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Mágico

A la par del espectáculo que significó la gala, hubo una pregunta frecuente entre los asistentes a esta ceremonia: ¿quién es ese «mago» cuyo nombre adorna el mayor templo del balompié en este país?

Autor:

Juventud Rebelde

La inauguración de los 24tos. Juegos Centroamericanos y del Caribe tuvo lugar el pasado viernes 23 de junio en uno de los principales recintos deportivos de la capital salvadoreña: el estadio nacional Jorge «Mágico» González. A la par del espectáculo que significó la gala, hubo una pregunta frecuente entre los asistentes a esta ceremonia: ¿quién es ese «mago» cuyo nombre adorna el mayor templo del balompié en este país?

Jorge Alberto González Barillas nació en San Salvador el 13 de marzo de 1958 como el menor de ocho hermanos. Su apodo nació durante un choque entre Antel, su primer club, y el Deportivo Águila, durante el cual Jorge obró tantas maravillas que el narrador local Rosalío Fernández decidió rebautizarlo de esa forma.

El Mágico se dio a conocer a escala global durante la Copa del Mundo de España 82, la última a la cual clasificó La Selecta. En aquel torneo su selección perdió los tres choques de fase de grupos, pero él jugó tan bien que llamó la atención de clubes importantes como París Saint-Germain y Atlético de Madrid.

Sin embargo, Jorge recaló finalmente en el Cádiz, conjunto español en el que, además de demostrar su calidad atlética y ganarse el corazón de los aficionados, también se hizo célebre por sus salidas nocturnas. 

«Reconozco que no soy un santo, que me gusta la noche y que las ganas de juerga no me las quita ni mi madre. Sé que soy un irresponsable y un mal profesional, y puede que esté desaprovechando la oportunidad de mi vida. Lo sé, pero tengo una tontería en el coco: no me gusta tomarme el fútbol como un trabajo. Si lo hiciera no sería yo. Solo juego por divertirme», declaró Mágico en una oportunidad.

Si bien llegó a irse de gira por Estados Unidos con el Barcelona de Diego Armando Maradona, nunca llegó a firmar con ellos y se quedó en Andalucía hasta 1991, etapa durante la cual también jugó para el Valladolid (1985).

Tras su etapa europea, volvió a casa y defendió la camiseta del Club deportivo FAS hasta principios del presente siglo, cuando se retiró. Luego volvió en 2002 para un paso corto con el San Salvador FC. En 2003, la Asamblea Legislativa de su país lo nombró Hijo Meritísimo y decidió ponerle su nombre al estadio hasta entonces conocido como Flor Blanca.

Pelé lo incluyó entre los mejores cien futbolistas del siglo XX y en 2013 resultó exaltado al Salón de la Fama del Fútbol Mundial, con sede en México. Por si fuera poco, un gol suyo al Barça en el curso 1987-1988 fue incluido entre los 50 mejores de la Liga Española en 2011.

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