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Tres cubanos lograron premios individuales en la lid. Autor: Wbsc Publicado: 16/10/2023 | 09:58 pm
No se puede ir a bailar en casa del trompo. Si alguien tenía alguna duda sobre la veracidad de ese dicho popular, debe haberlas despejado este domingo, tras el apabullante triunfo de la selección juvenil cubana de Baseball5 en el certamen mundialista de la novedosa disciplina.
En Ankara, capital turca, quedó demostrado que nadie le sabe más a eso de «batear» con la mano y correr, que un cubano.
Lo certifica el hecho de que el equipo concluyó la lid sin conocer la derrota y con solo un set perdido en nueve salidas al terreno de juego; lo puntualizan las estadísticas, que hablan de un elenco que anotó en total 142 carreras y permitió únicamente 30 en todo el torneo y que antes del partido final había repartido entre sus rivales ocho lechadas, cuatros nocauts y un supernocaut.
Cabe reconocer, por supuesto, el trabajo de los restantes ocupantes del podio, dígase Francia y México, por ese orden.
Para los galos, las palmas por haber sido un plantel al que solamente Cuba pudo doblegar (dos veces) y hay que destacar también la actuación de los aztecas, cuya estrategia de salir con formaciones inversas en cantidad de mujeres y hombres ante su rival, le valió igualmente para arrebatarles un parcial a los antillanos y para despojar del bronce a los locales.
Más allá de la importante medalla de oro y el gran trabajo colectivo que los llevó a la cúspide de lo que es el Baseball5 a nivel mundial entre los menores de 18 años, a Cuba le quedó además la satisfacción de que tres de sus integrantes recibieron premios individuales en la lid.
Según expone el sitio web del evento, Josué Gutiérrez aparece en el equipo ideal del campeonato; Jadier Ulloa fue el jugador más valioso de la justa entre los varones; Haila González ocupó ese mismo sitio entre las muchachas, y el mejor entrenador fue el criollo Sergio Pérez.
Los discípulos del técnico Sadián Fernández cumplieron de esta forma los objetivos trazados en la justa, a donde llegaron con la convicción de que podían repetir lo que logró la selección de mayores en su campeonato del orbe y traer a casa el cetro mundial de su categoría, algo que consolida a nuestro país como el principal exponente de la disciplina a escala planetaria.
