Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Una telenovela sobre y para la juventud

Estrenada este lunes por el canal Cubavisión, Viceversa llega a la pantalla chica como una propuesta innovadora y cautivadora, que pretende satisfacer el exigente gusto del público cubano

Autores:

Félix A. Correa Álvarez
Jordanis Guzmám Rodríguez

Romper los esquemas del melodrama más clásico. Eso promete Viceversa, la nueva propuesta que la Casa Productora de Telenovelas estrenó este lunes por el canal Cubavisión. Es una historia que combina romance, humor e intrigas, a través de la vida de tres parejas de jóvenes que, tras sufrir un accidente, se ven envueltos en una serie de situaciones que cambiarán sus destinos.

La novela —dirigida por Loisys Inclán y Eduardo Eimil, con guion escrito por Amílcar Salatti, Yoel Infante y María Claudia Figueroa— explora temas como el amor, la separación, la sexualidad, la espeleología, la música y la realidad cotidiana de la Isla, con un enfoque novedoso y atractivo que busca conectar con el público joven y adulto. Será como verse en un espejo y encontrar en él más que un simple reflejo.

El elenco está conformado por un grupo de actores jóvenes y experimentados, que darán vida a más de 60 personajes. Entre los protagonistas se encuentran Miriam Alameda, Luis Ángeles, Daliana González, Ángel Luis Montaner, Eileen Acosta y el santaclareño Víctor Jimcavik.

Los acompañan en el reparto figuras consagradas del cine, la radio y la televisión cubana, como Diana Rosa Suárez, Mario Aguirre, Yamira Díaz, Néstor Jiménez, Nancy González, Hilario Peña, Beatriz Viñas, Yudexi de la Torre, Laura Moras, Maikel Amelia Reyes y Herón Vega, entre otros. La dirección de actores está a cargo de Eduardo Eimil, quien ha señalado la complejidad de dar seguimiento a las líneas de acción y las interconexiones de cada personaje a lo largo de los 80 capítulos.

El santaclareño Víctor Jimcavik debuta en televisión junto a Eileen Acosta como una de las parejas protagónicas de la novela. Foto: Loisys Inclán

Viceversa cuenta con una banda sonora original, compuesta por Ernesto Blanco en colaboración con Vania Borges, quien interpreta el tema de presentación de la telenovela: Solo puede el amor. Además, algunas de las canciones son interpretadas por los propios actores, lo que imprimirá mayor atractivo e interés para una audiencia que disfruta del desdoblamiento de sus histriones.

Su producción implicó un gran despliegue técnico y logístico para filmar en más de 50 locaciones, tanto en La Habana como en otras provincias. Entre los escenarios más destacados se encuentra el Valle de Viñales, en Pinar del Río, donde se encuentra el Centro de Entrenamiento Espeleológico y la gran caverna de Santo Tomás, uno de los sistemas cavernarios más complejos del país. Allí se filmaron algunas escenas, recreando la belleza y la singularidad de esa región.

La directora, Loisys Inclán, comentó a Juventud Rebelde el difícil reto que significó asumir esta obra de ficción, y a su vez lo importante que es para un realizador enfrentarse a un ejercicio creativo de tal envergadura, más si de telenovela se trata, por la complejidad productiva del género y la atención a cada detalle que se debe tener. El proceso de más de un año entre la etapa de prefilmación y la de grabación, más el trabajo actual de edición, demandó una labor rigurosa de todo el equipo técnico artístico.

Fue además, para ella, la oportunidad de experimentar la visualidad cinematográfica que proponen las series internacionales, sin perder la esencia de la telenovela cubana. Asimismo, ha destacado el trabajo de investigación y asesoramiento del equipo de realización para ser fidedignos con las temáticas que aborda la novela, como la espeleología, la medicina intensiva y la sicología.

Prima el amor

Viceversa, como producto audiovisual, tiene el claro propósito de sumar más a la juventud cubana, pues igual de jóvenes son sus protagonistas. Sabido es que el melodrama tiene una forma, un estilo abierto a todo tipo de edades y sectores, pues prima ante todo el amor, ese que nos toca a todos por igual. Pero la idea esta vez es incluir un poco más a los que están algo distantes de las telenovelas; esos jóvenes prendidos a las series limitadas, tan populares en la actualidad.

Inclán también detalló el proceso de casting, el cual fue largo y extenuante, pues supuso buscar a todos estos jóvenes que conforman las historias principales, lograr la química entre ellos y que la trama fluyera. Era importante que la relación de amistad o de amor se sintiera viva, real. Había que conformar las diferentes familias con actores que se asemejaran físicamente, y también hubo una intención de hallar rostros nuevos, frescos, actores que no hubiesen tenido la experiencia de las telenovelas, para lograr esa diversidad.

En esa gran aventura la acompañó Eduardo Eimil, excelente director de actores, quien ayudó a decidir y definir qué actor era más idóneo para un rol o para otro. El proceso de ensayos y preparación a manos de Eimil fue clave, pues les ayudó a visualizar los personajes, a transitar con ellos desde sus primeros conflictos hasta el clímax de la obra. Se intentó que los actores tuvieran toda la información necesaria y que esta se viera reflejada en sus interpretaciones.

Pero el también director teatral tuvo que asumir, además de la dirección de actores, la responsabilidad de dirigir la unidad minitécnica, que emplea el sistema de producción de audiovisuales de ficción en la televisión cubana. Es un equipo más pequeño, con menos trabajadores técnicos, que asume la grabación en exteriores. Para Eduardo Eimil fue un trabajo muy disfrutable, pese a las dificultades de producción y las disímiles carencias.

Para todos los implicados, Viceversa es una obra de grandes rupturas; de seres que toman caminos diferentes y luego regresan, de cierta manera, pero con una mirada opuesta. En palabras de uno de sus guionistas, Amílcar Salatti, es como mirarnos al espejo donde ves la imagen que deseas, la imagen de ti mismo o la que regresa de cierta manera según las marcas, los golpes de la vida.

Para el guionista, que esta vez comparte autoría con Yoel Infante y María Claudia Figueroa, la principal motivación para crear Viceversa fue la constante gana de escribir, de decir algo importante para el espectador y para ellos mismos como escritores.

La experiencia de escribir una obra de 80 capítulos a seis manos representó un verdadero disfrute, asegura, pues se trató de compartir valores estéticos y éticos con personas cercanas, amigas.

También confesó lo complejo de la estructura dramática, con muchos personajes y varias subtramas, lo cual siempre es difícil de sostener y equilibrar. Lo novedoso para Salatti está en los personajes creados para contar la historia, porque intentó que no fuesen personajes muy «quemados» en novelas cubanas recientes.

En cuanto al título de la obra, el autor develó que nació de la intuición al contemplar por dónde los había llevado el argumento. Para Salatti,
Viceversa es esa sensación de que la vida puede invertirse por completo, debido al azar o decisiones, y de pronto aparecer justo en el lado contrario de como la imaginamos.

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