Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Hombre, mito, símbolo, guía

El Che está en todas partes, dondequiera que haya una causa justa que defender, se dijo durante el diálogo con su hija Aleida Guevara, que tuvo lugar en el Main Media Center de la ciudad de Sochi

Autor:

Yuniel Labacena Romero

Para seres excepcionales como Ernesto Guevara de la Serna la vida no termina con la muerte, se convierte en semilla y fruto. Figuras como él devienen auténtico estandarte; la ausencia física los agiganta con el paso de los años. Por eso no podía faltar su recuerdo en este Festival y vinieron su imagen y su ejemplo a acompañar esta cita, a acompañar a los jóvenes.

Resulta ciertamente conmovedor apreciar al Guerrillero Heroico repetido por cientos en este Festival, prueba inequívoca de su entrañable y querida presencia entre los valores más puros de esta indiscutible representación de hombres del siglo XXI. Desde el Main Media Center de la ciudad de Sochi se recordó a este hombre que nació en Rosario, Argentina, y que en Cuba se convirtió en ese ser excepcional que todos admiran.

Dio gusto homenajear al Che desde un diálogo con Aleida Guevara March, su hija, quien dijo que su padre revive en los jóvenes todo el tiempo. Fueron esas sus primeras palabras y entonces comenzó un intercambio intenso y apasionado que por momentos daba paso a un silencio conmovedor.

«El Che era un hombre muy coherente, siempre decía lo que pensaba y hacía lo que decía. Esa coherencia entre pensar y hacer es lo que ha hecho que perdure y es la misión que tienen ustedes también: conseguir que las personas los sigan, pues sobre los hombros de la juventud descansa el encargo de mantener este ideario y también de luchar por las causas justas de nuestros pueblos», aseguró.

Aleidita, como todos llaman cariñosamente a la hija del Guerrillero Heroico, recordó a las nuevas generaciones progresistas del orbe que, como decía su padre, la juventud que no crea es una anomalía, y por tanto en los tiempos que corren tiene que ser más activa y hacer las cosas de forma natural, sin buscar protagonismo.

Tambien se refirió a la amistad inquebrantable entre el Che y Fidel y a la coincidencia del ideario de ambos, en defensa de la independencia de Latinoamérica y su unidad. Entonces volvió a evocar al Che, que era también evocar al líder histórico de la Revolución Cubana. Y habló que su padre nunca le exigió a nadie algo que no fuera capaz de hacer él primero.

«Por eso, todavía hoy, a 50 años de su desaparición física, sigue siendo un modelo de revolucionario para muchos. Continúa mostrándonos el camino, quizá también porque todavía no hemos podido alcanzarlo, porque estamos en el camino», dijo.

Recordó que los hijos del Che son todos aquellos hombres y mujeres que estaban dispuestos a seguir su ejemplo, su legado, su obra, a seguir surgiendo entre la multitud.

Todo lo que representa el Che, paradigma del internacionalismo y la solidaridad, se diseminó por la abarrotada sala del Main Media Center, donde jóvenes de Bolivia, Venezuela, Vietnam, África, Rusia… se sintieron cerca de un hombre que es mito, símbolo, guía, oportunidad, que crece y se agiganta, un tesoro vida-obra-pensamiento que merece repartirse para liberar los destinos de tantos pueblos; un hombre que, como dijo Fidel hace 20 años, «no está en La Higuera, pero está en todas partes, dondequiera que haya una causa justa que defender».

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