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Desde hace algunos días he leído en la red social digital Facebook varios comentarios, de aficionados y especialistas, acerca del ineficiente arbitraje en el Campeonato Mundial de luchas, que culmina hoy en Zagreb, capital de Croacia. Este es uno de los deportes que más ha estado bajo la lupa en cuanto a controversias y escándalos arbitrales y, por lo visto, la presente edición de la lid universal también cargó con ese sambenito.
Toco este punto porque algunos conocedores de esta disciplina coinciden en que el cubano Luis Orta (67 kg) resultó perjudicado por el colegiado en su tercer duelo. Tras observar el combate, doy fe de lo anterior, que influyó en que el grequista habanero perdiera por 2-4 contra el ruso Daniial Agaev, bronce en la justa del orbe sub-23 del pasado año en Tirana, Albania.
Antes de caer frente a Agaev en cuartos de final, el doble medallista olímpico (oro en Tokio 2020 y bronce en París 2024) comenzó con triunfos de 10-0 frente al ucraniano Maksym Liu y de 2-1 sobre el turco Murat Firat, monarca europeo en Budapest 2022. Daniial no pudo en semis con el iraní Saeid Esmaeili, resultado que impidió que avanzara Orta al repechaje.
Igual desenlace tuvo el viernes el santiaguero Gabriel Rosillo (97 kg), que triunfó en sus dos primeras peleas contra el sueco Aleksandar Stjepanetic (8-0) y el estonio Richard Karelson (9-0), pero sucumbió en cuartos de final con el bielorruso Kyryl Maskevich (4-7).
Cuba se despidió del Campeonato Mundial con una sola medalla, el bronce conseguido por Milaimis Marín (76 kg). En su camino hacia esa presea la capitalina obtuvo tres triunfos y un fracaso.
