, y con la punta hacia abajo.

Una vez definida su ubicación, pega los creyones al borde superior del lienzo y deja secar el pegamento el tiempo necesario. Luego comienza a aplicar calor sobre cada crayola con un secador de cabello. Asegúrate de que este fluya uniformemente y no te detengas mucho tiempo en un mismo punto. También puedes aplicarle calor a la cera ya derretida.

Cuando estés satisfecho con lo que ves, deja de accionar el secador y has que tu obra de arte repose y se enfríe.

El resultado es espectacular. Poco grado de dificultad y un alto potencial para «levantar» tus paredes y añadir ese toquecito de estilo a tu hogar que siempre te aconsejo.

Compruébalo ya mismo con esta selección de imágenes que he hecho para ti. Coméntame qué te parecieron y recuerda que te estaré esperando cada miércoles, como me gusta decir, el día más útil y creativo de la semana. ¡Hasta la próxima idea!