Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Parte del corazón AHS

Luis y Sergio parecían siempre incansables. A 66 años de su vil asesinato, los imaginamos debatiendo, soñando, caminando por las calles de su natal San Juan y Martínez. Ellos deben vivir siempre en las venas de los jóvenes creadores cubanos

Autor:

Yasel Toledo Garnache

 

Parte importante del corazón de la Asociación Hermanos Saíz (AHS), organización que agrupa a la vanguardia de jóvenes escritores y artistas cubanos, palpita en la obra y las esencias de Luis y Sergio Saíz Montes de Oca, dos escritores asesinados con apenas 18 y 17 años de edad, respectivamente, el 13 de agosto de 1957.

Tal vez Esther, la madre, cuando veía a sus niños jugar en la casa, leer o escribir los primeros versos, nunca imaginó la dimensión que alcanzarían esos dos pequeños. Seguramente durante la adolescencia ya sentía orgullo de ellos, y quizá hasta preocupación por la fuerza de sus ideas y el valor con que las defendían en un contexto tan peligroso. Aquel 13 de agosto fregaba en la cocina de su casa, cuando sintió algunos disparos a lo lejos, y su alma, su mente, su corazón… lo supieron: «Me mataron a los muchachos».

El dolor e indignación por lo sucedido caminaban por las calles de San Juan chocaban contra las paredes, y subían a lo alto. Hay mucho de tristeza y también de poesía en las últimas horas de los hermanos Saíz, en el beso que le dieron a su madre antes de salir del hogar, en el saludo a los amigos aquella noche, en el cariño y el valor de ambos….

Lágrimas, dolor, impotencia… debe haber sentido aquella maestra de instrucción pública, que perdió en cuestión de segundos a sus dos únicos hijos. Ahí, frente al cine, fueron baleados, dos hermanos morían defendiendo uno al otro. Ese debe ser siempre el espíritu que acompañe a los miembros de la AHS en toda Cuba, una familia grande que se ayude siempre, con fidelidad a sus esencias, que nos vienen de aquellos dos jóvenes y de la tradición artística y heroica de este pueblo. ¡Cuánto debe haber sufrido también el padre, el juez Luis Rodolfo Saíz!

Casi nunca se dice, pero hacían apenas seis días del cumpleaños de la madre. Aquel 7 de agosto, cuando la felicitaban, ella no podía imaginar lo que sucedería poco después.

Me sumerjo en el documental ¿Por qué luchamos?, que indaga en las vidas de Luis y Sergio, con dirección de Danny González Lucena e idea original de Bladimir Zamora. Escucho y veo a Esther, a la entonces novia de Luis, a vecinos…, a personas que los conocieron. Los imagino siempre activos, leen a Martí, escriben, polemizan, caminan por su San Juan, sueñan con una Cuba mejor y confían en la inteligencia y el coraje de Fidel y otros barbudos, que desde la Sierra Maestra eran motivación importante.

A mi lado están también los libros Los antepasados, selección de diez cuentos de Luis Saíz Montes de Oca, con selección y prólogo de Eldys Baratute; y Juventudes, que agrupa artículos y ensayos de los dos hermanos, recopilados por el investigador y profesor Luis Figueroa.

Impresionan la profundidad y proyección de sus pensamientos, a pesar de las edades, en textos, como Las razas, el problema racial en Cuba; Juventud, fuerza salvadora; Juventudes, La Generación del Centenario; Mártir de Dos Ríos; ¿Por qué luchamos…?, ¿Por qué no vamos a clases?, con una preocupación social constante que los llevó a escribir también notas sobre Política agraria y Economía Política.

Manantial de ideas y enseñanzas 

Su pensamiento ideológico merece revisitas constantes, para comprender mejor las particularidades de aquella etapa y de una generación que desde centros escolares y también el activismo revolucionario soñaba con una Cuba sin dominios neocoloniales.

Sergio, por ejemplo, en su texto ¿Por qué no vamos a clases?, expresó:

«Ser estudiante no es sólo repetir en un examen materias, la mayor parte de las veces aprendidas ligeramente, ni asistir todos los días a clases y hacer de vez en cuando una trastada. Hay mucho de comercial en el estudiante solo preocupado por la obtención de un título: para él, el instituto o la universidad, serán graciosamente estanques de juegos. Ser estudiante es algo más que eso, es llevar en su frente joven las preocupaciones del presente y el futuro de su país, es sentirse vejado cuando se veja al más humilde de los campesinos o se apalea a un ciudadano. Es sentir muy dentro un latir de patria, es cargar bien pronto con las responsabilidades de un futuro más justo y digno, es guiar al ciego y llevarlo al porvenir».

