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Guayaberas en miniatura con alta carga de identidad nacional, otro de los lujos de la colección espirituana. Autor: Lisandra Gómez Guerra Publicado: 02/06/2022 | 09:52 pm
Su historia parece que nació hace diez años, pero hablar de guayabera en Sancti Spíritus es tan antiguo como el vocablo mismo. Mas si hace una década que encontró aquí el mejor de los altares.
Justo en una de las márgenes del legendario río Yayabo, un proyecto sui géneris —por ser capaz de sacar de la percha del silencio a la prenda y estremecer a la cuarta villa de Cuba con propuestas culturales diversas— tomó como cobija una edificación con rasgos neoclásicos para conservar y proteger una parte esencial de la identidad nacional.
La inauguración de la Casa de la Guayabera no pudo ser en mejor fecha: 4 de junio de 2012, justo cuando la urbe de Sancti Spíritus cumplía 498 años de fundada. A sus pies se realizó la Asamblea Solemne del Poder Popular, y desde entonces sus puertas permanecen abiertas para cuanto espirituano cruce por las calles empedradas que le rodean o forastero que intente descubrir lo más autóctono de la cultura del centro de la Isla.
Que se escogiera una de las construcciones más bellas de la ciudad espirituana para esa función no sorprendió. Desde 2007 un grupo de buenos amigos había echado a andar un sueño: tomar como pretexto esa prenda de vestir para sacudir la somnolencia de la villa —para algunos propia de las viejas ciudades— involucrando a los hombres y mujeres responsables de cargar sobre sus hombros las tradiciones y costumbres más arraigadas en la urbe.
De ahí que las raíces del entonces proyecto de reanimación cultural La Guayabera (luego proyecto sociocultural y más tarde, ya asentados en la casona, iniciativa municipal para el desarrollo local) se encuentren en el barrio de Jesús María, en el Sancti Spíritus profundo, cuna de muchas de las expresiones artísticas de la ciudad.
Desde entonces todo lo relacionado con ese proyecto es sinónimo de faro. Cuando se creyó que los desafíos habían mermado por no tener este que andar como nómada por la ciudad, se asumió el reto de convertirlo en el primero de la cultura en la provincia en autofinanciarse. De ahí que la rentabilidad económica sin mercantilizar a la cultura ha sido su máxima.
«La estrategia está en ir atemperándose a cada momento con las dificultades que tienen el mundo y la cultura. Pero también con la mirada en las probabilidades de la economía cubana y las posibilidades que te da la creatividad, sin abandonar el patrimonio como un elemento clave», afirma Carlo Figueroa, su director, cuando le preguntan porqué la institución es referencia para varias generaciones.
Por eso la pasividad presente en otros museos no encuentra cabida en el interior de esta casa de portales anchos. Junto a la colección más grande y completa del mundo de la afamada prenda de vestir —uno de sus atractivos más visitados por nacionales y extranjeros—, el museo cuenta con una galería de arte, un salón para impartir conferencias, cafetería, áreas para el disfrute de música en vivo y grabada, así como el set de Quinta Studio, canal del sector cultural espirituano, derecho ganado por ser pionero en la realización de streaming en la provincia.
Esas particularidades se han sabido aprovechar para acoger talleres, cursos de verano, la Feria Tecnológica La Guayabera 5.0 —único evento de su tipo en Cuba, que logra fusionar cultura con tecnologías—, conciertos de artistas reconocidos como Ivette Cepeda, Alain Pérez, Omara Portuondo y la Orquesta Faílde, y para ser anfitriones de cuánto visitante cruce su umbral, como el actor norteamericano Danny Glover.
Aún joven y con mucho por andar, la Casa de la Guayabera se ha ganado en esta, su primera década de existencia, que conocerla sea prácticamente obligado cuando se visita a Sancti Spíritus, no solo por su belleza constructiva y su vista hermosa sobre el río y la ciudad, sino también por ser espacio idóneo, donde se cobija un fragmento de nuestra identidad.
