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La ventana se cerró

La tropa de Pepe Ramírez jugó un solo encuentro en la cancha del Hotel Hard Rock, en Punta Cana, pero las cosas no salieron bien

Autor:

Javier Rodríguez Perera

En la historia reciente del baloncesto masculino cubano un capítulo trascendental es la medalla de bronce lograda en los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Barranquilla 2018, después de una victoria por dos puntos ante República Dominicana. Antes, en la fase de grupos, los antillanos perdieron contra los dominicanos 71-74, en un desafío decidido en tiempo extra. Ambos partidos fueron una demostración perfecta de gran tensión competitiva, por lo que muchos soñamos con que este lunes ocurriera algo parecido a lo sucedido en Colombia dos años atrás.

En la cancha habilitada en el Hotel Hard Rock de la localidad de Punta Cana, en territorio quisqueyano, la tropa de Pepe Ramírez jugó un solo encuentro, precisamente frente a los locales. Pero las cosas no salieron como en la cita regional de 2018 y nuestro país sufrió una durísima derrota de 60-96 (16-23, 13-18, 26-23 y 5-32) en la segunda ventana clasificatoria para la FIBA AmeriCup 2022.

Durísima porque complejiza el camino para clasificar y por la manera tan desacertada que Cuba jugó el último período: apenas cinco puntos y casi cuatro minutos y 20 segundos para anotar el primero. Esos diez minutos decisivos enterraron cualquier aspiración de victoria, pues los anfitriones mantuvieron claro su objetivo de preservar y aumentar la diferencia, en tanto los visitantes presentaron varias debilidades, además de una anémica artillería, como un agotamiento físico evidente, un trabajo colectivo muy pobre, reiteradas carencias a la hora de sostener jugadas ofensivas y un factor táctico que apenas se sintió.

Si bien los quisqueyanos asumieron ese compromiso con el merecido cartel de favoritos, creí que Cuba daría más batalla en pos de la victoria, como hicieron en el tercer tiempo, cuando llegaron a estar a un solo punto de empatar. Las lecturas del choque son simples: los vencedores dominaron, como reflejan las estadísticas colectivas, cada uno de los indicadores más importantes para certificar el triunfo y ante eso nada pudieron hacer las huestes de Ramírez.

En el conjunto de la Mayor de las Antillas se incluyeron ocho atletas vinculados actualmente a clubes profesionales, liderados por Jasiel Rivero (Hereda San Pablo Burgos, ACB española) y Karel Guzmán (U-Banca Transilvania Cluj-Napoca, de Rumanía), mientras que el elenco dirigido por Melvyn López fue cualitativamente superior al que participó en Barranquilla, con cuatro activos que se desempeñan en Colombia, uno en Puerto Rico, Argentina, Irán y Brasil y cuatro en España, de ellos tres en la liga principal de ese país.

República Dominicana lidera el grupo C, con tres triunfos y un revés, en tanto el equipo cubano aparece con balance de una victoria y par de tropiezos, idéntico al de Islas Vírgenes de Estados Unidos. El otro integrante de la llave, Canadá, que no compitió en esta ventana, archiva una sonrisa y un fracaso.

La tercera ventana clasificatoria ocurrirá en febrero de 2021, y Cuba enfrentará a norteamericanos y quisqueyanos. Ojalá y para ese entonces poder contar con los servicios del pívot santiaguero Javier Jústiz (Casademont Zaragoza, ACB), quien se recupera de una operación de meniscos sufrida a inicios de año, y del ala-pívot habanero Marvin Cairo (Brumas de Jinotega, Liga Superior nicaragüense), aquejado de una lesión en una de sus rodillas.

 

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