Luis, quien a la edad de 12 años representó el papel de Abdala, en la obra de igual título escrita por el Apóstol José Martí, manifestó en su artículo Juventudes, que «la hora es nuestra, porque nuestra es la solución y el afán de lucha que nos invade. No morirá en el cuerpo de ningún combatiente, ni podrán ahogar el espíritu de rebeldía de ningún compañero caído pues las ideas no se matan. Por eso estamos seguros del triunfo y luchamos con la esperanza del día grande en que podamos, rifle en mano y corazón limpio, levantar la bandera, que guarda desde el 19 de mayo de 1895, la llama de la Revolución Cubana, porque esta quedó trunca en la caída de Dos Ríos, con José murió, pero como ni él ha muerto, pues es cosa viva y presente, ella tampoco. Y los dos esperan, y los dos siguen vivos. José Martí, la idea revolucionaria grande, justa y digna. Ser joven hoy en día, lo sabemos bien, es algo más que tener de 15 años en adelante es, ante todo, estar ocupando el puesto en la lucha por la Libertad, es vivir conscientes del deber generacional. Es estar dispuesto a empuñar el rifle y razón en aras de la Revolución necesaria».

En su texto ¿Por qué luchamos?, de mayo de 1957, escribiría Luis: «No tenemos más que nuestras vidas avaladas con la honradez de un pensamiento justo y una obra inmensa que realizar, y como ofrenda de devoción y desprendimiento los hemos depositado en los brazos de la Revolución Cubana -justa, grande, renovadora, honrada, socialista-, sin más esperanzas que ver algún día cumplidos estos sueños que hoy, en plena juventud y calor de lucha, llevamos a estas cuartillas.

«La lucha que nos espera, la obra que tenemos por delante, y el recuerdo imborrable de los hermanos caídos, abrazados a este mismo ideal que sentimos, no permitirá que quede trunca o incumplida, y la obra revolucionaria será algún día orgullo de todos…».

El hogar donde vivieron, convertido en Casa-Museo, acoge sus memorias. Ahí están fotos suyas, y las camisas que usaban aquel día de disparos. Uno las ve ensangrentadas, al lado de las imágenes de aquellos muchachos delgados con rostros casi adolescentes, y es inevitable emocionarse. Las dos camas pequeñas en el cuarto, con un pequeño busto de Martí en el centro, y más imágenes en la pared, despiertan múltiples sensaciones.

A veces, me parece sentir sus pasos. Imagino sus voces, las carcajadas, el abrazo a los padres… Los veo leer o escribir. Esta casa, restaurada en el año 2022 con el impulso de la Dirección Nacional de la AHS y el apoyo indispensable del Partido y el Gobierno en Pinar del Río, Patrimonio y otros organismos e instituciones, nos invitan al encuentro con las esencias.

Miradas a la obra literaria

Consciente del valor de las obras poética, narrativa y ensayística de esos autores, la Presidencia actual de la AHS ha impulsado diversos proyectos editoriales, para divulgarlas. A los primeros, titulados Brisa Nueva, publicado por Editora Políticay Cuerpos que yacen dormidos, por la Casa Editora Abril, se suman los más recientes: el audiolibro Los cielos desiertos, por ediciones La Luz; Juventudes, compilación de artículos ensayísticos publicada por Sed de Belleza en Villa Clara; y Los antepasados, selección de diez cuentos por Aldabón en Matanzas.

Luis y Sergio parecían siempre incansables. Los imaginamos debatiendo, soñando, caminando por las calles de San Juan y Martínez… Solían despertar elogios y amistad.

Ojalá los acercamientos a las labores revolucionarias y creativas de estos dos hermanos sean siempre lo más completas y profundas posibles. Ellos deben vivir siempre en las venas y el corazón de la AHS y los jóvenes creadores cubanos. A nosotros nos llena de orgullo que su madre en cierta ocasión expresara que si ellos estuvieran vivos les gustaría pertenecer a la AHS, por lo que es y representa.

Cada agosto realizamos disímiles actividades a lo largo del país, con ellos en el pecho. Ahí están la Jornada 13 de Agosto en Pinar del Río, el ascenso de jóvenes creadores al Pico Turquino, cruzadas literarias en Camagüey, Cienfuegos, Villa Clara…, presentaciones artísticas en barrios y las sedes de la AHS en cada provincia.

Navegamos en un mar de retos, donde es importante conocer los inicios, el alma de una vanguardia que debe ser en todo momento fielasu épica.

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