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Silva fue el mejor en la capital francesa Autor: IJF Publicado: 07/02/2022 | 02:28 pm
Siguen las malas noticias sobre el tatami. El judo cubano arrancó la actual temporada casi de manera tan negativa como concluyó la anterior: sin medallas y con una imagen preocupante de cara a las principales competencias del año y, en general, al futuro de una disciplina con mucha historia en el país.
Y lo peor, para ser absolutamente claros con el asunto, no es la escasez perpetua de alegrías, pues el nivel del Grand Slam de París, donde participaron diez antillanos este fin de semana, se antojaba un reto mayúsculo en el afán de «salir del bache». Sin embargo, que un buen número de estos cayeran en el primer combate, se une a la tendencia de los últimos tiempos y comienza a inquietar en demasía a los seguidores de la disciplina.
El mejor, por ejemplo, fue Iván Silva, de los 90 kilogramos (kg), a quien le bastó con ganar apenas dos pleitos para llevarse tal distinción entre la armada cubana. Los nueve restantes, apenas ofrecieron resistencias y casi todos debieron estrechar la mano de sus oponentes tras recibir una proyección merecedora de ippon.
En el caso del elenco femenino, que presentó a seis exponentes y en el cual destacó la ausencia de su líder, la actual subcampeona olímpica Idalyz Ortiz, lo más positivo que pudiera decirse está sujeto a la juventud de casi todas, lo cual habla de una renovación necesaria. Atletas como Aleanny Carbonell (48 kg) o Thalía Nariño (+78 kg) debutaron en este tipo de lides y comenzaron de esta manera su andar por tan alto nivel.
Este es un detalle a tener muy en cuenta. Yordanis Arencibia, preparador principal de las chicas cubanas, necesitará tiempo para pulir el talento de sus «diamantes» de cara a crecer en el actual ciclo olímpico y, a mediano plazo, retomar las viejas glorias de la prolífera etapa de Ronaldo Veitía.
En el masculino, el entrenador Julio Alderete tiene ante sí la responsabilidad de recuperar el mejor nivel de Andy Granda (+100 kg), quien volvió a caer en su primera presentación en París, así como del propio Silva, de lejos los mejores de la escuadra. El subcampeón mundial de los 90 kilos, para ser justos, comenzó a media máquina este 2022, aunque en comparación con el año anterior su actuación inicial pudiera catalogarse como halagüeña.
Todas estas valoraciones adquieren un matiz diferente, si se tiene en cuenta que el equipo llegó a Francia apenas un día antes del certamen y sin apenas chance para adaptarse a las condiciones climatológicas y la notable diferencia horaria. Sirva entonces la experiencia para próximos torneos. A partir de ahora, con una base de entrenamiento adecuada y tiempo, los certámenes más próximos constituirán termómetro fidedigno.
